Redacción (ALN).- Delegaciones de Uruguay, Perú, Costa Rica, Argentina, Venezuela, México, Bolivia, Cuba y República Dominicana acudieron a Shanghái esta semana. Allí se celebra el gran foro mundial sobre importaciones. El objetivo de los países latinoamericanos es darse a conocer en el mercado chino, que cada vez cuenta con más gente que alimentar, pero con menos campo que cultivar.
China necesita comprar alimentos del extranjero. Tiene mucha población, y poco terreno donde cultivar. Y ahí Latinoamérica quiere sacar partido. Eso explica que presidentes y altos funcionaros de la región asistieran a la Expo Internacional de Importaciones de China, celebrada en Shanghái esta semana.
La agencia EFE está cubriendo el evento. Allí ha podido charlar con miembros de las distintas delegaciones. Como con el ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa.
“China tiene que alimentar al 20% de la población mundial y tiene apenas el 7% del territorio cultivable y eso hace que estén obligados a conseguir alimentos fuera”, comentó el canciller.
Ahí entra en juego el papel de Uruguay, un país pequeño, con poca demanda de alimentos, pero con mucha capacidad de producción. “Somos tres millones de personas, pero producimos alimentos para 30 millones y podemos hacerlo hasta para 50 millones, en la medida que podamos desarrollar una tecnología nueva”, apuntó.
El ministro recordó los lazos que unen a Uruguay con China. Y en este sentido, destacó que el suyo fue el primer país del Mercado Común del Sur (Mercosur) en adherirse a la iniciativa china de las Nuevas Rutas de la Seda.
A través de este programa, Pekín apoya la construcción de infraestructuras de transporte y comunicaciones para conectar Asia, en este caso, con Latinoamérica. Es su manera de estrechar la cooperación económica entre dos regiones tan distantes.
EFE también habló con la delegación de Perú. Su responsable, el ministro de Comercio Exterior y Turismo,Roger Valencia, encabeza una misión comercial formada por 15 grupos empresariales. Su misión es fomentar las “exportaciones no tradicionales” y que alcancen en el futuro próximo los 1.000 millones de dólares.
Uruguay: “Somos tres millones de personas, pero producimos alimentos para 30 millones”
Por lo general, Lima vende a Pekín cobre, plata y oro. Pero quiere diversificar su catálogo. Por eso la delegación vende alimentos frescos como uva, arándanos, mango, langostinos, pota y lo que el ministro denomina “superalimentos”. La quinoa, la chía, etc.
La agencia también entrevistó al secretario de Gobierno de Agroindustria de Argentina, Luis Miguel Etchevere. Pide que China “abra todavía más su economía”. Eso puede permitir que países como el suramericano, con un enorme potencial productor, incremente el importe de sus exportaciones.
“Hoy China es el principal destino de los alimentos de Argentina y tenemos expectativas de todavía incrementar aún más las exportaciones”, dijo el secretario, quien encabeza una misión de 80 empresas argentinas.
Desde Costa Rica llegó a Shanghái una expedición de nueve empresas productoras de café, azúcar y piña. Su propósito, le contó a EFE la ministra de Comercio Exterior, Dyalá Jiménez, es que en los próximos años consigan autorización para exportar cada vez más alimentos a China.
“Somos un país pequeño y tenemos una alta calidad, por ejemplo, en carne y tenemos que aumentar nuestra productividad para tener suficiente volumen y que pueda abrirse una ruta directa entre los puertos de Costa Rica y China”, dijo la ministra.
Venezuela es otra que quiere exportar más a China. Pretende llevar su relación más allá del petróleo. Según dijo a EFE la ministra de Comercio, Yomana Koteich, el objetivo es “salir de la mentalidad petrolera tradicional”.
“También tenemos una cantidad de recursos extraordinarios en el sector de la agricultura, el turismo, la pesca y la acuicultura, y la alta demanda de bienes y servicios que tiene China hace que sea una oportunidad no sólo para colocar el producto sino para desarrollar el sistema productivo”, comentó.
La representación latinoamericana no se limita a estos países. De México vienen 40 empresas, la mayoría del sector alimentario. Bolivia, por su parte, promueve los “superalimentos” como la quinoa, la chía, el sésamo o la soja, con nueve empresas intentando penetrar o afianzar sus lazos con la segunda mayor economía del mundo.
En la inauguración, que tuvo lugar el lunes y fue dirigida por el presidente chino, Xi Jinping, estuvieron los presidentes de El Salvador y de República Dominicana, Salvador Sánchez Cerén y Danilo Medina, respectivamente.
En la intervención inicial, Xi insistió en que la apertura de China “es imparable” y aseguró que el gigante asiático tiene los brazos abiertos para recibir productos de otros lugares del mundo.
Según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), China fue el país del mundo donde más crecieron las exportaciones de Latinoamérica en 2017, con un alza interanual del 23%.