Antonio José Chinchetru (ALN).- Fernando Maura es diputado y responsable del área de Exteriores de Ciudadanos. En una entrevista concedida a ALnavío defiende políticas de firmeza ante los regímenes de Nicolás Maduro en Venezuela y de Raúl Castro en Cuba. Cuenta además que está promoviendo una acción conjunta con otros partidos españoles para reclamar el fin de la represión en Nicaragua y un proceso electoral limpio en ese país. También se muestra muy crítico con algunas actitudes de los gobiernos españoles, el actual y el anterior, ante el desafío independentista catalán.
El diputado y responsable del Área de Exteriores de Ciudadanos, Fernando Maura, es un buen conocedor de la política internacional que no duda en comprometerse personalmente en aquellas causas que considera justas. Desde hace muchos es un rostro habitual en numerosos actos de la disidencia cubana en España y su presencia está casi garantizada en cualquier manifestación que organiza la oposición venezolana en Madrid. Sus intereses en materia internacional son variados, es un gran conocedor de todo lo relativo a la Unión Europea y se implica personalmente en la situación de los saharauis. Sin embargo, todo lo relativo a América Latina y el Caribe de habla española ocupa un lugar muy importante en su agenda.
Maura, un vasco que es firme defensor de la unidad de España, ha conversado con ALnavío en su despacho del Congreso de los Diputados en Madrid. A lo largo de la entrevista ha hablado de la situación en Venezuela, Cuba y Nicaragua; ha valorado al nuevo ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, y ha tratado las repuestas que se han dado al desafío independentista catalán en el frente internacional.
– ¿Cómo valora el nombramiento de Josep Borrell como ministro de Asuntos Exteriores?
– Tengo un gran respeto intelectual y político por el actual ministro de Exteriores. Su nombramiento nos devuelve al ámbito de la política dentro del Gobierno de España. Hasta ahora nos hemos encontrado con un alto funcionario (el exministro Alfonso Dastis) encargado de hacer política exterior. Y un funcionario, por más alto que sea, en principio parece que tiene como responsabilidad fundamental recibir instrucciones. Me parece que Borrell puede ser un hombre que replantee y reencamine el ámbito de la política exterior. Pero también hay que decir que con la formación del Gobierno, tal y como se ha producido por una moción de censura en la que no hubo una declaración clara de cuáles iban a ser sus objetivos políticos, ahora tenemos que enterarnos de lo que va a hacer cada uno de los ministerios en el momento en que comparezcan para dar cuenta de lo que quieren hacer. Este es un terreno en el que hay que avanzar en función de las circunstancias y criterios que quiera plantear este Ejecutivo.
– ¿Qué cree que se puede esperar del nuevo Gobierno de España hacia el régimen de Nicolás Maduro?
– Todavía no he tenido ocasión ni de preguntárselo al actual ministro. He visto alguna declaración en la que habla de negociación. También he visto algún tipo de apoyo a la acción del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero en Venezuela, que debo decir que no me gusta. En Ciudadanos somos de la opinión de que Zapatero ha actuado en beneficio del régimen de Maduro más que por la recuperación de las libertades en Venezuela. Creemos que debe producirse un replanteamiento de la estrategia por parte de España. Pero todavía no sé exactamente qué posición va a tener el Gobierno a este nivel.
“La política de la Unión Europea de ampliación de sanciones es importante, y es el recorrido que hay que mantener”
– ¿Qué debe hacer España, de forma independiente y en el seno de la Unión Europea (UE), frente al régimen de Maduro?
– La política de la Unión Europea de ampliación de sanciones es importante, y es el recorrido que hay que mantener, ampliando las sanciones a todos los sectores han contribuido a la situación que tiene en estos momentos Venezuela. Hay que señalar claramente que la acción que están emprendiendo los dirigentes del régimen no puede salirles gratis. No puede ser que se esté haciendo ese tipo de cosas con la complacencia directa o indirecta de gobiernos que se dicen democráticos. Hay que seguir avanzando en ese terreno.
