Redacción (ALN).- El planificador y analista político Ricardo Ríos cree que la situación del país no cambiará «mayormente» con el inicio de un nuevo diálogo entre la oposición venezolana y el Gobierno de Nicolás Maduro.
«La situación del país no va a cambiar mayormente porque se inicie el diálogo, entre otras cosas, porque el diálogo se inició hace tiempo», dijo durante una entrevista con Al Navío.
La entrevista íntegra:
¿Como ve la situación política del país con el inicio del diálogo?
El inicio del diálogo es la culminación de un largo proceso de negociación subterránea, silenciosa, que venía sosteniéndose entre el Gobierno nacional con el grupo de Guaidó, el G4. Ellos lanzaron para la discusión y participación en el diálogo una estructura que tenía el mismo nombre de lo que ahora se llama Alianza Democrática, que fue la plataforma Democrática de Venezuela por la Unidad superior, lanzaron la plataforma unitaria como una forma de discutir con el Gobierno porque éste no les aceptaba que participarán en un debate a nombre de Gobierno interino. Esto finalmente es uno de los éxitos creo yo del Reino de Noruega, que logró sentar a las partes.
La situación del país no va a cambiar mayormente porque se inicie el diálogo, entre otras cosas, porque el diálogo se inició hace tiempo, pero que se haya dado el paso de hacerlo público, de fijar un encuentro y tener una agenda de común, donde un grupo habla a nombre de una plataforma unitaria y otros hablan a nombre del Gobierno nacional de Venezuela, es un reconocimiento a las partes en los términos del acuerdo, entonces ya eso relaja un poco la tensión interna y Venezuela necesita con urgencia relajar su clima político, está atrocidad de tensión polarizante que no permite que se desarrolle iniciativa como es el intento de Fedecámaras de participar en la producción porque fue bombardeada inmisericordemente, analogía parecida con la actitud de Lacava y el ataque que le lanza Diosdado. Quizás, lo más importante, es que la situación política del diálogo amaina las influencias nefastas de la polarización.
¿Qué cree llevó a dos extremos como es el caso de la oposición liderada por Guaidó y al chavismo a sentarse a negociar?
El agotamiento. Ya ninguno de los dos tiene mucho más que ofrecerle al país. Uno está particularmente debilitado en lo político, que es el sector de Guaidó, y el otro absolutamente agotado en el aspecto económico, que es el sector de Maduro, y comienzan a darse cuenta que se necesita una de las cosas que le sirvió de entendimiento a ambos sectores, que fue el acuerdo de intercambio de petróleo por medicina y comida que aprobó la mesa de diálogo nacional hace año y medio, porque allí se abrieron las bases para lo que ha venido sucediendo, que se interrumpió finalmente que era el cambio de gasolina por gasoil, y el proceso de vacunación que ha sido desastroso, sectario, políticamente manipulado, pero han empezado a llegar vacunas dentro de ese acuerdo. Tan es así que lo destacaron en la firma de las agenda común.
Hay sectores de la misma oposición que no están representados en México, que dicen que el diálogo es el fin del llamado Gobierno interino de Guaidó ¿Cómo cree realmente que queda él?
Todos los sectores que han venido llamando a la participación electoral como mecanismo de solución de problemas y sentándose en la mesa de negociación, pues volvieron a ser excluidos. Ya habían sido excluidos en Santo Domingo, Barbados y en Noruega, pero cuando se sentaron obtuvieron resultados importantes que permitieron hacer las elecciones de la AN, que la abstención terminó dándoles esa gigantesca ventaja desproporcionada de pie a cabeza al PSUV, algo así como el 27% del registro electoral sacó el 90% de las diputaciones, un ejemplo numérico de los errores que traen esas políticas extremas. No están representados nuevamente (partidos minoritarios), fueron objetados por el Guaidosimo de manera pública, directa, manifiesta y comunicacional. Creo que el fin del gobierno de interinato está marcado desde hace tiempo, es un proyecto que se acabó cuando tuvieron que enterrar lo que llaman el mantra de ‘Cese de la usurpación, Gobierno de transición y elecciones libres’, desapareció del discurso y comenzaron a ser llamados sin claridad sobre la conveniencia de sí o no participar en elecciones.
