Redacción (ALN).- La muerte de un bebé en las protestas contra el régimen de Daniel Ortega desnuda la manipulación en los expedientes clínicos para eludir responsabilidades. En el informe forense del bebé se indica “sospecha de suicidio”.
Al menos cuatro personas, entre las que se incluye un bebé de poco más de un año, murieron en Managua, Nicaragua, este fin de semana después de que las fuerzas de seguridad abrieran fuego contra manifestantes, según informaron activistas y recoge la BBC. El bebé, Teyler Leonardo Lorío Navarrete, fue alcanzado por una bala de la policía cuando la familia lo llevaba a la casa de su abuela, en un barrio del este de la capital. Tal como publica el diario local La Prensa, el asesinato del bebé desnuda la manipulación de los expedientes clínicos por parte del régimen de Daniel Ortega para evadir responsabilidades. Y es que, según La Prensa, en el informe médico del bebé se indica “sospecha de suicidio”. Para el secretario general de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), Álvaro Leiva Sánchez, este documento es “inverosímil y fuera de toda lógica”. En un informe de la ANPDH presentado el viernes ante el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), la CIDH ya explicó que “en dichos documentos de defunción los familiares habrían sido presionados a renunciar a su derecho de interponer una denuncia, desistir a que los cuerpos fueran llevados a Medicina Legal para la autopsia o deslindar responsabilidad con autoridades. En otros casos se denunció la existencia de manipulación de los expedientes clínicos y actas médicas falsas”. Según cifras de la CIDH más de 200 personas han muerto desde que comenzaron las protestas en abril y se contabilizan más de 1.300 heridos.