– Y frente a la dictadura castrista en Cuba, ¿qué considera que se puede esperar del Gobierno de Pedro Sánchez?
– Lamentablemente, poco. Ya el Gobierno anterior acabó cerrando la posibilidad de mantener la posición común de la UE en relación con Cuba y favoreció todo lo que pueden ser contactos comerciales con el régimen de la isla y dejó en un segundo nivel de preocupación el avance en libertades democráticas. Por lo tanto, no hay una exigencia de la UE al Gobierno de Cuba para que adopte una serie de medidas. Si no lo ha hecho un Gobierno del PP, que históricamente han sido más sensibles a ese punto, me temo que el Ejecutivo socialista no lo va a hacer.
Tengo que recordar que Ciudadanos fue el único partido en la Cámara que votó en contra del acuerdo Unión Europea-Cuba.
“Los partidos españoles deben trabajar el ámbito de Nicaragua con una posición de consenso”
– Otra herida latinoamericana en materia de Derechos Humanos es Nicaragua. ¿Qué se puede esperar del Gobierno español y qué propone Ciudadanos?
– Estamos con una iniciativa que en principio cuenta con el apoyo del PSOE, y espero que también del PP, de hacer una declaración firmada por los portavoces de los partidos. Para no romper las posibilidades de consenso, está muy basada en las declaraciones de Naciones Unidas al respecto. Creemos que es una forma de empezar a trabajar el ámbito de Nicaragua con una posición de consenso. Consiste, básicamente, en decir que tiene que cesar la represión, que a partir de ese cese de la represión debe haber un diálogo abierto entre las fuerzas de la sociedad civil y el Gobierno, y que eso tiene que desembocar en un proceso electoral abierto. Dicho proceso debe estar monitorizado por los organismos internacionales y devolver cierta tranquilidad y confianza a Nicaragua.
– De sus palabras puede desprenderse que ustedes no esperan de Podemos un apoyo a procesos democratizadores en estos tres países.
– En relación con Venezuela y Cuba, Podemos ha tenido la actitud que ha tenido. Es evidente que nunca ha estado dispuesto a seguir el mismo camino que nosotros. En el caso de Nicaragua lo que me llega es que en principio no han dicho que no, pero vamos a verlo. Cuando tenga el comunicado listo se lo presentaré para ver si quieren firmar y podremos ver si lo hacen o no, y por qué motivos.
– Al margen de estas cuestiones, ¿cuáles deben ser las prioridades de España en América Latina?
“España se tiene que poner de acuerdo con los países latinoamericanos para defender el español en EEUU”
– América Latina tiene que ser uno de los elementos básicos de la acción exterior española y europea. La UE no es una organización homogénea, cada uno de los países aporta elementos que contribuyen a reforzarla y enriquecerla, pero aporta también sus problemas. En cualquier caso, España aporta a la Unión Europea una visión de conjunto del espacio político y cultural latinoamericano.
Creemos que España en Latinoamérica tiene que trabajar el idioma que compartimos. No tanto para que sigamos compartiéndolo, que también, sino para defenderlo allá donde puede tener un punto de preocupación. Es el caso de la población de EEUU que habla español. La primera generación que llega a ese país lo habla, la segunda todavía lo mantiene y la tercera lo pierde. Hay que hacer un esfuerzo para que esa riqueza se siga manteniendo en tercera generación.
Hay que hacer una apuesta en medios audiovisuales y también por hacer atractivo el español. Hay que lograr que no se convierta en el típico idioma que hay que dejar de hablar para integrarse en una sociedad, sino que tenga una capacidad de comunicación, riqueza y prestigio en Estados Unidos. El objetivo es que hablar español no sea en algunas zonas de EEUU algo que denota una extracción social más baja que la del conjunto de la población. Ahí nos tenemos que poner de acuerdo con los países latinoamericanos.
