María Rodríguez (ALN).- Las compañías españolas Gestamp, con presencia en América Latina, Laboratorios Rovi y Naturhouse explican en el Foro MedCap en Madrid por qué lanzarse a la Bolsa teniendo un origen familiar. Para ellas supone “la consolidación de un proyecto” y ayuda a atraer y retener talento.
¿Por qué cotizar en Bolsa cuando eres una empresa familiar? ¿Qué consigues a cambio? Los responsables de las firmas españolas Gestamp (con presencia en América Latina), Laboratorios Rovi y Naturhouse lo tienen claro. “La Bolsa da visibilidad y transparencia” a la empresa, apunta Javier López-Belmonte, vicepresidente y director financiero de Laboratorios Rovi. “Supone la consolidación de un proyecto”, añade Francisco J. Riberas, presidente y director ejecutivo de Gestamp. “Y evita problemas familiares” (en el reparto de herencias, por ejemplo), subraya Félix Revuelta, presidente y director ejecutivo de Naturhouse.
Estos tres directivos lo dicen con conocimiento de causa. Sus empresas ya cotizan en Bolsa aunque no saltaron al parqué a la vez. Laboratorios Rovi lo hizo hace casi 10 años, Naturhouse en 2015 y Gestamp hace apenas un mes. Así lo recordaron este martes en una ponencia sobre la empresa familiar en los mercados de valores, organizada en el marco del decimotercer Foro MedCap que se celebra estos días en el Palacio de la Bolsa de Madrid.
Revuelta: “En EEUU cualquier empresa familiar sale a Bolsa, aquí no”
Para López-Belmonte, cotizar en Bolsa implica no estar condicionado al 100% por los propios accionistas de la empresa. Además, “es importante para captar recursos humanos” (y así atraer y retener el mejor talento), subrayó en el acto, una idea que también respaldaron los demás ponentes. Desde su experiencia López-Belmonte explicó que el impulso definitivo para lanzarse a los mercados de valores llegó a la par que la nueva generación en la cúpula directiva de Laboratorios Rovi.
Este directivo recordó que los inicios fueron duros a nivel bursátil. Hoy hace balance y le salen bien las cuentas. Hace 10 años la acción valía algo más de nueve euros (10 dólares aproximadamente). Ahora está en los 16 euros (17 dólares), por eso agradece la confianza de los inversores. “No puede decir lo mismo del Ibex 35”, ironizó al recordar que en la salida a Bolsa de Laboratorios Rovi el selectivo español rondaba los 15.000 puntos y este martes cerró en 10.876.
Por su parte, Félix Revuelta insistió en la importancia de estar en el parqué, especialmente si se quiere hacer negocios en Estados Unidos. “Allí cualquier empresa familiar sale a Bolsa, aquí no”, subrayó. Al margen de que te conozcan “y reconozcan”, Revuelta equiparó estar en los mercados de valores a un “reconocimiento personal”. Asimismo, desde la experiencia de Naturhouse explicó que su mercado más próximo era, precisamente, EEUU, por lo que necesitaban esa visibilidad que el parqué otorga, aunque bromeó: “No estoy preocupado por la cotización, tomen nota”.
El directivo de Naturhouse siempre quiso sacar la empresa a Bolsa, pero “me decían que no tenía el tamaño” suficiente. Hoy, con tres años de cotizaciones detrás sigue pensando lo mismo: le importa más la rentabilidad que el tamaño.
El caso de Gestamp se torna distinto. “Los bancos nos preguntaban por qué no estábamos en Bolsa”, apuntó Francisco J. Riberas. “Para nosotros era el paso natural”, matizó el directivo, recordando que la firma ya estaba en el mercado de bonos desde 2013. Pero no fue sino hasta 2016 cuando se sintieron preparados para dar el salto. Desde ese momento, la compañía tardó siete meses en conseguirlo.
La empresa familiar como bastión de la economía
Preguntados en la ponencia sobre qué aporta el carácter familiar a una compañía, Revuelta subrayó que este tipo de empresas es “el bastión de la economía, la que más empleo da y la que más trabaja”, aunque también bromeó con que los grandes fracasos pueden llegar con la tercera generación.
López-Belomente: en las compañías familiares hay una “clara alineación de intereses entre ejecutivos y accionistas”
Por su parte, López-Belmonte precisó que en las compañías familiares hay una “clara alineación de intereses entre ejecutivos y accionistas”, hecho que “aporta seguridad y confianza en el proyecto, con una vocación a largo plazo”.
Riberas se mostró “firme partidario de la empresa familiar” y enumeró tres riesgos que se deben evitar en estas entidades: la mezcla de patrimonio empresarial y familiar, los conflictos entre gestores familiares y profesionales, y que acaben por no respetarse en el largo plazo los valores de una familia que, por extensión, también lo son de la propia empresa.