EFE / ALN.- La era Trump apunta de soslayo a las 5.800 firmas de España presentes en México. Representan la principal inversión europea en la región y la segunda mundial, tras Estados Unidos. Aunque miran de reojo los movimientos del mandatario de EEUU, tienen sus propios planes para 2017. España es el segundo país inversor en México, solo por detrás de Estados Unidos, y el primero europeo. Por el momento, las inversiones españolas en esta región no se han visto afectadas por el efecto Trump. Algunas de las más destacadas, como Iberdrola, OHL, Acciona o FCC, incluso tienen sus propios planes para este año en forma de nuevos proyectos.
El pasado 20 de enero Iberdrola anunció la adjudicación a Gamesa de 134 aerogeneradores para dos parques eólicos que construirá en México y que entrarán en funcionamiento en 2019. La compañía que dirige Ignacio Sánchez-Galán, primer productor privado de electricidad en el país mexicano, prevé poner en marcha entre 2016 y 2020 nuevas centrales de ciclo combinado y plantas de cogeneración.
Por su parte, la filial de la empresa española OHL en México, también ha anunciado que en 2017 contempla invertir más de 330 millones de euros (aproximadamente 350 millones de dólares) en diversos proyectos de infraestructura. En un comunicado, la compañía subrayó que “mantiene firme su apuesta y compromiso por México”, un país “con grandes oportunidades de crecimiento, a pesar de la incertidumbre”.
Las cifras de importaciones y exportaciones en México arrojan un saldo positivo para España de 708,9 millones de euros
Acciona acaba de celebrar en México su primer consejo de administración fuera de España y en enero se adjudicó, en un consorcio liderado por las mexicanas ICA y Carso, de Carlos Slim, en el que también participó FCC, la construcción de la terminal de pasajeros del nuevo Aeropuerto de Ciudad de México.
Aun así, las 5.800 empresas españolas presentes en México se mantienen en alerta frente a un futuro incierto. Así lo constata Jorge Mariné, titular de la Oficina Económica y Comercial de España en México, en declaraciones a la agencia EFE: “Existe un clima de incertidumbre, sobre todo por lo heterodoxo que está resultando el comportamiento político, pero económicamente hablando no diría que exista un gran pesimismo”.
Según los últimos datos del Ministerio de Economía de España, entre enero y noviembre de 2016 las exportaciones españolas a México alcanzaron los 3.762,6 millones de euros (aproximadamente 4.000 millones de dólares), 4,1% menos que en el mismo periodo de 2015. Mientras, las importaciones ascendieron a 3.053,7 millones de euros (aproximadamente 3.200 millones de dólares), el 9,6% menos. Estas cifras arrojan un saldo positivo para España de 708,9 millones de euros (751 millones de dólares).
Iberdrola adjudicó a Gamesa 134 aerogeneradores para dos parques eólicos que construirá en México / Flickr: Gobierno Federal de México
Mariné matiza igualmente que, aunque estos datos son de antes de que se produjera “el efecto desestabilizador” de los anuncios del nuevo mandatario estadounidense, ya vienen con ese efecto descontado.
Otros datos reafirman la postura del titular de la Oficina Económica y Comercial de España en México: “El peso mexicano, que hoy está a 22 unidades el dólar, está al mismo valor que el 1 de enero y la verdadera bajada del peso se produjo en 2016”.
En Madrid, directivos de compañías españolas con intereses en México consultados por la agencia EFE coinciden en mantener su apuesta por ese mercado al margen de la actual coyuntura. Sin embargo, admiten que Trump puede perjudicar a la economía mexicana e impactarles de forma indirecta.
En este sentido, las compañías españolas que deberían estar más pendientes de lo que pase, según subraya Mariné, están en el sector financiero, donde “la operación del BBVA en el país representa el 25% del beneficio de los activos y la del Banco Santander el 18%”.
Por sectores, las empresas españolas de infraestructura y construcción sí que se han visto afectadas por una reducción en la inversión pública, pero a causa de la caída del ingreso petrolero de México, aunque esto puede cambiar por la recuperación paulatina del precio del crudo, según opina Mariné.