Leticia Núñez (ALN).- Hasta hace dos meses era una cara desconocida. El único diputado del Partido Restauración Nacional. Pero Fabricio Alvarado, con un discurso basado en la defensa de la familia tradicional, ganó de manera inesperada la primera vuelta en Costa Rica. De cara a la segunda ronda del domingo, lidera la mayoría de las encuestas. Y los expertos creen que también tiene a su favor que el partido rival, el gobernante Acción Ciudadana, “está muy desgastado”.
Podría decirse que Fabricio Alvarado es un candidato caído del cielo. El político, quien este domingo peleará por la Presidencia de Costa Rica en la segunda vuelta electoral, representa el avance de las iglesias evangélicas en toda América Latina en la lucha por conquistar votos. Fuertemente conservador, defiende los valores cristianos, la familia tradicional. También caído del cielo porque cuando empezó la campaña era prácticamente un desconocido para los costarricenses: apenas tenía 3% del voto y ejercía como el único diputado del Partido Restauración Nacional (PRN).
Todo cambió el 9 de enero, día en el que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió el fallo que ordenó a los países miembros que reconociesen derechos plenos a las parejas del mismo sexo. La noticia cayó como una bomba. Puso la campaña patas arriba y opacó otros temas como la crisis fiscal y el aumento de la violencia. En menos de dos semanas, Alvarado disparó su popularidad.
Hoy, a cinco días de que se celebre el balotaje, el candidato evangélico lidera las encuestas. Algunos sondeos le dan una ventaja de 15 puntos porcentuales frente al oficialista Carlos Alvarado, del Partido Acción Ciudadana (PAC). No obstante, la última encuesta publicada por el Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica reflejó un empate técnico.
1.- Las encuestas
Precisamente, esa superioridad en las encuestas, por un lado, y la constante apelación a la familia, por otro, son dos de los puntos fuertes con los que Fabricio Alvarado llega a la segunda ronda. Así lo defendió un grupo de expertos reunidos en la Casa de América en Madrid.
“En la primera vuelta, el voto progresista estaba disperso. Ahora tienen a un candidato que rechazan”
“Yo sí creo que va a ganar Fabricio. Primero porque las encuestas le dan como ganador”, pronosticó Rogelio Núñez, profesor del Instituto de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Alcalá. Aunque es sabido que en muchos casos los sondeos no aciertan, el experto subrayó que salvo uno, el resto sitúan en primer lugar al periodista de sucesos reconvertido en predicador y cantante evangélico.
2.- “Su discurso va a calar”
Después está el “discurso incendiario” del líder de Restauración Nacional. Según Alfredo Rodríguez, director del Máster Internacional en Políticas Públicas de Seguridad en la Universidad Camilo José Cela, “a la sociedad costarricense le pesa esa apelación a la familia”. En su opinión, el mensaje nacionalista que lanzó Fabricio de que si gana sacará al país de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por su oposición al matrimonio gay “es un mensaje que va a calar”. En este sentido, Rodríguez recuerda que el evangélico pasó de un escaño en 2014 a 14 en estos comicios.
3.- El PAC, “muy desgastado”
En tercer lugar, Núñez apuntó que le “extrañaría que gane un partido tan desgastado como el PAC, que una administración tan desgastada consiguiera reelegirse”. Cabe recordar que Acción Ciudadana llegó al poder por primera vez en las pasadas elecciones con un discurso de lucha contra la corrupción, pero que en el mandato del presidente Luis Guillermo Solís estalló el conocido como Cementazo, una compleja trama de influencias políticas que afectó a los tres poderes de la República y al propio Solís.
4.- América Latina vive un giro a la derecha
Finalmente, el cuarto argumento que ofrecieron los expertos fue el convencimiento de que Costa Rica se sumará al giro a la derecha que vive América Latina en los últimos años tras los triunfos de Mauricio Macri en Argentina, de Pedro Pablo Kuczynski en Perú y de Sebastián Piñera en Chile.
“La ola latinoamericana va a ir por ahí”, dijo Núñez, recordando que Costa Rica cuenta con un contexto electoral que reúne “algunas características latinoamericanas” como el triunfo del enojo contra la clase política y el voto castigo buscando caras jóvenes y novedosas.
Entonces, ¿qué debería hacer Carlos Alvarado?
Por otra parte, Alfredo Rodríguez destacó que si Carlos Alvarado quiere plantar cara al evangélico “tiene que aumentar el volumen emocional”. En su opinión, el candidato oficialista debe “reconducir el debate hacia los verdaderos problemas de Costa Rica –más allá de las cuestiones religiosas-, pero desde un punto de vista más emocional, que llegue al corazón de los ticos. Uno al final vota con las tripas, con los sentimientos”.
Una idea que también compartió David Redoli, miembro del Consejo Directivo de la Asociación de Comunicación Política (ACOP). “Si yo fuera Carlos, intentaría subir el ecualizador emocional para propiciar la asistencia a las urnas de las clases más sofisticadas, que son su gran caladero y forman parte de la abstención”.
En este sentido, Redoli señaló un elemento de tendencia sociológica: “El voto progresista estaba disperso en la primera vuelta. Gran parte de la abstención fue de ese voto progresista. No sabían a quién votar, era un voto que estaba desactivado. Ahora tienen a un candidato que rechazan –Fabricio- y un enemigo une mucho. Estamos viendo la activación del voto urbano de corte progresista”. Si esto ocurre, advirtió Redoli, “podríamos tener la sorpresa de que gane Carlos, no porque les seduzca Carlos sino porque les aterra Fabricio”.