Daniel Gómez (ALN).- Ni en Ecuador ni en Argentina parecen funcionar las recetas del FMI. Y el chavismo mundial se está aprovechando, lanzando una campaña mundial para desprestigiarlo. Otro problema más para la nueva directora del organismo, Kristalina Georgieva, quien hará su presentación formal este martes en la reunión anual del Fondo en Washington.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) arranca su nueva era entre un mar de dudas. Por la incertidumbre comercial, por la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China, por el Brexit… El problema es que a la inestabilidad mundial se le suman los cuestionamientos en América Latina sobre la efectividad de sus recetas.
En Ecuador, 12 días de protestas ciudadanas obligaron al presidente Lenín Moreno a derogar el decreto 883. Una ley avalada por el FMI que suprimía los subsidios a los combustibles para ahorrar 1.300 millones de dólares a las cuentas públicas, pero que aumentaba en consecuencia el precio de la gasolina y el gasoil. Una medida impopular que obligó a Moreno a rectificar tras una negociación con el movimiento indígena, líder de las protestas. Ahora Moreno redactará junto a este movimiento un nuevo paquete de medidas.
“¿Qué pasará ahora?”, se pregunta en conversación con el diario ALnavío el analista ecuatoriano Francisco Sánchez, director del Instituto Iberoamericano de la Universidad de Salamanca. “Ecuador tiene cerrados los mercados internacionales. Su único prestamista es el FMI. Si este ve que no comparten sus recetas, se van y Ecuador se queda sin los 4.200 millones de dólares”.
“¿Qué pasará ahora?”, se pregunta en conversación con el diario ALnavío el analista ecuatoriano Francisco Sánchez, director del Instituto Iberoamericano de la Universidad de Salamanca. “Ecuador tiene cerrados los mercados internacionales. Su único prestamista es el FMI. Si este ve que no comparten sus recetas, se van y Ecuador se queda sin los 4.200 millones de dólares”.
Al margen de lo que ocurrirá, la situación en Ecuador despertó la campaña mediática del chavismo mundial. El primero Nicolás Maduro, que disfrutó de lo lindo viendo los problemas de Moreno y aprovechando, de paso, para criticar al FMI. Lo mismo hicieron el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, el Partido de los Trabajadores del exmandatario Lula da Silva en Brasil y también chavistas disidentes y marginados como los exministros Rafael Ramírez y Elías Jaua respectivamente.
Otro que se sumó a la campaña chavista fue el mandatario de Bolivia, Evo Morales. Este domingo se celebran las elecciones presidenciales en su país. Morales es el favorito. Pero no fue hasta la última semana, coincidiendo con la crisis en Ecuador y las protestas contra el FMI, cuando las encuestas otorgaron a Morales los 10 puntos que necesitaba para ahorrarse la segunda vuelta. Una segunda vuelta en la que el opositor Carlos Mesa podría dar la sorpresa.
La crisis de Ecuador y el FMI ponen a ganar a Evo Morales en Bolivia
Como se dijo en el diario ALnavío, la crisis de Moreno pone a ganar a Morales ya que el mandatario ha sido hábil ligando los planes de Carlos Mesa con los del FMI. Ese FMI que generó el caos en Ecuador, y que tampoco ha logrado resultados en Argentina.
58.000 millones de dólares le prestó el Fondo al presidente Mauricio Macri para contener la economía. Y este no lo consigue. A falta de las últimas previsiones macroeconómicas, el PIB de Argentina se contraerá 1,2%. Mientras, persiste la inflación, el desempleo y la pobreza. Esta, de hecho, aumenta. Hoy 35,4% de los ciudadanos son pobres, 8,1 puntos más que en 2018.
También se conoció el dato de que Argentina ha perdido 30.000 millones de dólares de sus reservas. Mientras que el 9 de abril tocaron récord, 77.481 millones de dólares, la semana pasada se situaron cerca de los 48.000 millones de dólares. Una caída de 31% nunca vista desde 2001.
Por cosas así el candidato peronista, Alberto Fernández, favorito para ganar las elecciones presidenciales del próximo 27 de abril, cuestiona a Macri. ¿Qué pasa con los 38.000 millones de dólares que ha desembolsado el FMI? “No están ni en puentes ni viviendas”, se responde a sí mismo. Y es que, según Fernández, 30.000 millones han ido a parar a manos de los “amigos de Macri”.
El caso es que en América Latina el FMI está cuestionado. Este miércoles comienza en Washington su reunión anual. Será la presentación formal de su nueva directora, Kristalina Georgieva. Una defensora del “capitalismo inclusivo” como la exjefa Christine Lagarde, pero a la que se le abre un panorama difícil.
Georgieva lo tiene claro. “Si esperamos a la próxima crisis será muy tarde. Debemos actuar ahora”, remarcó la semana pasada en Washington.
A finales de septiembre, cuando asumió el cargo, también dijo que “la prioridad inmediata” del FMI “es ayudar a los países a minimizar el riesgo de crisis y estar preparados para hacer frente a los problemas”. De esta manera, apoyará “políticas monetarias, fiscales y estructurales sólidas para construir economías más fuertes y mejorar la vida de las personas. Esto significa también tratar temas como las desigualdades, los riesgos climáticos y el rápido cambio tecnológico”.