(EFE).- El insólito éxito mundial de la fallida restauración de una pintura del Ecce Homo fue recordado este fin de semana en Borja al cumplirse diez años de un hecho que puso a esta pequeña localidad española en el mapa del turismo internacional.
La pintura en una iglesia de esta localidad del norte de España recibe desde entonces más de 10.000 visitantes al año desde diversas partes del mundo, dando a Borja un insospechado eco internacional desde que en 2012 una vecina, Celia Giménez, decidió repintar, al ver su deterioro, esta imagen sin valor artístico relevante, obra de Elías García, que hasta entonces pasaba inadvertida.
El resultado dio lugar inicialmente a la estupefacción por haber empeorado la imagen, pero pronto provocó una cascada de reacciones de cariño incluso fuera de España, muchas en tono de humor en redes sociales, lo que atrajo las miradas del mundo hacia Borja, una localidad de unos 5.000 habitantes en la provincia española de Zaragoza.
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Este domingo se proyectó en la localidad el cortometraje documental «Mis Ecce Homos», dirigido por Marco Rosatto, después de que el sábado Celia Giménez, de 87 años, fuera homenajeada en un acto en el Teatro Cervantes de Borja.
El director italiano destacó que con el documental pretendió “ir un poco más allá del escándalo mediático” y de “la burla”, para hablar “de la historia de la mujer” y de “su fuerza” ante “una vida trágica” con un hijo con problemas de salud y otro que falleció.
“Toda esta historia, muy dura, a nuestro parecer, ella lo refleja en su obra, en el Ecce Homo”, subrayó Rosatto sobre el cortometraje que ha sido premiado en festivales en Brasil, España e Italia.