Daniel Gómez (ALN).- El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, acompañado de un manual jurídico y de un tomo sobre el caso Odebrecht-Alan García, negó la solicitud de asilo del expresidente peruano. Se trata de una decisión “estrictamente jurídica”, confirmó, haciendo referencia a los elementos que le acompañaban.
“De la misma manera que llegó, debe salir”. El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, fue claro con el expresidente peruano Alan García. Este se refugió en la casa del embajador uruguayo en Lima, Carlos Barros, a la espera de un asilo que le acaban de negar. Era su forma de esquivar a la Justicia de Perú, que le requiere por el escándalo de la constructora brasileña Odebrecht.
“El gobierno de la República Oriental del Uruguay considera que las investigaciones judiciales contra el expresidente de la República del Perú, señor Alan García, no constituyen persecución política, tratándose de imputaciones vinculadas a delitos comunes ajenos a la supuesta persecución”, apuntó Vázquez.
García, quien presidió Perú de 1985 a 1990 y de 2006 a 2011, está siendo investigado por el caso Odebrecht. Por recibir presuntos sobornos para la licitación en 2009 de la Línea 1 del Metro de Lima.
Según declaró el hombre fuerte de la constructora en Perú, Jorge Barata, el expresidente aceptó 200.000 dólares de pagos en negro. La mitad de ese dinero lo recibió por dictar una conferencia en Brasil a nombre de Odebrecht.
El 17 de noviembre, García se encerró en la casa del embajador uruguayo. Alegó que temía por su vida. Que recibió amenazas de muerte y que la decisión de marcharse a Uruguay era para proteger su “integridad física y libertad”. Así lo expresó su abogado, Erasmo Reyna.
Según García, la investigación por el caso Odebrecht formaba parte de una persecución política en su contra. Cosa que el presidente de Perú, Martín Vizcarra, negó de inmediato. Lo que no negó fue la solicitud de asilo ya que el exmandatario se acogía a un acuerdo diplomático entre las dos partes.
García solicitó asilo a Uruguay conforme a lo dispuesto en la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954, de la cual Perú y Uruguay son firmantes. Por tanto, la resolución quedaba en manos del Ejecutivo de Montevideo.
En un principio se especuló con que Uruguay concedería el asilo a García. Según informó el diario El País de Uruguay, el ministro de Asuntos Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, contempló aceptar la solicitud.
Presión sobre Uruguay
Eso movilizó a las asociaciones de derechos humanos. Organismos de París, Berlín, Washington y Lima, desde Transparencia Internacional hasta la Federación Internacional por los Derechos Humanos, pidieron a Uruguay que no aceptara la petición de asilo de García. Que “no manchara” su tradición democrática.
La Justicia peruana es la que más ha avanzado con el caso Odebrecht. Este lunes, en una conferencia en Madrid, el juez que destapó el escándalo, Sergio Moro, futuro ministro de Justicia de Brasil, celebraba los avances de la investigación en Perú. Un país en el que nadie se salva.
Todos los expresidentes vivos están cercados por el caso: Alan García, Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Pablo Kuczynski. Todos están siendo juzgados por aceptar sobornos de Odebrecht. También la líder de la oposición, Keiko Fujimori, quien fue detenida en octubre.
García no podía ser menos. Y Uruguay tampoco. “Habida cuenta de los fundamentos explicitados y que en la República del Perú impera la democracia, el Estado de derecho y la separación de poderes; no es jurídicamente procedente que la República Oriental del Uruguay conceda el asilo solicitado”, agregó Vázquez.
Una decisión “estrictamente jurídica”
La puesta en escena del presidente uruguayo también fue significativa. En un fichero portaba las más de 1.000 páginas de investigación del caso Odebrecht-García. Una documentación que le remitió Vizcarra una vez que el expresidente solicitó el asilo.
Vizcarra: “En el Perú nadie tiene corona, nuestra democracia garantiza la independencia de poderes y el debido proceso”
Por otro lado, Vázquez llevó consigo el segundo tomo del Tratado de Derecho Internacional Público, de Eduardo Jiménez de Aréchaga. Fue su forma de argumentar que la negación de asilo es una decisión “estrictamente jurídica y legal”. Que en ningún caso influyeron los organismos internacionales, la prensa, ni los actores políticos que se movilizaron por este asunto.
“Por los elementos jurídicos mencionados, y porque en Perú funcionan libremente los poderes del Estado, y expresamente el Poder Judicial, que está llevando a cabo las investigaciones eventuales de los delitos económicos del expresidente de Perú. Por estas razones estrictamente jurídicas y legales no concedemos el asilo a Alan García”, sentenció el mandatario.
Las reacciones a la decisión
Al poco de la intervención de Vázquez, Vizcarra publicó en Twitter: “En el Perú nadie tiene corona, nuestra democracia garantiza la independencia de poderes y el debido proceso”.
También se pronunció García. Su secretario, Ricardo Pinedo, leyó un comunicado en su nombre en el que agradeció la hospitalidad del embajador uruguayo y defendió su inocencia.
“Declaro que no existe ninguna delación, prueba o depósito que me vincule a ningún hecho delictivo y mucho menos con la empresa Odebrecht o la realización de alguna de sus obras”, dijo García.
El expresidente, después de conocer la resolución de Uruguay, acudió a casa de su hija. A partir de ahora no se moverá de Perú. Antes estaba en España y según confirmó Pinedo, García no pedirá el asilo en otras embajadas, reseñó el diario peruano La República.