(EFE).- Los grandes problemas que tiene que afrontar América Latina son la desigualdad y la violencia, temas ambos con los que la Unión Europea (UE) espera poder trabajar en conjunto con los países de la región, afirmó este martes el alto representante para la Política Exterior del bloque continental, Josep Borrell.
El alto diplomático europeo se expresó así durante una reunión con medios extranjeros en Lima en el marco de su primera visita a Latinoamérica desde que asumió el cargo en 2019, en la que también lamentó que América Latina no esté «suficientemente representada en las prioridades políticas de la Unión Europea».
«(En Europa) se percibe América Latina como un subcontinente que está por un lado muy cerca de Europa, pues compartimos los mismos valores y sistemas políticos (…) Pero también se percibe que el gran problema es la desigualdad y la violencia», razonó el político español.
En ese sentido, Borrell apuntó que la sociedad latinoamericana debería preocuparse por solucionar este problema, particularmente «una desigualdad desgraciadamente no corregida por el crecimiento económico», que sistemáticamente ha «disminuido la pobreza» de los países pero que al mismo tiempo ha aumentado las desigualdades.
Borrell sostuvo que las «bajas presiones fiscales» que se observan en la región de forma generalizada son «parte del problema, pues es difícil tener una sociedad menos desigual con una escasa capacidad redistributiva por parte de los poderes públicos».
TRES PROBLEMAS
Más allá de estos temas, Borrell apuntó que las preocupaciones europeas hacia América Latina están generalmente restringidas a tres temas: Venezuela, Cuba y Nicaragua; los movimientos migratorios en América Central y los tratados comerciales.
«El primer problema que se ve son Venezuela, Cuba y más recientemente Nicaragua, régimenes políticos excomunistas o que se consideran en la órbita del antiguo sistema comunista o son dictaduras como la nicaragüense que no tienen otra connotación ideológica más que la del mantenimiento en el poder del dictador», dijo.
Los movimientos migratorios en América Central, una zona «con enorme carencia de gobernabilidad, estabilidad institucional, bajo desarrollo y altísima violencia» impactan también en los europeos porque «son visibles».
«Y la tercera visión son los acuerdos comerciales. El Mercosur es el gran elefante en la habitación, un acuerdo al que se llegó en principio pero que no arranca en su tramitación. El Parlamento Europeo considera que en su actual estado no se puede aprobar y otros países tienen reticencias», apuntó.
Borrell arrancó el lunes su visita a la región con una reunión con el ministro peruano de Relaciones Exteriores, Óscar Maúrtua.
Previamente, a través de las redes sociales, el político destacó el inicio de su primera gira por Latinoamérica reclamando un mayor peso para la región en las relaciones exteriores del bloque comunitario.
«La UE debe darle más peso en sus relaciones exteriores a América Latina, como socios en el sistema multilateral, y como destino comercial y de inversión. Compartimos valores e institucionalidad política», escribió en su cuenta en la red social.
Está previsto en el marco de su visita que Borrell se reúna con el presidente de la República, Pedro Castillo, y la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, así como otras reuniones con agentes sociales y de la sociedad civil.