(EFE).- Los países miembros de la Unesco aprobaron hoy en París por una amplia mayoría el plan propuesto por Estados Unidos para su reingreso en la organización, tras haberla abandonado durante el mandato de Donald Trump.
En la conferencia extraordinaria que comenzó el jueves , 132 estados miembros votaron a favor y diez lo hicieron en contra de la propuesta, que prevé tanto el retorno inmediato de Estados Unidos como un esquema de pagos para saldar la millonaria deuda que acumulaba con la agencia de Naciones Unidas desde 2011.
De esta manera, Estados Unidos vuelve a ser miembro de pleno derecho desde este mismo julio.
«Es un gran día para la Unesco y para el multilateralismo. Aprovechando su renovado impulso de los últimos años, nuestra organización avanza de nuevo hacia la universalidad con el regreso de Estados Unidos», se felicitó la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, en un comunicado emitido pocos minutos después de la votación.
Al tratarse de una conferencia extraordinaria, era necesaria una mayoría de dos tercios, algo que se logró más de dos horas antes del final previsto de la conferencia, a pesar de que los debates se habían desarrollado con muchas obstrucciones.
Porque aunque se preveía que el respaldo sería muy mayoritario, hubo numerosas observaciones y revisiones de cuestiones de procedimiento planteadas sobre todo por Rusia y Palestina.
De hecho, Rusia y Palestina, fueron dos de los que votaron en contra, junto con China, Irán, Bielorrusia, Nicaragua, Siria, Indonesia, Corea del Norte y Eritrea.
Washington no sólo abonará su contribución
La propuesta de retorno inmediato de Estados Unidos prevé que Washington no sólo abonará su contribución financiera correspondiente a 2023, sino un calendario para saldar desde 2024 la deuda de 619 millones que acumuló entre 2011 y su salida de la organización, además de otras aportaciones voluntarias.
En concreto, hará una aportación de 150 millones extras cada año, que se sumarán a la cuota anual de miembro obligatoria (alrededor de 30 millones) y a contribuciones extra voluntarias.
Con esto, Estados Unidos volverá a ser el principal contribuyente al presupuesto de base de la organización, que luego se complementa con aportaciones voluntarias por un monto que en los últimos años fue casi igual a las aportaciones obligatorias.
Su ida
Estados Unidos había anunciado que se iba de la Unesco a finales de 2017, durante el mandato del anterior presidente, Donald Trump, quien acusaba a la institución de adoptar posiciones reiteradamente antiisraelíes.
Ya en 2011, cuando en la Casa Blanca estaba Barack Obama, Estados Unidos había congelado su contribución anual obligatoria como integrante de la organización, en aplicación de una legislación del Congreso en reacción a la aceptación de Palestina como miembro de la Unesco.
Pero en una carta enviada a la Unesco el pasado 8 de junio, el Departamento de Estado afirmó haber tomado nota de los «esfuerzos» de la organización por «implementar reformas de gestión y administrativas clave, así como para reducir el debate politizado, especialmente en lo relacionado con Oriente Medio».
Washington manifestó de esa forma su voluntad de reingresar cuanto antes en la organización, un giro en consonancia con la vuelta al multilateralismo de la Administración de Joe Biden.
Para sortear los obstáculos legislativos internos referidos a Palestina, el Congreso estadounidense promovió en diciembre pasado una excepción por acuerdo entre republicanos y demócratas que permite volver a financiar la Unesco.
Washington ya había abandonado la Unesco en 1985, durante la presidencia de Ronald Reagan, y retornó en 2003.