Todo el discurso con el cual está participando el Guaidosimo, tanto en el diálogo como en el proceso electoral venidero calza completo para el 6 de diciembre. No hay ninguna otra explicación a que hora se incorporen, a que Trump perdió, que perdieron ese gran apoyo del Gobierno norteamericano cuando se dieron cuenta tarde de que Trump de ellos solo necesitaba su apoyo para ganar Florida y quedaron en el aire y después tuvieron que hacer un giro política, porque les cambiaron las condiciones. Pasan cosas interesantes para ver luego y es que Tomás Guanipa renuncia a la embajada en Colombia del gobierno interino para lanzarse como candidato, una candidatura incierta, no tiene destino ganador evidente, en la alcaldía de Caracas.
Entonces creo que el discurso que dio Guaidó en la inauguración del diálogo no fue directo, salvo que dijo que si el diálogo fracasaba vendrían medidas fuertes en las calles, es decir recuperando el discurso beligerante que le daba contar con grandes movilizaciones cuando arrancó su proyecto y que hoy en día es una gran soledad, no tiene fuerza, no es una amenaza creíble.
¿Hay de los venezolanos en las venideras elecciones?
Sí hay poco, porque entre un 53 y 55% dependiendo de las encuestadoras han manifestado su resolución a votar, algo así como 20 puntos más de los que mostraron su resolución a votar el 6 de diciembre, entonces un incremento muy importante, digamos más del 25% de la gente que se abstuvo, del 35% que ahora decide participar, más interesante aún es que desean participar castigando al Gobierno (de Maduro). Entonces todavía es poco el interés. Yo creo que un proceso electoral como el que se avecina en general, es de bajo interés.
¿Cómo ve al Gobierno de Maduro? Hace dos años se pensaba y estaba en la opinión pública que tambaleaba…
No le creía hace dos años, ni lo creo ahora. Haces dos años Maduro no pendía de un hilo, hubo una ofensiva política desde el extranjero con movilizaciones nacional, pero orientada no a la derrota electoral de Maduro sino al derrocamiento por vía de golpe de Estado, invasiones o cosas combinadas. Se creyó por mucho tiempo y se creó la ilusión de que unos marines lo iban a hundir, invadir los cielos venezolanos, los aviones de la alianza de no sé cuántos países, un manejo interesado y falso de las relaciones internacionales. Una guerra no se decreta así, no comienza tan fácil como soñaron estos ni mucho menos ha nacido el sector militar que mande a sus soldados a morir a una guerra ajena, al menos sin compensación. Si los militares brasileros morían en Venezuela iban a pedir tajada venezolana, lo mismos los americanos y quien se metiera. Eso frenó mucho la posibilidad de invasión.
Por lo tanto, Maduro no pendía de un hilo, hizo una fuerte ofensiva diplomática a lo externo e interno, logró la consolidación institucional lenta que le da el CNE y la AN y ahora la que le dará las elecciones regionales. Así que yo no creo que Maduro esté colgando de un hilo, creo que quien pudo haberlo sacado si hubieran decidido utilizar todo el potencial nacional para sacar a Maduro en el 2018 electoralmente se hubiera logrado (…) El gran desencanto del 85% de los venezolanos contra Maduro también se hubiera sacado, pero ninguna de las estrategias reales de trastocar la estructura de poder en Venezuela estaba siendo usada por quienes administraron muy mal la victoria de 2015, pues Maduro lo que hacía era consolidarse o atornillarse al cargo. En este momento no tiene como hacer una gestión y necesita el dinero de Venezuela que le controla desde EEUU, Guaidó y la UE.
Por Jornelly Aldana