Alonso Moleiro (ALN).- Doliente no confeso de la ola de gobiernos de la izquierda suramericana que hoy abandona el poder entre rechiflas y escándalos, el expresidente colombiano Ernesto Samper ofrece una cuenta personal de su puño y letra, sin retuits, memes, ni imágenes alusivas. Aunque, antes y ahora, ha sido criticado, estigmatizado y hasta perseguido, se ha especializado en salir a flote, como un corcho, evidenciando una capacidad muy poco común para la remontada. Su antipatía natural hacia los Estados Unidos le ha permitido conseguir nuevos aliados. Parte importante de sus reflexiones del momento están dedicadas a lamentar la victoria electoral de Jair Bolsonaro en detrimento de sus amigos del PT.
Una cuenta de Twitter limpia, dominada por el criterio estético, que trae a remolque la frase “Un nuevo amanecer en Colombia”, y que presenta la foto de la garita de un castillo, presumiblemente de una ciudad como Cartagena. Esta es la carta de presentación en las redes del expresidente Ernesto Samper.
Uno de los políticos más sibilinos y, a ratos, de los más indescifrables que presenta la política suramericana, experto en remontar escenarios adversos y reinventarse para seguir en circulación. Hasta hace poco fue secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), un foro diplomático subregional que hoy ha entrado en franca decadencia.
Samper es uno de los políticos más indescifrables que presenta la política suramericana, experto en remontar escenarios adversos y reinventarse
Luego de haber surcado, en los años 90, un ejercicio presidencial que condensó el grueso de los escándalos más sonados de la Colombia contemporánea, Samper encontró una nueva línea de acción como hombre público. En lo personal, no le ha ido mal. Son pocos los dirigentes que han evidenciado tanta habilidad para reinventarse.
En estos años, en líneas generales, Samper ha sido, y todavía es, procónsul de la ola de gobiernos de izquierda que dominó la política suramericana en los tiempos de Lula da Silva y Hugo Chávez. Un elenco político que lucía imbatible, que parecía perpetuo, y que hoy está en retirada, en Argentina, en Ecuador, en Brasil, en virtud de los muchos escándalos de corrupción que han ensombrecido la confianza pública en aquellos países.
La cuenta de Samper presenta una particularidad, que la diferencia de otros perfiles célebres que nos ha tocado glosar: casi todos los pronunciamientos del dirigente colombiano atienden a reflexiones hechas y redactadas por él mismo. Es decir, Samper, a diferencia de otros, no se apoya demasiado en el retuit, ni en las ilustraciones alusivas, ni en los videos o los memes. Samper escribe. La victoria de Jair Bolsonaro en Brasil lo tiene muy atento.
Ahora, como nunca, tenemos que retomar con mucha más convicción la causa de la libertad del presidente @LulaOficial, quien deberá liderar el regreso de #Brasil a la justicia social, la democracia y la defensa de las minorías sociales
— Ernesto Samper P. (@ernestosamperp) 30 de octubre de 2018
El Partido de los Trabajadores está derrotado pero no vencido. Tendrá que atravesar el mismo desierto de la oposición que pasó Lula para terminar eligiendo un proyecto político que sacó 30 millones de personas de la pobreza y puso a Brasil en las grandes ligas de la globalización
— Ernesto Samper P. (@ernestosamperp) 30 de octubre de 2018
Elección de Bolsonaro forma parte de una pesadilla con ojos abiertos que comenzó con el golpe de Estado a Dilma, el injusto encarcelamiento de Lula y ahora la derrota del PT en las urnas. Solo falta que el juez Moro sea parte del nuevo gabinete para que la historia sea completa
— Ernesto Samper P. (@ernestosamperp) 29 de octubre de 2018
Con el giro a la ultraderecha que votaron los brasileños en el día de ayer cometieron un auténtico suicidio democrático que devolvería el país a las no lejanas épocas de las dictaduras, soluciones de fuerza y criminalización de las protestas sociales
— Ernesto Samper P. (@ernestosamperp) 29 de octubre de 2018
Samper tiene una línea reflexiva claramente alineada con determinados intereses, que camina por una calle y le rinde tributo a sus relaciones y simpatías, independientemente del recado que dejen los hechos. Mucha gente en política -el más humano de todos los oficios- exalta aquello que le interesa y omite lo que no puede, o no quiere, explicarse. Samper lleva esta circunstancia al paroxismo. Aquí hay otros ejemplos excelentes.
Supongo las pesadillas que estará teniendo el presidente Trump viendo miles de migrantes centroamericanos que con sus niños en brazos y los pies destrozados llegan a la Casa Blanca a preguntar por el país de los derechos civiles, la tolerancia y las oportunidades
— Ernesto Samper P. (@ernestosamperp) 29 de octubre de 2018
El diálogo político en #Venezuela debe girar alrededor de la estabilización social. Antes de eso no hay nada
— Ernesto Samper P. (@ernestosamperp) 26 de octubre de 2018
En la cuenta de Twitter de Ernesto Samper también son abundantes, por supuesto, los elementos de la cotidianidad política colombiana, en los cuales personalmente está inscrito. Defensor del proceso de paz, se siente en su papel de “fiador” de la izquierda continental y sus capítulos colombianos. Esta invitación está fijada en su cuenta personal:
Invitación #Bogotá: Evento que tiene como objetivo conversar sobre implementación del acuerdo de #paz, participación de la sociedad civil en acercamientos con ELN y cómo el medio ambiente está contemplado en ambos procesos
Este miércoles, a las 8:30 a.m., en la U de El Bosque pic.twitter.com/DQbm8JeKMn— Ernesto Samper P. (@ernestosamperp) 29 de octubre de 2018
Nos reuniremos con los garantes de acuerdos del Catatumbo, con la Comisión por la Vida, la Reconciliación y la Paz del Norte de Santander. La solución es más compleja que aumentar el pie de fuerza en la región. Se necesitan tierras, subsidios, vías secundarias y garantías de vida
— Ernesto Samper P. (@ernestosamperp) 30 de octubre de 2018
Los escépticos sobre el cumplimiento de las FARC, que vayan a las zonas de concentración donde cerca de 10 mil personas están esperando que el Estado los reincorpore
— Ernesto Samper P. (@ernestosamperp) 28 de octubre de 2018
Ernesto Samper pertenece a una estirpe de políticos muy particular. Su hábitat ha sido la polémica. A ratos, recuerda a Alan García o Carlos Andrés Pérez. Sus opiniones y posturas lucen interesadas y no parecen nada inocentes, pero ha recuperado oxígeno y espacio político para defender en democracia aquello que le parece procedente. Siempre habrá algún oído dispuesto a escuchar sus postulados.