Redacción (ALN).- “No nos engañemos. Si nuestros sistemas de salud no están preparados, no es el momento de reabrir. Si se hiciera, se arriesgaría a que un puñado de casos en un área se convirtiera en un brote en toda regla”, dijo la responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en las Américas, Carissa Etienne.
Latinoamérica no puede vivir en una eterna cuarentena. Los niños necesitan volver a la escuela, las familias necesitan dinero para sobrevivir, las economías no pueden permanecer cerradas eternamente… Pero el coronavirus sigue ahí.
América es la región más golpeada por la pandemia en el mundo, con 15 millones de casos y más de medio millón de muertes. Y lo peor es que la situación no mejora. Los países del Caribe, como Bahamas, Jamaica y República Dominicana experimentaron “picos drásticos”, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS). También en México, Argentina, Ecuador, Costa Rica y Bolivia se dispararon los contagios. Y sólo en la frontera entre Colombia y Venezuela el número de nuevos casos se multiplicó por 10.
“Este es un duro recordatorio de que innumerables personas en nuestra región siguen siendo vulnerables a la infección, especialmente grandes poblaciones que aún no han estado expuestas”, dijo este miércoles en Washington Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud, que es la división para las Américas de la OMS.
Etienne es consciente de que los países tienen que reabrir progresivamente, pero sólo si se cumple una condición: que los sistemas de salud estén preparados.
“No nos engañemos. Si nuestros sistemas de salud no están preparados, no es el momento de reabrir. Si se hiciera, se arriesgaría a que un puñado de casos en un área se convirtiera en un brote en toda regla”, apuntó la responsable de la OMS en las Américas.
Agregó que “la región ha comenzado a reanudar la vida social y pública casi normal en un momento en que el covid-19 todavía requiere importantes intervenciones de control. Debemos tener claro que abrir demasiado pronto le da a este virus más espacio para propagarse y pone a nuestras poblaciones en mayor riesgo”, agregó.
Etienne puso el ejemplo del Caribe. Muchos países, inquietos por la situación económica, apresuran la apertura y abren las fronteras a los turistas. Quizá el caso más llamativo es el de República Dominicana, que este lunes comenzó a realizar pruebas de diagnóstico a los viajeros extranjeros, y a garantizar asistencia gratuita a los turistas que se enfermen de coronavirus en la isla. La apertura coincidió con un dato oscuro. Este miércoles República Dominicana superó los 2.000 fallecidos por covid-19 y el ministro de Salud Pública, Plutarco Arias, admitió un “subregistro” de fallecidos.
Por cosas así la Organización Panamericana de la Salud pide a los países que no se confíen. La directora dijo que las medidas para reanudar el turismo “tienen un impacto limitado”.
“Quiero enfatizar que depender de las pruebas de laboratorio para los viajeros es costoso, es difícil de implementar y tiene un impacto limitado en el control de la propagación internacional del virus”, comentó Etienne. “Debemos asegurarnos de que las personas que están enfermas o sospechan que están enfermas de covid, y sus contactos, sean identificadas y aisladas rápidamente para minimizar las posibilidades de que otras personas se infecten, antes que nada, antes de la partida y después de la llegada. Y todos los países deberían trabajar colectivamente para limitar los viajes de quienes tienen síntomas activos o han estado expuestos recientemente”.