(EFE).- El prestigioso economista francés Thomas Piketty, autor del superventas «El capital en el siglo XXI», instó este viernes a la convención que redacta la nueva Constitución de Chile a crear una ley fundamental que vele por erradicar las grandes desigualdades del país.
«Chile es un país extremadamente desigual que necesita de más justicia social y fiscal y que tiene en la nueva Constitución una gran oportunidad», afirmó el académico durante una reunión virtual con algunos miembros del órgano constituyente.
El país latinoamericano se encuentra inmerso en un proceso que tiene como objetivo redactar una nueva Carta Magna que sustituya la actual, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y considerada por muchos como el origen de las grandes desigualdades del país por su marcado corte neoliberal.
La elaboración de la nueva Constitución surgió precisamente como respuesta a la mayor ola de protestas en los 31 años de democracia en el país, que llevó a millones de personas a clamar por más igualdad y remeció los cimientos de uno de los países más estables de la región.
TRIBUTACIÓN PROGRESIVA
El académico destacó dos factores clave, el primero, que la nueva ley fundamental apunte a una «tributación progresiva que dependa del nivel de ingresos» y segundo, que recoja «la organización de los regímenes de propiedad».
«Los impuestos son un tema de justicia política. No debe haber un límite constitucional para regularlos. Se necesita una progresividad eficaz que logre una mayor equidad y armonía», sostuvo.
Según datos de la OCDE, el sistema de impuestos chileno logra reducir la desigualdad en un 2,5 % frente al 10 % en promedio de los países del grupo.
Además, Chile es uno de los países más desiguales de la región: el 10 % de las personas más ricas reúne el 60 % del producto interior bruto (PIB), según la base de datos de la desigualdad mundial (WID, en inglés).
LA CONSTITUCIÓN DE LOS «CHICAGO BOYS»
En la misma línea, agregó Picketty, «la Constitución debe dejar claro que hay diferentes formas de organizar los regímenes de propiedad» y los derechos que tienen los trabajadores sobre la misma.
En la Constitución alemana, la propiedad el trabajador tiene acceso porque está embebida en una serie de medidas socialse define como «una relación social a la que es», ejemplificó.
Aunque fue reformada más de 50 veces en democracia, la actual Carta Magna chilena fue ideada por el exsenador Jaime Guzmán y alentada por los llamados «Chicago Boys» -un grupo de economistas ultraliberales discípulos de Milton Friedman- que fomentaron la privatización de servicios como el agua, las pensiones y la salud.
Algunos de los 155 miembros de la convención, la primera paritaria del mundo y de tenencia progresista, ven en el proceso constituyente una oportunidad cambiar el rol del Estado, actualmente subsidario, y de garantizar más derechos sociales.
«La nueva Constitución debe incluir también nociones de justicia social en materia de salud y educación que garanticen políticas futuras que hagan al país más igualitario y próspero», concluyó Piketty.