(EFE).- La temperatura en Australia aumentó una media de 1,47 grados desde 1910, cerca al límite fijado en el Acuerdo de París, según un informe publicado este miércoles por el Gobierno, en el que se alerta de que los cambios climáticos extremos ocurren a un ritmo más acelerado.
El informe bianual del Estado del Clima, el séptimo que elaboran la agencia científica gubernamental CSIRO y la Oficina de Meteorología del país, indica que los ocho años comprendidos entre 2013 y 2020 fueron los más cálidos que se han registrado en Australia, con 2019 liderando este ránking.
El documento remarca que las concentraciones globales de gases de efecto invernadero, entre ellos el dióxido de carbono, fueron de 414,4 pares por millón (ppm) en 2021, con lo que se sitúan en los niveles más altos experimentados en la Tierra en al menos dos millones de año.
«Las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera siguen incrementándose y esto causa que el clima de Australia sea más caliente», dijo la directora del Centro de Ciencias Climáticas de CSIRO, Jaci Brown, en un comunicado.
El informe también apunta que las temperaturas de la superficie de los océanos han aumentado en 1,05 grados desde 1900 y señala que se ha registrado un incremento del nivel del mar y de la acidificación de las aguas que rodea al país oceánico.
«Estamos viendo eventos de blanqueamiento masivo de coral con más frecuencia, y este año, por primera vez, hemos visto un blanqueamiento masivo de coral en la Gran Barrera de Coral durante un año de La Niña», precisó Brown, al referirse al fenómeno climático que genera más lluvias y una disminución de las temperaturas en el país.
Los científicos también prevén que las lluvias intensas como las causadas por La Niña, que golpea a Australia por tercer año consecutivo, se intensifiquen, así como el calor extremo y el derretimiento de la nieve.
Por su parte, la ministra de Medio Ambiente, Tanya Plibersek, dijo hoy en un comunicado que el informe «refuerza la necesidad urgente de actuar sobre el clima», al recordar que el Gobierno está tomando medidas más drásticas para reducir las emisiones contaminantes y acelerar la transición a una economía verde.
El Partido Laborista, que asumió el poder en mayo pasado, ha prometido convertir Australia en una potencia de energías verdes y ha mejorado el compromiso de reducción de emisiones a un 43 % para el 2030 (respecto al 26-28 % fijado por el gobierno conservador) y llegar a las emisiones neutras para 2050.