Leticia Núñez (ALN).- En la Corporación Andina de Fomento, el principal banco de desarrollo de América Latina, tienen muy claro que la construcción de una carretera debe tener el mismo beneficio para un hombre que para una mujer. También que hay que empoderar económicamente a las mujeres. Y, en tercer lugar, combatir la violencia machista. “Nos queda un camino muy largo, pero tengo la esperanza de que lo vamos a hacer”, asegura Violeta Domínguez, coordinadora de Asuntos de Género de la CAF, en declaraciones al diario ALnavío.
Menores salarios por el mismo trabajo, mayor tasa de paro, mayor precariedad, más dificultades para alcanzar puestos de responsabilidad… La brecha entre hombres y mujeres es una realidad de la que no escapa Latinoamérica. En la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina trabajan para que la palabra desigualdad forme parte del pasado cuanto antes. Lo hacen a través de tres grandes líneas de acción.
1.- La primera es lo que Violeta Domínguez, coordinadora de Asuntos de Género y Desarrollo Social de la CAF, denomina salvaguarda de género. Es decir, “que al finalizar la construcción de una carretera, de un puente o de una presa podamos decir que hemos beneficiado a tantas mujeres como hombres”, explica en declaraciones al diario ALnavío. Dicho de otra manera: En el banco de desarrollo trabajan incluyendo el análisis de género en cada una de las operaciones para que “el impacto se amplifique por haber tenido en cuenta la salvaguarda de género”.
2.- Otro eje es la inclusión financiera. Un tema fundamental teniendo en cuenta que en América Latina y el Caribe sólo 49% de las mujeres tiene una cuenta bancaria, sólo 11% ahorra y sólo 10% dispone de crédito, valores que para los hombres representan 54%, 16% y 13%, respectivamente, según datos del Banco Mundial.
“Como banco que somos no podemos olvidarnos de que tenemos que ayudar y empoderar a la mujer económicamente. Es el gran motor de la CAF en los temas de género”, señala Domínguez, argumentando que “una mujer con autonomía económica podrá tener una autonomía de los circuitos de violencia, de la pobreza, podría tener la posibilidad de llegar a puestos más altos dentro del trabajo porque se formará mejor, etcétera”.
“No hay duda de que incorporar a las mujeres favorece los procesos productivos y económicos”
Dentro de este apartado, Domínguez pone especial énfasis en la educación financiera de las mujeres. “Es importante alfabetizarlas financieramente, que puedan entender lo que es una cuenta, un crédito… Hay que motivarlas por este camino y formarlas”.
Según un informe publicado por la CAF el pasado marzo, “hay evidencia de que las mujeres tienen menores conocimientos sobre información, conceptos y herramientas de utilidad para el acceso, elección y uso de los productos financieros en comparación con los hombres”, recoge el análisis. Por esta razón, subrayan que fomentar las competencias financieras de las mujeres es un reto para la política pública.
Pero no sólo eso. Domínguez también defiende que ni América Latina ni ninguna otra región del mundo conseguirá desarrollo económico “mientras no incorpore a las mujeres”. Y enfatiza: “No hay duda de que incorporar a las mujeres favorece los procesos productivos y económicos”.
Otro informe de la CAF publicado en marzo de 2017 apuntó que “si las mujeres se incorporaran masivamente al mundo laboral, el PIB de la región aumentaría hasta 34%”. Asimismo, apuntó que de no haber sido por la incorporación de 70 millones de mujeres al mercado laboral en los últimos 20 años “difícilmente hoy podríamos hablar del milagro económico latinoamericano, aquel que logró tasas de crecimiento promedio de alrededor de 5% entre 2002 y 2008 y que paralelamente redujo drásticamente la pobreza extrema y permitió que la clase media creciera a niveles históricos”.
3.- El tercer pilar de la CAF gira en torno a la violencia de género. “Esto ha sido una conciencia muy grande que ha tenido el banco”, dice Domínguez, subrayando que las cifras de violencia en América Latina “son muy duras y, además, in crescendo”.
De acuerdo con el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de Naciones Unidas, en 2014 –última cifra disponible- un total de 2.089 mujeres fueron víctimas de feminicidio.
“Todos los directores de la CAF están cada vez más sensibilizados con la violencia de género”
Desde la CAF están acompañando las medidas tomadas por los distintos gobiernos de la región. “Realizamos cooperaciones técnicas para formar a los funcionarios públicos en qué consiste el proceso de apoyar a una mujer o a un hombre desde el momento de la denuncia hasta la reinserción de las víctimas, cómo vuelven a la sociedad y qué medios tienen”, afirma Domínguez. Empezaron con Argentina, Ecuador y Perú y la idea es avanzar con el resto de países.
Esperanza sobre el futuro
Con todos estos elementos, la coordinadora de Asuntos de Género reconoce que “nos queda un camino muy largo”, pero tiene la esperanza de lograrlo. La CAF cuenta con cinco especialistas de género: uno en Uruguay, otro en Panamá y tres en Venezuela. Además, trabajan con todas las vicepresidencias y direcciones dentro del banco para tener un punto focal en cada una de estas. “Todos los directores están cada vez más sensibilizados y tratando de fomentar el tema desde cada país”, asegura Domínguez.
Otro punto a favor, tal como destaca la experta, es que la igualdad plena de las mujeres es uno de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. “Todos los países están trabajando en ello”. Según Domínguez, los que más han avanzado son Chile, Uruguay y Argentina, seguidos de México y Panamá. “Por eso la CAF tiene que seguir acompañando estos procesos”, concluye.