Leticia Núñez (ALN).- El presidente de Ecuador sostiene que la disputa con el exmandatario fue “programada” por Correa para que “el gobierno fracase y enseguida volver como el redentor”. En una entrevista con CNN Chile, Moreno también habla de corrupción en el anterior Ejecutivo, en el que fue vicepresidente, y admite que hay “una culpa compartida por no haber sido excesivamente acucioso en adentrarme en los temas económicos”. Correa, por su parte, le tacha de “cuántico mentiroso” y advierte que “no se puede confiar” en Moreno.
Dice el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, que recibió un país por parte del exmandatario Rafael Correa “con confrontaciones terribles, odios acumulados y deseos de venganza”. Un enfrentamiento que también ha afectado la relación entre ambos, hoy rota pese a que fueron presidente y vicepresidente. “Desde la primera decisión que tomé, a pesar de haberlo manifestado en campaña, empezó la confrontación. Pero de parte de él, no de parte mía”, asegura Moreno en una entrevista concedida a CNN Chile, país al que viajó este domingo para asistir a la toma de posesión de Sebastián Piñera.
Al preguntarle a qué atribuye el punto de quiebre, el presidente ecuatoriano se muestra rotundo: “En concreto, yo pienso que esto fue programado. Fue una programación dejar al país en condiciones bastante malas para que el próximo gobierno, que seguramente el presidente [Correa] se imaginó que iba a ser de su opositor, fracase y enseguida volver como el redentor. Pero parece que las cosas no salieron como estaban programadas”, señala en alusión a que fue él y no el candidato opositor Guillermo Lasso quien ganó las elecciones presidenciales del año pasado.
No queda ahí la acusación. Según Moreno, Correa y sus más fieles allegados “trataron de aplicarme la misma receta. El problema es que no contaban con el pueblo ecuatoriano, no contaban con una nueva forma de ser, pensar y actuar, con una nueva forma de gobernar sin confrontar”.
La respuesta del expresidente no se ha hecho esperar. A través de Twitter, Correa tacha a Moreno de “cuántico mentiroso” y sostiene que “nadie puede confiar en alguien así”. Dice también que “la corrupción son sus pactos con lo peor de la partidocracia”.
Y es que Moreno también habló de corrupción en la entrevista con CNN Chile. No obstante, lejos de tener vía libre para atizar a Correa, la pregunta a la que se enfrentó tuvo por objeto su papel dentro del Gobierno: “¿Usted no es responsable por no haber denunciado la corrupción en la era Correa, por haber sido vicepresidente?”.
Fue entonces cuando el mandatario de Ecuador habló de “una culpa compartida, la culpa de no haber sido excesivamente acucioso en adentrarme en los temas económicos. Yo me preocupé únicamente del tema social y lo hice bien. Pensé que todos estaban caminando por el mismo sendero. Pero no había sido así”.
“Sabían dónde había que operar y sabían qué había que hacer para evitar que la Justicia esté encima”
Moreno confiesa que “en más de una ocasión” escuchó que había corrupción, pero, según dice, tanto él como su equipo pensaron que “eran acusaciones infundadas, acusaciones falsas”. Nada que ver con la opinión que defiende ahora. “Pero lo estaban haciendo ‘bien’, en el término de que lo articularon extraordinariamente bien, era una cosa sistemática, en la cual sabían dónde había que operar y sabían qué había que hacer para evitar que la Justicia esté encima. Inclusive permitieron que la contratación pública fuera completamente discrecional de los ministros y del presidente de la República”.
“Cuando se empecinó en ser reelegido, el asunto se volvió sombrío”
Como en ocasiones anteriores, el mandatario también aprovechó la entrevista para insistir en que cuando conoció “al economista Rafael Correa” vio a un joven “ilusionado, lleno de buenos propósitos, con deseos de transformar radicalmente un país que estaba colapsado, en el que los poderes fácticos se habían apoderado de Ecuador”. Pero, según Moreno, el tema “se pervirtió” cuando el expresidente “pensó en perpetuarse en el poder”.
Dicho de otra manera: “Cuando dejó de consultar al pueblo y acudió a una corte constitucional que de alguna forma él había nombrado”. Ya se había pronunciado así en su reciente visita a Madrid, a finales de diciembre. Entonces, en un acto celebrado en la Casa de América, Moreno habló del problema que representa creerse “enviados divinos” y pensar que “sólo nosotros hacemos las cosas bien”.
“Cuando el presidente se empecinó en ser reelegido, el asunto se volvió sombrío”, dice Moreno
Pero ahora las cosas han cambiado. El presidente le aguó la fiesta a Correa con la consulta popular del pasado 4 de febrero en la que, entre otras cuestiones, se puso fin a la reelección indefinida que había aprobado el exmandatario. Dicha pregunta obtuvo 64% de apoyos (Ver más: Ni en la derrota Rafael Correa deja de ser chavista).
Preguntado por qué era tan importante eliminar la reelección indefinida en el referéndum, Moreno sostiene que “es una aberración” y que “se comprobó en la práctica”. En su opinión, “cuando el presidente se empecinó en ser reelegido, el asunto se volvió sombrío, oscuro. Empezó a espiar a la gente. Yo encontré una cámara en mi despacho”. Una cámara que, según le habría dicho un funcionario, “Correa monitoreaba desde el celular”.
Algo que no sentó nada bien al propio Correa. Así quedó de manifiesto en un tuit que envió directamente a la periodista que entrevistó al presidente: “¿Sabe el ridículo que hizo Moreno en Ecuador con esta ‘acusación’? Si quiere pida los informes a la Fiscalía del Ecuador, pero ya no distraigan con esta clase de basura a nuestros pueblos”.
Finalmente, la periodista preguntó a Moreno si es el Juan Manuel Santos de Ecuador, en alusión a la pugna que el presidente colombiano mantiene con el expresidente Álvaro Uribe. Pero el ecuatoriano, lejos de entrar en comparaciones, asegura que el problema de algunos mandatarios “es que no terminan de irse”. Y concluye: “A Correa le faltó irse, no entender que son nuevos tiempos, que son nuevos momentos, que es otra forma de vibrar en el nuevo Gobierno”.