Redacción (ALN).- La presunta víctima de violación del futbolista Dani Alves, una joven de 23 años, narró supuestamente lo ocurrido el 30 de diciembre, en el reservado de la discoteca de la calle Tusset, en Barcelona.
Esa noche, ella y sus amigas fueron invitadas a acceder al reservado por un grupo de mexicanos, que precisamente revelaron la identidad del brasileño que les pidió tomar una copa en su mesa, según ha confirmado La Vanguardia al tener acceso a la denuncia de la presunta víctima.
Alves coqueteó con las tres jóvenes y se puso tras la denunciante para susurrarle al oído cosas que ella no entendió porque «las debió decir en portugués». En ese instante, el futbolista supuestamente condujo con violencia hasta en dos ocasiones la mano de la joven hasta su entrepierna. Y en las dos ocasiones, la joven reaccionó con fuerza retirando la mano.
El hombre se ubicó junto a una puerta e hizo gestos a la joven para que se acercara. «Yo no sabía qué había detrás de esa puerta, pensé que habría otra zona VIP», declaró después la mujer ante los Mossos D’Escuadra.
Según su testimonio, permaneció retenida 17 minutos en el pequeño baño del reservado del Sutton donde presuntamente fue abofeteada y violada.
Y es que tras la puerta había en realidad un lavabo minúsculo con una taza y una pica para lavarse las manos. La víctima explicó que Alves la introdujo en el interior, cerró la puerta y la joven afirmó que le dijo inmediatamente que quería salir. El jugador le dijo que no podía irse, y que le tenía que decir que era su ‘putita’. Seguidamente, el hombre bajó la taza del baño, se sentó y tiró de la joven hasta derribarla en el suelo. Varias veces la joven pidió al hombre que parara y que la dejara marchar. Alves la agarró de la cabeza acercándola con fuerza con la intención de que le practicara una felación, pero opuso resistencia y logró evitarlo.
Luego, el brasileño la abofeteó reiteradamente y con violencia, provocarle unos rasguños en la rodilla, y finalmente violarla. «Me resistí pero él era mucho más fuerte que yo», recoge la declaración.
«Varias veces le pedí que parara y me dejara salir», afirmó la joven.
Después que Alves terminó, ella quiso abrir la puerta del baño y salir corriendo, pero el exjugador de los Pumas le gritó que no debía moverse hasta que él no abandonara el lugar primero. La joven relató que se puso tan nerviosa que durante unos minutos no atinó a abrir la puerta, hasta que logró salir y juntarse con sus amigas antes las que se rompió emocionalmente al contarle lo que había pasado.