(EFE).- Laura Sarabia vuelve a su puesto de mano derecha del presidente de Colombia, Gustavo Petro, al ser posesionada este viernes como directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), siete meses después de su renuncia por el caso del robo de un maletín con dinero en su casa que suscitó la primera gran crisis para el mandatario.
Sarabia, una de las personas de más confianza de Petro, vuelve así a la Casa de Nariño (sede presidencial) en un puesto de aún más poder que el que tenía cuando era jefa de gabinete -figura que ya no existe- y fungía de enlace entre el presidente y los ministros y les comunicaba las líneas de acción.
Sustituirá en este puesto a Carlos Ramón González, quien a su vez también fue posesionado este viernes como cabeza de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI).
No es el regreso oficial de Sarabia Torres al Gobierno, pues ya había jurado en septiembre como la directora del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), una entidad con rango ministerial y que maneja un jugoso presupuesto.
«Varios nos conocemos ya y han trabajado en el Gobierno en otras funciones», dijo Petro en la jura de cargo de Sarabia, sin hacer mención directa a ella y refiriéndose solo a los otros cargos de otras entidades que también han sido posesionados este viernes.
El escándalo de Laura Sarabia
La figura de la alta funcionaria presidencial comenzó a empañarse luego de que la revista Semana publicó la denuncia de que la niñera de Sarabia, Marelbys Meza, fue acusada en enero del año pasado de hurtar de casa de la funcionaria un maletín en el que supuestamente había 7.000 dólares.
Tras el supuesto robo de dinero, los números telefónicos de la niñera y la otra empleada doméstica fueron interceptados ilegalmente por la Policía usando como fachada una investigación contra la banda criminal del Clan del Golfo en el departamento del Chocó, en el oeste del país.
Además, Meza fue llevada a una dependencia de la Casa de Nariño, para ser interrogada y sometida a pruebas polígrafo sin una orden judicial.
Esa denuncia debilitó su posición en el Gobierno y el pasado 2 de junio presentó su renuncia casi en simultánea con la de Armando Benedetti, entonces embajador en Venezuela y quien fue jefe de Sarabia cuando era senador y ella su asesora.
Después de conocerse el robo, se filtraron mensajes de Benedetti a Sarabia donde la trataba de una forma soez y despectiva y la presionaba para conseguir un puesto de mayor peso, amenazando con revelar una supuesta financiación ilegal de la campaña de Petro, en otros hechos que también son de investigación.