María Rodríguez (ALN).- El subdirector del Instituto de Iberoamérica, Francisco Sánchez, se muestra escéptico ante el anuncio del ministro de Comercio Exterior ecuatoriano, Pablo Campana, sobre el renovado interés de las empresas chinas por invertir en la refinería. El experto enumera para el diario ALnavío los seis puntos débiles que hoy hacen que el proyecto estrella de Rafael Correa y Hugo Chávez de 2008 siga siendo una historia interminable.
El anuncio que hizo el ministro de Comercio Exterior ecuatoriano, Pablo Campana, la semana pasada en China sobre el renovado interés de las empresas de ese país por invertir en el proyecto de la Refinería del Pacífico no convence a todos. Francisco Sánchez, subdirector del Instituto de Iberoamérica y experto en política ecuatoriana, se muestra escéptico en una entrevista con el diario ALnavío. “Mientras no vea la inversión hecha…”, cuestiona Sánchez. Y es que el experto encuentra tantos puntos débiles en el proyecto que acaba por calificarlo de “una fantasmada que comenzó con una alianza con (la petrolera estatal venezolana) PDVSA”.
La Refinería del Pacífico era uno de los proyectos estrella del expresidente ecuatoriano Rafael Correa y Hugo Chávez. Casi una década después de que Correa colocara la primera piedra junto al exmandatario venezolano, la planta sigue sin construirse a falta de más de 13.000 millones de dólares de financiación (11.200 millones de euros), según los datos del Gobierno ecuatoriano a finales de 2016. En su origen estaba previsto que se inaugurara en 2013.
“Para que tengas una buena refinería rentable necesitas petróleo para refinar y el de Ecuador es bastante complicado de refinar”, apunta Sánchez
China ya estuvo interesada en participar en el proyecto. La petrolera CNPC suscribió un convenio de negociación con el Gobierno ecuatoriano en 2013 para ser socia. Sin embargo, la negociación no llegó a concretarse, tal como recoge la prensa ecuatoriana.
Para el subdirector del Instituto de Iberoamérica, el primer punto débil del proyecto es la materia prima. “Para que tengas una buena refinería rentable necesitas petróleo para refinar y Ecuador tiene un petróleo que es bastante complicado de refinar, mucho más pesado”, explica Sánchez, y recuerda que los más fáciles para esta labor son el crudo venezolano y el que se extrae de la península arábica.
Este obstáculo de la materia prima tenía planteada una aparente solución. De acuerdo con las proyecciones que el Ejecutivo de Correa barajaba hace un año, la nueva refinería procesaría 300.000 barriles de petróleo al día y vendrían de Venezuela, según recogió el diario El Comercio. No obstante, con la situación de crisis económica, política y social en el país gobernado por Nicolás Maduro, esta opción desaparece.
El segundo punto débil que destaca Sánchez es que la Refinería del Pacífico está manchada por el caso Odebrecht, la trama de sobornos de la constructora brasileña. Precisamente la Refinería del Pacífico habría sido beneficiada con dos contratos de Odebrecht por 500 millones de dólares cada uno (aproximadamente 427 millones de euros).
A finales de agosto, la Corte Nacional de Justicia de Ecuador solicitó a la Interpol y a la Policía Judicial del país la localización y captura de Alexis Arellano, exgerente de Petróleos de Venezuela (PDVSA) en Ecuador, y de Freddy Salas, exresponsable de la Refinería del Pacífico. La justicia ecuatoriana pidió para ambos exdirectivos prisión preventiva como medida cautelar en una audiencia en la que se vinculó en total a 11 implicados en un presunto delito de asociación ilícita relacionado con el caso Odebrecht.
Entre los vinculados a la trama también está el exvicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas, para quien el fiscal solicitó como medida cautelar la prohibición de salida del país. El presidente ecuatoriano Lenín Moreno ya despojó a Glas el pasado 3 de agosto de sus funciones de Gobierno, y el día de la audiencia de Glas, el mandatario publicó un tuit en el que insistía en que “los corruptos tienen que ser sancionados”.
El tercer punto débil del proyecto para Sánchez es que “PDVSA no ha puesto un centavo”, teniendo en cuenta que la Refinería del Pacífico pertenece en un 49% a PDVSA Ecuador y en un 51% a EP Petroecuador.
Ligado a esta tercera apreciación por parte del experto está el cuarto punto débil: “Se han gastado cerca de 2.000 millones de dólares (1.700 millones de euros) en aplanar el terreno en una zona que no se consideraba adecuada [para la construcción de la refinería]”. Sánchez se refiere a los 1.550 millones de dólares (1.295 millones de euros), que según el ministro de Comercio Exterior ecuatoriano ha invertido el país en el proyecto desde 2013.
“China tiene una política muy de usura y hace buenos negocios con clientes desesperados”, comenta Sánchez
El quinto punto débil tiene que ver con las negociaciones entre el Gobierno ecuatoriano y los inversores asiáticos interesados en el proyecto. “Si vas a unos empresarios chinos y les ofreces algo, posiblemente te digan que sí, pero te pedirán ‘cuéntenme qué más’. Y querrán que les garantices que les vas a dar toda la producción petrolera del país durante tantos años a un porcentaje de exportación X, sin impuestos”, según explica el experto. Siendo las negociaciones como Sánchez las describe, podrían dificultar el acuerdo.
A este punto se suma una declaración que Campana hizo antes de iniciar la gira mundial en busca de financiación, que además de China le ha llevado a EEUU y acabará en Europa. Tal como recoge El Comercio, el ministro afirmó que atraer la inversión para la Refinería del Pacífico es un “proyecto difícil”, porque la rentabilidad proyectada es sólo de 8,5% anual “si se compara con una hidroeléctrica, cuya rentabilidad está por encima del 20%”.
Por último, como sexto punto débil está la percepción del país asiático como inversor. “China tiene una política muy de usura, si te pones a pensar, y hace buenos negocios con clientes desesperados”, sentencia Sánchez.
¿Uno de esos “clientes desesperados” podría ser Venezuela? Alí Padrón, viceministro de Turismo del gobierno de Nicolás Maduro, dijo que “trabajarán duro” para atraer al turista de China. Las declaraciones contrastan con la actual situación del país, aislado internacionalmente y en medio de una grave crisis migratoria que también afecta a la comunidad china en Venezuela. ALnavío informó el martes 2 de septiembre que Venezuela fue durante mucho tiempo tierra de refugio para los chinos. Constituyeron una comunidad formada por 400.000 personas. En los últimos tiempos, sin embargo, los chinos residentes están tomando el camino contrario. Asegura el periódico South China Morning Post que “decenas de miles de chinos” han huido del régimen de Nicolás Maduro.