Daniel Gómez (ALN).- El presidente de Ecuador promete disciplina fiscal y reformas liberalizadoras a cambio de que el FMI les preste dinero para que el país no entre en recesión. Con el Gobierno también conversan el Banco Interamericano de Desarrollo y la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina.
Lenín Moreno teme una crisis financiera. Cuando llegó a la Presidencia de Ecuador enfrentaba un aislamiento internacional, excesiva dependencia de los hidrocarburos y descontento del sector privado. Sin embargo, no contaba con el agujero de 1.000 millones de dólares que le dejó de herencia Rafael Correa.
Por eso Moreno pide auxilio. En concreto, al Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyo equipo de economistas se encuentra en Quito negociando un futuro préstamo. “El FMI ha mantenido un diálogo cercano con las autoridades ecuatorianas sobre políticas para fortalecer la economía”, reveló Gerry Rice, portavoz del FMI, este martes en un comunicado.
Según Rice, “el posible acuerdo buscará proteger a los pobres y más vulnerables, impulsar la competitividad y la creación de empleo, mejorar la transparencia y la lucha contra la corrupción, así como fortalecer las bases institucionales de la dolarización”.
El BID y la CAF también apoyan
Rice agrega que no está solo. Que en el diálogo con el Gobierno también participan otros organismos financieros. No dijo cuáles, pero se sabe que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina también conversan con Moreno.
No es casualidad que esta semana el BID esté realizando en Quito un foro sobre agua y saneamiento. Y tampoco es casual que la CAF publicara este martes un comunicado de apoyo al Gobierno. Un comunicado que, al igual que hizo el FMI, expresa que el banco se involucrará para “identificar las mejores opciones de financiamiento”.
Moreno aplica en Ecuador la fórmula de Macri en Argentina
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Los organismos financieros le dan apoyo a Moreno, cuyo plan inevitablemente se compara con el emprendido por Mauricio Macri en Argentina. Este logró el apoyo internacional, y acudió al financiamiento internacional. La diferencia es que Macri lo hizo cuando se le derrumbó la economía, y Moreno lo hace previendo una recesión.
Ya la última etapa de Correa fue mala. En 2016, el Producto Interior Bruto (PIB) se contrajo 1,2%. En 2017 la situación mejoró y la economía creció 2,4%, pero ya entonces el FMI advertía una desaceleración. Así fue. En 2018, ya con Moreno como presidente, el PIB se expandió 1,1% y en 2019, de acuerdo con las previsiones, apenas se incrementará 0,7%.
Los planes de Moreno
Para reactivar la economía, Moreno promete disciplina. Y recortes. De personal, pues está planteando un adelgazamiento de 10% en las compañías estatales, incluidas las petroleras Petroamazonas y Petroecuador.
Moreno también analiza privatizaciones. La más sonada es la de la Refinería del Pacífico, ahora rebautizada como Refinería de Manabí. Este megaproyecto, valorado en 13.000 millones de dólares, lo quisieron emprender Correa y el expresidente venezolano Hugo Chávez en solitario, pero apenas pusieron la primera piedra.
Para romper con ese pasado, Moreno le cambió el nombre, reformuló las condiciones, prometió seguridad jurídica, suprimió los impuestos, y lo abrió a la inversión privada internacional.
Ahora tres consorcios se pelean por la licitación de la refinería. Uno integrado por tres empresas públicas de India (Indian Oil Corporation, Hindustan Petroleum y Bharat Petroleum). Un holding que conforman las estadounidenses Baker Hugues, Petrofac, CDC International y las surcoreanas Hyundai, SK, Daiwoo y Samsung. Y una última propuesta hecha por la Corporación Nacional de Petróleos de China.
El diario La Tercera de Chile dice que otras propuestas de Moreno podrían incluir el aumento del impuesto al valor agregado de 12% a 14%, así como liberalizar el mercado laboral “estrictamente regulado”.