Daniel Gómez (ALN).- En el torneo de Montecarlo, Nadal vio una estadística que no le gustó. El dato, detectado gracias a la tecnología, le sirvió para convencerse de que tenía que ser más agresivo. Aplicó el cambio en su juego y pasó al ataque en el resto del partido. Gracias a ello terminó ganando. Así lo reveló este viernes en un acto en la sede de Telefónica.
Rafael Nadal, de 31 años, se define como un tenista chapado a la antigua. Cualquiera lo diría. En el último año se le ha visto charlar con una plataforma de inteligencia artificial, jugar un partido contra su doble virtual y hasta dirigir una academia donde todo, absolutamente todo, está monitorizado.
Con el apoyo de Telefónica, Nadal ha dado ese paso hacia al futuro. Un paso que ha afectado hasta su manera de jugar al tenis, mucho más agresiva ahora que cuando comenzó con la raqueta.
“Las estadísticas que podemos seguir y ver después de los partidos nos ayudan a analizar lo que hacemos”, comentó Nadal en un acto celebrado este viernes en la sede de Telefónica enMadrid.
Hace 10 años, era normal ver a Nadal correr hasta tres metros por detrás de la pista para golpear una bola. Hoy impacta casi todas dentro de ella. Un cambio en la forma de jugar que ha sido propiciado, en parte, gracias a la tecnología.
“En el torneo de Montecarlo hubo un día que golpeé 15% de las pelotas dentro de la pista. Yo a eso ni le prestaba atención y era algo que había que cambiar. Reconfirmando lo que uno percibe es más fácil convencerte de que hay que cambiar”, explicó Nadal.
Esa pequeña estadística, ese 15%, permitió a Nadal darse cuenta de que había que ser más agresivo. El resultado fue que terminó ganando el torneo en Montecarlo el pasado 22 de abril para ratificarse como el número uno del tenis actual. La semana que viene tendrá otro torneo importante en Madrid. Por eso se encuentra ya en la capital.
Todo en la academia de Nadal está conectado
Se ha visto que en el tenis los pequeños detalles marcan la diferencia. Que se lo digan a los niños de la academia de Nadal, patrocinada, por cierto, por Movistar, la marca comercial de Telefónica.
En el recinto, ubicado en la tierra natal del tenista, Manacor, la empresa aplica el famoso internet de las cosas tanto en las instalaciones como en los jugadores. Esta tecnología, también conocida como IoT por sus siglas en inglés, enlaza los objetos físicos entre sí a través de redes digitales.
En la academia de Nadal todo se mide: dónde se colocan los pies, por qué lado bota más la pelota, cómo se coloca la mano en cada golpe…
Por eso en la academia todo se mide: dónde se colocan los pies, por qué lado bota más la pelota, cómo se coloca la mano en cada golpe…. Se mide hasta la salud de los niños. Una información nutricional y física que sirve a los jugadores, y también, a los familiares, apuntó Nadal.
En el tenis, un deporte vetusto y plagado de tradiciones, la tecnología también aportó su granito de arena. Reconoce Nadal que “en la pista no han cambiado tantas cosas”. No así a su alrededor. Hoy los árbitros no anotan las acciones en una libreta, sino en una tableta. También está el ojo de halcón, una tecnología en poder de los jugadores para revisar puntos dudosos.
Luego está la información que les llega a los aficionados. “Todo lo que reciben les llega de forma mucho más eficaz. Las cámaras captan detalles de cualquier cosa que pasa. El ojo de halcón, por ejemplo, también genera ambiente entre el público. Se pueden seguir los partidos desde el móvil. Yo mismo lo hago en mis ratos muertos. En general la tecnología hace que el espectáculo sea más atractivo”, concluyó Rafa Nadal.