Leticia Núñez (ALN).- Paraguay crece. Con estabilidad política y económica, una baja fiscalidad y abundante mano de obra, el país ofrece muchas posibilidades de negocio a las compañías españolas, fundamentalmente en el sector de las infraestructuras. “Las necesidades que tiene Paraguay son prácticamente todas”, dicen desde el grupo español Peyco. Basta un dato: de los 65.000 kilómetros de rutas que tiene, el 90% son caminos de tierra.
Paraguay despunta. Así lo asegura el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), que habla de la economía paraguaya como una de “las más abiertas” de América Latina tras poner punto final en 1989 a la dictadura de Alfredo Stroessner que duró 35 años. Son apenas siete millones de habitantes. Se trata de un mercado reducido por el que las compañías extranjeras suelen pasar de largo hasta aterrizar en los vecinos Brasil y Argentina. Sin embargo, Paraguay goza de estabilidad política y económica, de una abundante mano de obra y de la pertenencia a Mercosur. Factores todos ellos que se traducen en múltiples oportunidades para las empresas españolas que tengan en mente salir al exterior.
El filón son las infraestructuras. “Entre los sectores con atractivo, en primer lugar, nos encontramos las infraestructuras, una debilidad del país pero que sin duda es una gran oportunidad para la entrada de empresas”, dice Ruth Abad, agregada comercial de la Embajada de España en Paraguay, en un vídeo publicado por el ICEX.
Debilidad y oportunidad al mismo tiempo porque, tal como explica Pablo Calvo, delegado del grupo español de ingeniería Peyco en Paraguay, “las necesidades a nivel de infraestructuras que tiene el país son prácticamente todas”.
En el mismo vídeo, Calvo habla de “grandes carencias en vías de comunicación” después de años en los que “se descuidó la inversión”. Según explica, de los 65.000 kilómetros de rutas, el 90% son “caminos de tierra”.
Uno de los retos del Gobierno es posicionar a Paraguay como productor de alimentos para el mundo
Asimismo, el delegado de Peyco, que llegó al país en 2014 de la mano de un contrato del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), recuerda que Paraguay tuvo el primer ferrocarril de Suramérica, pero se desmanteló en los 90. También apunta que “fuera de Asunción [la capital de Paraguay] el alcantarillado es la excepción. Hay todavía muchos núcleos pequeños rurales que no tienen acceso a agua corriente”.
De ahí el abanico de oportunidades para las firmas españolas. Precisamente Sacyr entró en Paraguay a finales de 2016 al lograr un contrato de construcción y posterior explotación durante 30 años de dos autopistas, un proyecto estimado en 1.470 millones de dólares (1.250 millones de euros).
Ahora, según dice la agregada comercial de la embajada española en Paraguay, Ruth Abad, el país “estima una necesidad de inversión en infraestructuras en torno a 7.000 millones de dólares (5.954 millones de euros). Se establecieron 13 obras emblemáticas que ya se están licitando. Básicamente son infraestructuras viarias, aeroportuarias, de saneamiento… Son proyectos muy atractivos”. Todo ello dentro del Plan Maestro de Infraestructura, Transporte y Logística aprobado en 2013 y con el que se planteó elevar la inversión en infraestructura al 3,5% del Producto Interior Bruto (PIB).
Otro punto a favor de las españolas es la buena imagen de la que gozan. “España tiene una imagen de productos de buena calidad, de empresas con experiencia, especialmente ahora destacable en el sector de las infraestructuras, donde se ha expresado el deseo de que firmas españolas se acercaran al mercado”, dice Abad. Y remata: “No existe ningún tipo de barrera ni hostilidad a la entrada de empresas extranjeras”.
Sin límite a la entrada de capital extranjero
Asimismo, la experta cita como ventaja de Paraguay la proximidad a “grandes mercados, especialmente a Brasil, no sólo desde el punto de vista de la inversión sino también de la exportación de determinados productos”. También destaca como fortalezas la baja fiscalidad, el hecho de que el 60% de la población esté en edad de trabajar y unas leyes de inversiones “que no establecen limitación a la entrada de capitales extranjeros”. A lo que el ministro paraguayo de Industria y Comercio, Gustavo Leite, añade: “En Paraguay no cambiamos las reglas, sino que cada vez añadimos más tranquilidad al ambiente empresarial”.
En el vídeo publicado por el ICEX, Leite destaca que el Ejecutivo de Horacio Cartes se plantea tres retos: “Posicionar a Paraguay como productor de alimentos para el mundo. Convertirlo en la fábrica de América Latina por ser el país más competitivo de la región por excelencia. Y tomar protagonismo de nuestra situación geográfica, central en el cruce de caminos entre el Atlántico y el Pacífico”. Unos retos que llevan nuevamente a la importancia de mejorar las infraestructuras, máxime teniendo en cuenta que los ríos Paraguay y Paraná canalizan la mayor parte de la actividad comercial del país.
De los 65.000 kilómetros de rutas que tiene Paraguay, el 90% son “caminos de tierra”
Al margen de las infraestructuras, otros sectores en desarrollo son el de la construcción de edificios y oficinas, así como el de autopartes para automóvil, plásticos, textil, cuero, farmacéuticos y químico, según Abad. “Por último, un sector muy poco desarrollado en el que hay un atractivo importante para las empresas españolas sería el del procesado de alimentos y todo lo relacionado con agroindustria”, zanja Abad.
Pero no todo son fortalezas. Entre los aspectos a mejorar, la agregada comercial incluye la debilidad institucional y un nivel de educación “bastante deficiente, que incide en la capacitación de la mano de obra”. Y cómo no, la corrupción. “Transparencia Internacional muestra a Paraguay como el segundo país más corrupto de Suramérica”. No obstante, Abad intenta sacar una lectura positiva y destaca que el Gobierno aprobó recientemente una ley de transparencia para luchar contra este grave problema.