Redacción (ALN).- El 23 de febrero de 2019, Estados Unidos envió 368 toneladas de ayuda humanitaria a Cúcuta, municipio colombiano fronterizo con Venezuela. La idea era que esa ayuda fuera a parar al país vecino. Pero allí sólo entró una pequeña parte: 8 millones.
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) envió material de ayuda a la región fronteriza colombiana de Cúcuta en febrero de 2019. Concretamente el día 23.
La acción se produjo en medio de la escasez crónica de alimentos y medicamentos y el aumento de la desnutrición en Venezuela, así como en el auge del opositor venezolano, Juan Guaidó, quien llevaba un mes ocupando la figura de presidente interino.
Por aquel entonces, el gobierno de Donald Trump había planeado que los aliados de Guaidó llevaran los suministros a través de la frontera colombiana hacia Venezuela. Pero los convoyes de ayuda fueron bloqueados por tropas leales al presidente, Nicolás Maduro, quien calificó la operación como una violación de la soberanía nacional.
Más de dos años después una auditoría de la Oficina del Inspector General de la Usaid reconoce que aquella operación no fue guiada por principios humanitarios, sino políticos
«La directiva para colocar de antemano los productos humanitarios no fue impulsada por la experiencia técnica o totalmente alineada con la Oficina del Inspector General, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, los principios de neutralidad, independencia y estar basada en evaluaciones de necesidades», dice la auditoría.
El informe de la Oficina del Inspector General añade que «el liderazgo de USAID instruyó a los funcionarios a tomar decisiones destinadas a generar confianza en el gobierno interino de Guaidó».
También apunta que la Usaid «exigió minimizar el financiamiento para las agencias de la ONU, a pesar de que tenían infraestructura en Venezuela para la entrega de bienes humanitarios enviados por Estados Unidos». No lo hicieron, explica el informe, porque creían que la ONU supuestamente simpatizaba con el gobierno de Maduro.
El caso es que de las 368 toneladas de suministros enviadas a Cúcuta, sólo ocho se entregaron a Venezuela, y el resto se distribuyó en Colombia o se envió a Somalia, precisó el informe.
Hoy la Usaid da la bienvenida a esta auditoría y promete mejorar de cara al futuro.
«Damos la bienvenida a este y todos los informes que tienen como objetivo mejorar la eficacia del trabajo de Usaid, especialmente en entornos operativos desafiantes», dijo un portavoz de Usaid a la agencia Reuters.
Con información de Reuters y AP*