María Rodríguez (ALN).- La postura crítica del Ejecutivo de Angela Merkel frente a la deriva autoritaria del Gobierno venezolano, la drástica reducción en los intercambios comerciales entre ambos países y el abandono de las operaciones hacia Caracas de la aerolínea alemana por excelencia, Lufthansa, son los puntos principales que marcan el alejamiento entre Alemania y Venezuela.
Las relaciones entre Venezuela y Alemania -como las que mantiene el país gobernado por Nicolás Maduro con los demás miembros de la Unión Europea– no pasan por su mejor momento. Desde el punto de vista político, la postura de la canciller Angela Merkel sobre el gobierno de Maduro y la Asamblea Nacional Constituyente es abiertamente de rechazo; desde el económico, las importaciones alemanas procedentes de Venezuela “se han reducido drásticamente desde 2011”, según informa la Oficina Federal Alemana de Exteriores en su página web (Auswärtiges Amt); y a nivel empresarial sólo un ejemplo: la aerolínea alemana Lufthansa, que registró este primer semestre del año el mejor de su historia en beneficios (ganó 672 millones de euros / 800 millones de dólares), no vuela a Caracas desde junio de 2016.
En el ámbito político, es conocida la postura crítica de la canciller alemana Angela Merkel respecto al gobierno de Maduro. En el encuentro que Merkel mantuvo el 6 de septiembre en Berlín con Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional venezolana, y Freddy Guevara, vicepresidente del Parlamento (ambos estuvieron de gira europea para denunciar la crisis humanitaria de Venezuela), la canciller insistió en que no reconoce a la Asamblea Constituyente de Maduro y expresó su “profunda preocupación” tanto por la crisis humanitaria como por “la constante violación de derechos humanos en Venezuela”, según recogió posteriormente Borges en un mensaje publicado desde su cuenta de Twitter.
Merkel también nos expreso su profunda preocupación por la grave crisis humanitaria y constante violación a derechos humanos en Venezuela pic.twitter.com/ziGpbYAKrF
— Julio Borges (@JulioBorges) 6 de septiembre de 2017
Las declaraciones de Merkel fueron respondidas por el gobierno de Maduro, que instó al Ejecutivo alemán a “abandonar su posición parcializada sobre Venezuela”, según publicó el canciller venezolano, Jorge Arreaza, en su cuenta de Twitter. Arreaza también afirmó que la credibilidad internacional de Alemania “está en duda” en una nueva protesta que se suma a las ya habituales cuando el gobierno de Merkel se pronuncia frente a la crisis venezolana.
En el apartado puramente económico, según datos de la Oficina Federal Alemana de Exteriores, en 2015 las exportaciones alemanas a Venezuela (principalmente maquinaria y productos médicos) fueron de 525 millones de euros (624 millones de dólares), un 24% menos que en 2014. En el primer semestre de 2016 (último dato que reseña la Oficina) estas registraron 112 millones de euros (134 millones de dólares).
Alemania pasó de comprar a Venezuela productos por un valor de 749 millones de euros en 2011 a apenas 140 millones de euros en 2015
Del lado de las importaciones, Alemania pasó de comprar a Venezuela productos por un valor de 749 millones de euros (891 millones de dólares) en 2011 a apenas 140 millones de euros (166 millones de dólares) en 2015. En el primer semestre de 2016 este dato fue de 32 millones de euros (39 millones de dólares). En este sentido, la institución alemana informa que las importaciones alemanas procedentes de Venezuela comprenden el petróleo (49%), el hierro y el acero (19%) y los productos químicos (14%).
Por otro lado, la Oficina Federal de Exteriores también señala en un documento actualizado a marzo de este año, que existe entre ambos países un acuerdo de promoción de inversiones y otro de doble imposición (los dos en vigor).
En el ámbito empresarial, la Oficina Federal destaca que “hay una serie de grandes empresas alemanas con sus propias sucursales o instalaciones de producción en Venezuela”. Se refiere a compañías como Siemens, Bosch, DHL, Bayer, Bohringer Ingelheim y Merk, que siguen presentes en territorio venezolano.
Ya a finales de 2015, Sigrid Zirbel, directora para Latinoamérica de la Federación de la Industria Alemana (BDI), declaró al medio DW.com que estas empresas ya enfrentaban dificultades en ese año, como el rígido control cambiario, las intervenciones del Estado en los controles de precios, en el derecho laboral o la corrupción, pero por lo general se mantenían en Venezuela pues las decisiones de asentarse en un país son de largo plazo. “No se van tan rápido cuando las cosas se ponen difíciles”, afirmó Zirbel.
Por otro lado, «las pocas empresas alemanas que siguen [en Venezuela], en general lo que están haciendo es intentar frenar toda la actividad que tienen a un mínimo pero mantener su presencia allí. Saben que Venezuela es un país grande, con muchas posibilidades, y una vez que cambie la situación económica o política será otra vez un mercado muy interesante», afirma en declaraciones al diario ALnavío Simon Balzert, gerente de la Asociación Empresarial para América Latina (LAV), red empresarial y plataforma informativa para el sector económico alemán con intereses en esta región.
La que decidió marcharse fue Lufthansa, junto a otras aerolíneas extranjeras que en un goteo constante a lo largo del último año acabaron por suspender los vuelos a Caracas. A la alemana se suman otras como Air Canada, Latam, Aeroméxico, United Airlines y Avianca. La estadounidense Delta Airlines ya anunció que su último vuelo de la ruta Atlanta-Caracas-Atlanta tendrá lugar el próximo 17 de septiembre. La empresa afirmó que la decisión responde a las “condiciones inestables del mercado”.
En el caso de la alemana, Lufthansa anunció en mayo de 2016 que el control de cambios que rige en el país desde 2003 le impidió repatriar las ganancias obtenidas en Venezuela, por lo que acabó por suspender sus vuelos entre Frankfurt y Caracas un mes después. Además, explicó que la demanda de viajes en esa ruta ha disminuido sin parar en los últimos años, haciendo poco rentable seguir operando, según recoge el portal DW.com. «Que Lufthansa dejase de volar a Venezuela es un factor más que complica el negocio con el país. Un punto más en la lista de las empresas para tomar la decisión de salir, pero no un punto clave», señala Balzert.
En el apartado social, tal y como recoge el Observatorio de la Diáspora Venezolana, dirigido por el sociólogo Tomás Paéz, 20.000 venezolanos residen actualmente en Alemania. Según los datos de Eurostat a los que tuvo acceso ALnavío, de enero a junio de 2017, 80 venezolanos solicitaron asilo en territorio alemán. La prensa de este país recoge que en 2015 sólo 21 venezolanos solicitaron asilo en territorio alemán. No obstante, dicha cifra se cuadruplicó al año siguiente hasta alcanzar las 88 peticiones.