Redacción (ALN).- Inició como una batalla de comunicados entre facciones enfrentadas y terminó con duras descalificaciones y la división de la militancia y la dirigencia histórica. Así es la crisis en el partido opositor Primero Justicia, la agrupación que respaldó a Henrique Capriles, dos veces candidato a la presidencia, y que hoy atraviesa una crisis sin precedentes.
Es Capriles, precisamente, uno de los generales en la guerra que se desató entre abstencionistas y proparticipación en la tolda amarilla, que desató una crisis a puertas abiertas que es, a su vez, el reflejo de la división que sufre hoy la oposición venezolana en torno a las elecciones del 25 de mayo, cuando se renovarán cargos de la Asamblea Nacional y las gobernaciones.
A continuación, tres aspectos de la crisis en Primero Justicia:
1- El llamado a elecciones, detonador de la crisis
La crisis en Primero Justicia se hizo evidente después del llamado a las elecciones para renovar la Asamblea Nacional y las gobernaciones, que inicialmente se pautó para el 27 de abril y luego se aplazó hasta el 25 de mayo.
La presidenta del partido, María Beatriz Martínez, rechazó el llamado a los comicios apenas se produjo y se alineó con la postura abstencionista de María Corina Machado.
Este rechazo se sustenta en las denuncias de supuesto fraude en las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024 que mantiene la oposición. Según datos oficiales del Consejo Nacional Electoral Nicolás Maduro consiguió un tercer sexenio consecutivo con más de 51 % de los votos.
Bajo la presidencia de Martínez, Primero Justicia rechazó de manera formal acudir a las elecciones, lo que generó las críticas de un sector de los dirigentes tradicionales y parte de la militancia, que ven en los comicios una oportunidad para desplazar al chavismo en las regiones.
“No puede la oposición querer cambiar un Gobierno no democrático comportándose no democráticamente, el voto es una decisión muy personal, (pero) mi posición es nunca más abstenerse. Podemos hacer un recuento de estos 25 años y la abstención no nos ha dejado nada. En Venezuela tenemos que hacer una resistencia democrática y el voto es un mecanismo de expresión de esa resistencia democrática”, dijo Capriles el 5 de febrero al hacer de vocero del sector que desea ir a las elecciones.
Martínez respondió y acusó a quienes se desmarcan de la postura abstencionista del partido de “alinearse” con las estrategias de Maduro y de ser un “obstáculo“ para el reclamo del excandidato presidencial Edmundo González Urrutia, quien afirma ganó el 28 de julio con cerca de siete de cada 10 votos.
2- Enfrentamiento entre figuras clave
Si los proparticipación están comandados por Capriles, un peso pesado dentro del partido, los abstencionistas tampoco están huérfanos de liderazgo.
Además de contar con el respaldo de la presidenta de la formación, tiene de su lado a otro líder histórico de Primero Justicia, el exdiputado Julio Borges.
Es Borges, de acuerdo con las denuncias de Capriles, quien elevó el tono en la disputa por el control de la formación e incluso lidera una campaña de «guerra sucia» contra el antiguo gobernador del estado de Miranda.
Capriles denuncia esta supuesta campaña desde octubre de 2024, cuando aparecieron rumores de que sostuvo reuniones para con el chavismo para pactar su participación en las elecciones regionales.
“Sigue la guerra sucia del señor Julio Borges pagando en portales ‘noticias’ falsas. Lo dijimos, esta práctica es reiterada contra gente de todos los partidos políticos”, dijo entonces Capriles en su cuenta en la red social X (antes Twitter).
A finales de febrero Capriles llamó a los militantes de Primero Justicia que le respaldan a no perder “ni un minuto en la basura de Julio Borges” o en los mensajes que difunda en las redes sociales del partido.
“Las redes sociales de Primero Justicia son un instrumento de Julio Borges y su decadencia y su descomposición”, dijo Capriles en un audio que difundió en su canal de la red de mensajería WhatsApp.
Borges respondió a estas acusaciones tachándolas de «terribles» y apuntó que las diferencias políticas no deben saltar al plano personal ni transformase en un «torneo de insultos y descalificaciones».
3- Primero Justicia y la disputa por su tarjeta
La batalla por el control del partido pare pasar por alto su intervención a manos del Tribunal Supremo de Justicia, lo que supuso que pasara a manos del diputado José Brito, que en público se define como opositor y a quien los opositores acusan de estar del lado de Maduro.
Brito “controla” el partido desde abril de 2024 y, aunque el grueso de la militancia no lo reconoce como líder, tiene poder sobre la tarjeta y, en teoría, sobre las sedes de la organización.
Tras la decisión del TSJ, Borges denunció: “Maduro pretende robarse la tarjeta de Primero Justicia entregándosela a un alacrán (en referencia a Brito) que es un instrumento de su régimen. Todo esto lo hacen para intentar crear frustración, pero no podrán”.
Es decir, aunque todos los dirigentes del partido estuvieran de acuerdo en acudir a las elecciones, no podrían hacerlo con su tarjeta y tendrían que negociar con otras formaciones, como el MPV o UNT.
Tomado de Crónica Uno.