Eso no sólo es bueno desde el punto de vista cultural y de los negocios. También lo es en algo que es importante subrayar en relación con el otro gran idioma internacional. El inglés ha dejado de ser algo propio de una forma de ver la vida, y se ha convertido en un mero vehículo de comunicación. No se pierde ningún tipo de identidad expresándote en inglés, puesto que es una especie de esperanto de los tiempos actuales. En cambio, el español sí que aporta también una determinada filosofía de la vida, que es la que los españoles introdujimos en Latinoamérica y es la que facilita toda la inmigración que recibimos de la región sin tener ningún tipo de integración.
“Hubo instrucciones directas por parte de las autoridades españolas para que no se hiciera un relato alternativo al de los independentistas catalanes en el extranjero”
– ¿Cree que el Gobierno de Mariano Rajoy dio la batalla de forma correcta en el frente exterior ante el desafío independentista?
– En un punto sí y en otro no. Lo hizo de forma correcta en el punto institucional. Se ha conseguido que no haya ningún país del mundo que haya reconocido la independencia de Cataluña. Hay que situarlo dentro del haber del Gobierno. Pero hay un aspecto donde no se hizo bien. Lamentablemente, cuando hablas con cualquier persona medianamente informada en los ámbitos de la comunicación, la política y la economía, parece como que los catalanes independentistas están sometidos por parte de un extraño autoritarismo español que les impide expresarse de una forma libre.
Nos consta que hubo instrucciones directas por parte de las autoridades españolas a las oficinas de representación exterior para que no se hiciera ninguna política de contención o de relato alternativo al que estaban introduciendo los independentistas catalanes. Se hizo con el argumento de que el referéndum de independencia (celebrado el 1 de octubre de 2017) no se iba a producir. Fue muy alto el nivel de irresponsabilidad que tuvo el Gobierno de Rajoy en este ámbito. Es importante que en el exterior nos vean como un país democrático, que tutela los derechos civiles y políticos, que los tribunales que juzgan a los delincuentes son independientes y tienen su propio criterio operando en la interpretación de un Código Penal perfectamente democrático y razonable en estándares occidentales. Esa es una batalla que no se ha dado, y cuando no das una batalla es inevitable que la pierdas.
– Esa situación de la que se habla se basaba en la idea de que el referéndum ilegal no iba a producirse, pero existió. ¿Se mantuvo esa instrucción a partir del 1 de octubre de 2017?
– Nos consta que se dieron instrucciones precisas hasta el 1 de octubre. ¿Qué ha pasado luego? Es muy difícil reconstruir, o construir, todo un sistema de relato alternativo cuando los independentistas llevan años haciendo cosas como pagar páginas completas de periódicos y comprar voluntades de periodistas concretos. Y lo hacen utilizando recursos del Estado, que los pagamos todos los españoles, para enfrentarnos a unos con otros.
– ¿Ve al Gobierno de Pedro Sánchez con la voluntad y la fuerza de construir ese relato alternativo al del independentismo catalán?
– Borrell lo ha dicho, y desde Ciudadanos vamos a estar siguiéndole muy de cerca para que cumpla su palabra. De momento hay una cosa que no nos gusta. La forma en la que ha admitido que Diplocat (el entramado de acción exterior de la Generalitat de Cataluña creado por los gobiernos autonómicos separatistas) siga montando sus estructuras sin variar en ningún momento el discurso político ya nos viene a decir que los independentistas catalanes no han variado su estrategia pero que sí se ha hecho a nivel del Estado. El Gobierno ha decidido permitirlo.
Todavía es muy pronto para ver cómo se da la batalla. Supongo que Borrell, de cuya posición a ese respecto no tengo duda, hará algo. Pero de momento lo único que he visto es que ha permitido que se vuelva a abrir Diplocat.