EFE / ALN.- Con la firma brasileña en fuera de juego por la trama de corrupción, Latinoamérica se queda sin una corporación que pueda ser competitiva en materia de infraestructuras. Por ese motivo, un experto de la ONU prevé que las empresas de la región se unirán con los poderosos brazos financieros chinos. El escándalo de corrupción de Odebrecht, una trama de sobornos que salpicó a más de una decena de países en América Latina, no solo ha castigado a la constructora brasileña. También a todo el “deficitario sector” de infraestructuras en la región, algo que será “un desafío para la competitividad de la empresa privada en general”. Así lo asegura Lucio Cáceres, experto de las Naciones Unidas (ONU), en una entrevista con la agencia EFE.
Cáceres, jefe regional para Infraestructura de la Oficina de la ONU de Servicios para Proyectos (UNOPS, por sus siglas en inglés) argumentó que Odebrecht “es una firma que ha sido parte importante de la capacidad ejecutora (en infraestructura) del continente”.
Uno de los mecanismos para llenar el espacio dejado por Odebrecht es la aparición de China en la región”, apunta el experto
“La retirada del mercado, por lo menos provisionalmente”, tanto de Odebrecht como de otras constructoras brasileñas implicadas en el escándalo de los sobornos, hace que la región “se enfrente con una situación bastante compleja, porque se le cortó la mano de las herramientas de ejecución”, añadió el funcionario de la ONU, quien también fue ministro de Obras Públicas de Uruguay.
Esta situación “deja un espacio abierto” en el mercado que podría ser aprovechado por otras empresas latinoamericanas, pero, de momento, ninguna es comparable con la magnitud de mercado que tenía Odebrecht, que “es una gran compañía” aunque con “un problema”, sostuvo. Según documentos publicados en diciembre por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, la constructora brasileña pagó 733 millones de euros (aproximadamente 788 millones de dólares) en comisiones ilegales por más de 100 proyectos en Angola, Argentina, Brasil, Colombia, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, México, Mozambique, Panamá, Perú y Venezuela.
Consorcios de firmas latinoamericanas con chinas
Con el objetivo de limpiar su imagen, Odebrecht, además de crear su particular muro de las lamentaciones, pidió disculpas públicas en diciembre y se comprometió a pagar multas por más de 2.000 millones de dólares (1.864 millones de euros) a los gobiernos de EEUU, Brasil y Suiza, y además adoptó en 2016 “una política de cumplimiento” por la cual “se propone perfeccionar su modelo de gobernanza”.
Asimismo, Cáceres dijo que “uno de los mecanismos que vemos que está funcionando” para llenar el espacio abierto dejado al menos provisionalmente por la constructora brasileña “es la aparición de China en la región”. Ello seguramente hará que las empresas de América Latina se unan en consorcios a fin de competir por proyectos que también van a llamar la atención de los chinos, que cuentan con un poderoso brazo financiero.
“¿Podrán competir? Ese es un tema muy neurálgico, porque muchas veces son empresas (las latinoamericanas) que están compitiendo con grandes asimetrías” especialmente en materia de acceso a la financiación, indicó Cáceres.
Lo ideal para América Latina sería invertir alrededor del 5% del PIB en infraestructuras”, según Cáceres
La situación se potencia “sobre todo en el esquema actual de la región”, donde muchos países tienen una elevada deuda pública, lo que limita su acceso al crédito con entidades multilaterales y “lleva a que las obras se liciten con financiamiento de las empresas mediante concesiones y participación público-privada”, añadió.
“Un escenario complejo”
Conseguir el “instrumento financiero va a ser un desafío de las empresas en general”, declaró el funcionario de la UNOPS, un organismo que gestiona más de 1.000 proyectos humanitarios, de desarrollo y de consolidación de la paz para distintos asociados. Es un escenario “complejo”, sobre todo “desde el punto de vista de que este continente necesita desarrollar su infraestructura, necesita inversión”, resaltó el funcionario y profesor universitario.
En América Latina se invierte entre el 1% y el 2% del Producto Interior Bruto (PIB) en infraestructuras, cuando en el sureste asiático este indicador se sitúa entre el 5% y el 7%. Según Cáceres, lo ideal para la región sería invertir alrededor del 5% del PIB y éste es un momento muy propicio para comenzar a hacerlo porque las tasas de interés están bajas.
El experto de la ONU indicó que además de la gestión “inteligente” de la financiación, otro escollo que afronta el sector de la infraestructura en la región es la “calidad de los diseños y de la ejecución de las obras”.