Daniel Gómez (ALN).- Zapatillas que miden los pasos, relojes que registran los latidos del corazón, pistas de tenis que computan las pisadas y estadios de 67.000 personas en los que no falla internet. Así es la transformación digital aplicada por la multinacional española al deporte. Una revolución que incluso ha derivado en la creación de deportes digitales con más aficionados que la NBA.
“Viene una época que lo va a cambiar todo. Y lo que viene será cuatro veces más potente que la revolución industrial”, advirtió el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, en la presentación del foro que la empresa celebró el pasado viernes en Madrid.
El evento, sobre tecnología y deporte, puso de relieve las predicciones del directivo. Y es que en el deporte la transformación digital ya cambió las reglas: existen hasta deportes digitales. Son los E-Sports, competencias en las que los jugadores miden sus habilidades a los mandos de un videojuego.
A los más puristas les parecerá una sinrazón, pero lo cierto es que tienen más empuje que el baloncesto. En 2017, la final deLeague of Legends, un popular videojuego, fue vista por 75 millones de personas. El último partido de la NBA, la gran joya del baloncesto mundial, superó los 30 millones de espectadores.
Tales niveles de audiencia están atrayendo el apetito inversor de las multinacionales. El ejemplo es que Telefónica cuenta con un equipo profesional en E-Sports, el Movistar Riders, compuesto por 75 profesionales, en el que hay jugadores, entrenadores, fisioterapeutas y psicólogos.
Telefónica está convencida de que se encuentra ante un gran negocio. Primero, porque se incorpora a una industria en auge que ya facturó 700 millones de dólares en 2017. Y segundo: sus seguidores son ávidos consumidores de internet, algo clave en el negocio de la teleco.
“En los E-Sports un milisegundo es una cuestión de vida o muerte. Tanto jugadores como aficionados son unos grandes consumidores de internet. La experiencia de ellos es fundamental para luego aplicarla a nuestros clientes”, dijo Enrique Blanco, director global de sistemas y redes de Telefónica, en el evento.
Lo de los deportes digitales es la revolución llevada al máximo. Quizá porque es lo más evidente. Sin embargo, otras disciplinas tradicionales como el tenis, el atletismo y el ciclismo son partícipes de una transformación igual de disruptiva.
En el foro, Rafael Nadal reconoció que modificó su forma de jugar al tenis gracias a la tecnología. “En el torneo de Montecarlo hubo un día que golpeé 15% de las pelotas dentro de la pista. Yo a eso ni le prestaba atención y era algo que había que cambiar”, explicó Nadal.
Esa pequeña estadística, ese 15%, permitió al tenista darse cuenta de que tenía que ser más agresivo. El resultado fue que terminó ganando el torneo de Montecarlo el pasado 22 de abril para ratificarse como el número uno del tenis actual.
Si a Nadal, un deportista que se reconoce chapado a la antigua, la tecnología le ayudó a cambiar el juego, ni qué decir del impacto que tendrán los sistemas que Telefónica instaló en su academia de Manacor. Allí todo se mide: desde cómo se agarra la raqueta hasta por qué lado rebota más alto la pelota (Leer más: La tecnología cambió la forma de jugar al tenis de Rafael Nadal).
El IoT: “Una carrera de relevos”
Estas herramientas de medición forman parte del internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), un sistema explicado en el evento por Vicente Muñoz, jefe del negocio IoT de Telefónica. “El internet de las cosas es como una carrera de relevos. Sus cuatro partes críticas son medir, conectar, procesar y analizar”.
El directivo explicó el internet de las cosas con la ayuda de dos campeones que lo han experimentado: Javier Gómez Noya, campeón del mundo de triatlón, y Chema Martínez, campeón de Europa de fondo.
Álvarez-Pallete: “Lo que viene será cuatro veces más potente que la revolución industrial”
Con el símil de los relevos apuntaron que para medir hace falta un sensor que capte datos, como los que llevan en sus zapatillas o en sus trajes. Esa es la primera fase. La segunda es el almacenamiento, las bases que recopilan la información. La tercera es la plataforma, la cual debe presentar de manera ordenada los datos. Así se podrá completar esta carrera de relevos con la cuarta y última etapa: el análisis.
“Tenía un problema cardiaco y los médicos me dijeron que debía parar. No les hice caso, pero como me gusta estar informado de lo que está pasando, saber cuál es mi frecuencia cardiaca, gracias a esta serie de sistemas puedo tomar decisiones óptimas”, apuntó Gómez Noya.
Sobre datos también habló Mikel Zabala, responsable de rendimiento del equipo Movistar en ciclismo. “Queremos datos de calidad. Los buscamos de diferentes fuentes, no sólo lo que nos aportan los sensores. La altitud, el nivel de fatiga acumulado… Son infinidad de variables. Tenemos que anticipar lo que puede suceder e integrarlo en tiempo real”.
Datos en la nieve
El interés de Telefónica por los datos le ha llevado hasta lugares inaccesibles. Como la estación de esquí de Sierra Nevada, Granada, donde se ha vivido todo un proceso de transformación.
Lo primero fue llevar las redes de cuarta generación (4G) a más de 3.000 metros de altitud. Hecho esto, monitorizaron la actividad de las pistas y estaciones para mejorar la gestión de las instalaciones. Gracias a ello se dieron cuenta de algo sorprendente: “Los jóvenes descabezados y los mayores venidos arriba” son las personas que más problemas causan en las pistas de Sierra Nevada, apuntó Carme Artigas, directora de Synergic Partners, en el foro.
En Sierra Nevada también hay dispositivos que mejoran el rendimiento de los deportistas. Que se lo digan a Regino Hernández, ganador del bronce en la carrera de campo a través de los Juegos Olímpicos de invierno de Pyeongchang 2018. “Este último año trabajé con aparatos para medir las fuerzas G, la velocidad máxima en cada parte del circuito, para comparar qué tabla es más rápida y cuál es más lenta”, explicó.
Los sistemas de datos y de inteligencia artificial también transforman al aficionado. La resolución de las pantallas es cada vez más nítida, a las cámaras no se les escapa ningún detalle y los teléfonos móviles acercan a los espectadores la intimidad de sus ídolos.
La conectividad mejora en todos los sentidos. Y como ejemplo, el Wanda Metropolitano. El nuevo estadio del Atlético de Madrid, cuyas redes son operadas por Telefónica, es el recinto deportivo mejor conectado de Europa. Para comprobarlo basta con mirar el móvil en medio de un partido.
“En nuestro querido Vicente Calderón los atléticos iban a ver el partido y durante dos horas no podían usar el móvil. Ahora los 67.000 aficionados que llenen el Wanda podrán tener el internet del móvil operativo en todo momento”, detalló Miguel Ángel Gil, consejero delegado del Atlético de Madrid.