(EFE).- La vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, reivindicó este martes en una entrevista con EFE en la sede de la ONU en Nueva York el «cambio» político tras dos años del Gobierno izquierdista de Gustavo Petro, pero reconoció desafíos en el proceso de paz.
«Dos años de estar gobernando este país, cambiando de alguna manera la forma en como se gobierna, han sido dos años de bastante reto», explica la política, quien destaca los logros en la agenda ambiental y la agenda de «paz total, que pasa no solo por el silenciamiento de los fusiles, aunque es importante, sino también por la inversión social».
Márquez, que hoy presentó el Día Internacional la Mujer y la Niña Afrodescendientes, señala como prioridad el cierre de las brechas de inequidad y desigualdad y afirma que se ha invertido en educación en territorios excluidos, en derechos básicos como el acceso al agua, y trabajado en las reformas a la salud y las pensiones.
También apunta que han sido «dos años de trabajar de manera incansable en poner el diálogo para resolver los conflictos armados que todavía se siguen expresando, lamentablemente, en varias regiones», incluida la del Cauca, de la que es oriunda y que vive una de sus peores crisis, sobre todo por acciones de la disidencia de las FARC.
En el Departamento del Cauca, atribuye la situación a que se han confrontado el narcotráfico y las economías ilegales desde «una política de interdicción, donde ahora no se judicializa al campesino pobre o se desplaza la comunidad, sino que se está afectando a las estructuras» de esos grupos, que reaccionan usando a la población civil.
En ese ámbito, reconoce, el Gobierno nacional tiene «retos todavía importantes» y trabaja en «estrategias que permitan el desmantelamiento» de esos grupos y protejan a los civiles.
«No dejamos de seguir insistiendo en que Colombia debe trabajar por lograr la paz. Implica un compromiso del Gobierno, que ya está, pero un compromiso de Estado, de todas las instituciones del Estado, y por supuesto, un compromiso de la sociedad civil», sostiene.
«La vida en el centro»
Pese a todo, al evaluar los compromisos del inicio del mandato con la actualidad, Márquez afirma que se ha «avanzado mucho» y pone como ejemplo su experiencia como activista de Derechos Humanos (DDHH), que le podía «costar la vida porque un gobierno la ponía en riesgo», algo que ya no ocurre bajo Petro, asegura.
«Nosotros no estamos ocultando la realidad. Si venimos aquí, acogemos los informes que Naciones Unidas presenta sobre las violaciones de DDHH, reconocemos esas realidades y planteamos también camino para transformarlas. Eso no pasaba antes y es una muestra del cambio que estamos generando», abunda.
También destaca el liderazgo ambiental de Colombia, que acogerá en octubre la COP16 y ha planteado una categoría que reconozca a la población afrodescenciente, sus territorios y tradiciones en el marco de un convenio de diversidad biológica que será clave en las estrategias futuras para cuidar la vida en el planeta.
Y con un enfoque similar, de poner «la vida en el centro», aborda la migración como «una de las grandes crisis que afronta la humanidad», no como un «problema» de Colombia o Venezuela, y subraya la apuesta del Gobierno de establecer «rutas seguras» frente al peligroso tránsito por el Darién.
«Nosotros ponemos el enfoque humano, de la dignidad humana, para atender a la población migrante, que no sólo es venezolana: por nuestro país está pasando transitando (inmigrantes de) más de 120 países del mundo», apostilla.
Frente a las denuncias de corrupción que afronta su Gobierno en varios niveles, Márquez sentencia: «Ni yo ni el presidente toleramos la corrupción, y parte de no tolerar la corrupción es que este Gobierno, a diferencia de otros (…) ha salido de manera contundente a denunciar y a poner ante la justicia estos hechos».
Y respecto al futuro del Ministerio de Igualdad y Equidad, cuya creación fue anulada el pasado mayo por la Corte Constitucional, incide en que esta actuó por «procedimiento», que «no niega la importancia» de su importante labor, y sugiere que habrá que «volver a presentar al Congreso el proyecto de ley nuevamente».