María Rodríguez (ALN).- El correísmo se midió el pulso en las elecciones seccionales de Ecuador y no salió bien parado. Sólo obtuvo dos prefectos (gobernadores de provincia) de los 24 que se jugaban, y ningún alcalde. “Electoralmente el correísmo logró su peor resultado. Sin embargo, que siga presente es un mérito para un movimiento tan fragmentado y desgastado políticamente”, explica al diario ALnavío la politóloga Karina Cáceres.
El correísmo sigue perdiendo más y más fuerza en Ecuador. Al menos eso reflejan los resultados de las elecciones seccionales del país, celebradas este domingo para elegir, entre otros cargos, a prefectos (gobernadores de provincias), alcaldes, concejales y los siete miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS). La representación más destacada del correísmo se resume en dos prefectos, para las provincias de Manabí y Pichincha, ningún alcalde y dos miembros para el CPCCS. Un panorama que dista mucho del poder que ostentó Rafael Correa en los 10 años en la Presidencia de Ecuador.
“Electoralmente el movimiento (de Correa) logró el peor resultado. Su fuerza electoral es bajísima. La presencia efectiva cayó muchísimo”, destaca al diario ALnavío Karina Cáceres, miembro de la Red de Politólogas. “Sin embargo, que siga presente [el correísmo] a pesar de todo es un mérito para un movimiento que está fragmentado y tan desgastado políticamente”, añade Cáceres. Esta politóloga recuerda además la gran escisión de Alianza País entre los partidarios del presidente Lenín Moreno y los seguidores del expresidente Correa.
“Electoralmente el movimiento (de Correa) logró el peor resultado», dice Cáceres
¿Puede decirse que a Correa le han barrido en estas elecciones? “Sí, sí. De todas formas, el sistema electoral ecuatoriano es bastante complejo. No paran de surgir nuevos movimientos en cada elección, con nuevas figuras y partidos, lo que refleja que la ciudadanía está movilizada políticamente”, explica Cáceres.
Para Francisco Sánchez, subdirector del Instituto de Iberoamérica y profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Salamanca, Correa aún tendría el apoyo del «20% del electorado», pero «fuerza a nivel nacional no tiene». No obstante, Sánchez subraya que Correa sí que es fuerte en sectores populares de Quito y remite a unas recientes declaraciones de Jaime Nebot, excandidato presidencial y actual alcalde de Guayaquil: “Correa no es un muerto político, es un hombre importante todavía en la vida política del país, muy disminuido respecto de lo que fue, pero no es el cuco ni el muerto”.
Por su parte, Simón Pachano, doctor en Ciencias Políticas y profesor investigador de Flacso Ecuador (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), recalca que estas elecciones regionales «no se las puede considerar como un indicador» de la fuerza de los partidos políticos, porque tienen una lógica muy diferente, en el sentido de que importa lo local, y hay una «permisibilidad muy grande» para formar partidos (200 organizaciones concurrieron a las elecciones). Aclarada esta cuestión, eso no quita que estas elecciones constaten que el correísmo siga teniendo fuerza en algunas zonas, como Pichincha, y «haya perdido mucho en otras», como la costa y la sierra, puntualiza Pachano.
Revolución Ciudadana (el movimiento de Correa después de salirse de Alianza País) concurrió a estas elecciones junto a Compromiso Social (lista 5). Participó en 50% de las provincias (es decir, en 12 de 24), 22% de los cantones (donde se eligen las alcaldías) y 10% de las juntas parroquiales.
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Dos políticos históricamente cercanos a Correa, como José Orlando y Paola Pabón se impusieron en las provincias de Manabí y Pichincha con 28,48% y 22,15% de los votos, respectivamente, según datos del Consejo Nacional Electoral. Pichincha es la provincia donde está ubicada la capital, Quito. Este resultado “es la posibilidad de sostener a un movimiento político que ya tenía tarjeta amarilla”, dijo a periodistas el asambleísta Pabel Muñoz, de Revolución Ciudadana, tal como recoge Reuters.
Respecto a las alcaldías, el movimiento de Correa se fue de vacío, aunque la candidata Luisa Maldonado quedó segunda en Quito (18,42% de votos), por detrás de Jorge Yunda, de Unión Ecuatoriana (21,38%).
En cuanto al CPCCS, era la primera vez que sus miembros los elegían los ecuatorianos. Una modificación aprobada en la consulta popular de Moreno de 2018. Correa tuiteó su elección. De ellos, salieron victoriosos Walter Javier Gómez y Victoria Desintonio. El CPCCS designa las autoridades de la Defensoría del pueblo, la Contraloría General del Estado y las Superintendencias. Antes de la consulta popular, los consejeros se elegían desde la Administración, analizando los méritos propios de los candidatos.
Como era de esperar, la lectura que hace el correísmo de las elecciones es de una “campaña exitosa”. En un comunicado conjunto de Compromiso Social y Revolución Ciudadana destacaron que obtuvieron al menos un concejal por cada cantón en el que se presentaron (49 cantones de más de 200) y en la capital 9 concejales “lo que permitiría tener un vicealcalde en Quito”, barruntan. Igualmente felicitaron a los dos prefectos electos y resaltaron, como fieles correístas, “el liderazgo de Rafael Correa y la capacidad de, a través de redes sociales, llegar con la verdad al país”.
El presidente Moreno se abstuvo de apoyar a sus candidatos. “Como lo dije en su momento, no participé en el proceso electoral ni dispuse, como se solía hacer en el pasado, que recursos y bienes del Estado estén al servicio de candidato alguno. Como primera autoridad del país, mi deber está en velar por todos y trabajar con todos”, explicó el mandatario en un vídeo difundido tras la celebración de los comicios. Ahora, espera reunirse con los funcionarios electos para seguir construyendo, en palabras de Moreno, el Ecuador que “merecen” los ecuatorianos.