Redacción (ALN).- Pese a que el país está sumido en el caos monetario, en Argentina lo que más preocupa es el fútbol. El triste papel de la selección en el Mundial de Rusia.
Argentina no depende de sí misma para continuar en la Copa del Mundo de fútbol, y eso en el país duele más que cualquier crisis monetaria, que cualquier crédito de 50.000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI). Las caras de los aficionados que acudieron a Rusia eran un poema. Estaban deprimidos por el 3-0 que les endosó Croacia. Deprimidos porque Lionel Messi no apareció, porque el técnico Jorge Sampaoli no está a la altura, y porque el discutido arquero Willy Caballero falló. Para los aficionados era inexplicable que su selección, una de las grandes favoritas para ganar el Mundial, se dejara golear por un conjunto que, nombre a nombre, era inferior. Los argentinos ya se ven fuera de Rusia. De vuelta a Buenos Airescon caras largas y con exigencias de explicaciones. Impacientes porque todavía faltan cuatro años para volver a un Mundial. Una eternidad. Pese al drama, no está todo perdido. En principio depende de lo que ocurra esta tarde en el Nigeria–Islandia. Una victoria de los europeos les dejaría prácticamente fuera del campeonato. Un empate o una victoria de los nigerianos sí les permitiría soñar.