Juan Carlos Zapata (ALN).- Maduro puede hacer magia para evadir las sanciones. Los expertos de Maduro pueden recurrir a la experiencia de Cuba, o la experiencia de Corea del Norte, que llevan años inventándose fórmulas que les permiten sortear el cerco. El régimen de Nicolás Maduro puede obligar a los proveedores a abrir cuentas en bancos de Rusia, China o Turquía y países árabes y pagarles en moneda local. Maduro puede apelar al rublo, al yuan. Pero todo esto tiene una limitación. Y es que no hay ingresos. No hay recursos. Maduro se queda sin dinero.
Maduro no tiene divisas. Porque no hay producción petrolera. No hay ingresos petroleros. Las petroleras, ni siquiera las chinas, las grandes aliadas, no quieren seguir operando en Venezuela. Es que, por un lado, Maduro no paga, y por el otro, las sanciones de los Estados Unidos son una realidad que aprieta, que ahorca, que impacta en las cuentas, en la imagen, en las transacciones de empresas y bancos.
La Orden Ejecutiva dictada por Donald Trump a principios de agosto apuntaba en esa dirección. Bloquear la posibilidad de que otros países y empresas hagan negocios con Maduro. Trump lo está logrando.
El anuncio de la petrolera china, CNPC, de suspender actividades en la Faja del Orinoco, va a agravar el cuadro financiero de Maduro.
Y agrava el cuadro de la producción y el transporte petrolero.
Y también agrava el cuadro político. Porque se ve que los aliados lo observan con atención.
Y agrava la imagen internacional del régimen que se ve perdiendo apoyos concretos. Apoyos que vienen de países aliados, que es el caso de China.
Huanquiu Contracting & Engineering, HQC, otra empresa china, asociada en la misma empresa mixta, Sinovensa, en la que participa CNPC con Petróleos de Venezuela, PDVSA, también suspende operaciones.
Y lo mismo pasa con Bohai Drilling, uno de los brazos de CNPC en la perforación de pozos.
Las fuentes indican que los chinos están en el punto de recoger el personal. Lo están enviando a China.
Es evidente. Las sanciones y la falta de recursos seguirán haciendo mella en las ya menguadas finanzas de Maduro. El oro del Arco Minero no es suficiente para mantener los motores de la economía. Ni para proveer divisas al mercado. Pagar a tiempo a los proveedores. De hecho, el dólar escala en el mercado. Es el bien más escaso en el régimen de Maduro. Cuando Petróleos de Venezuela, por ejemplo, o el gobierno central, se ponen al día con los proveedores, se quedan secos de divisas. Y si pagan en bolívares, en moneda local, el contratista, el importador, la empresa que los asiste, va al mercado de divisas, compra dólares, ocasionando que la divisa suba más. Eso pasó en agosto. Y está ocurriendo en estos momentos.
Y suspenden porque Maduro no paga. Porque Petróleos de Venezuela, PDVSA, no tiene recursos. El régimen ha llegado al punto de no disponer de poco más de 50 millones de dólares para pagar facturas de un aspecto tan crucial como el petróleo, la producción petrolera. No tiene cómo responderle a los chinos, a estos que se han montado en el reto de incrementar la producción de 105.000 a 165.000 barriles diarios de crudo extrapesado en Sinovensa y en la Planta de Mezcla Jose, en el campo Morichal.
Lo peor es que una de las facturas, la segunda, asciende apenas a 9 millones de dólares. O sea, ni esto puede pagar Maduro. Si la hubiese cancelado habría evitado la suspensión de actividades de las empresas chinas.
Ambas compañías lo dejan claro. Sufren el problema del flujo de caja. Les afecta la suspensión de pagos. De deudas que datan de 2018 y 2019. Y el contrato es rotundo. Cuando haya atrasos por dos meses consecutivos, la contratista podrá suspender operaciones.
En el pasado, multinacionales como Chevron tuvieron que girarle préstamos a PDVSA para que los proyectos mixtos siguieran adelante.
Esta vez los chinos han hecho valer el contrato. Esto por un lado. Y por el otro es que no han esperado más tiempo, no han negociado más tiempo, porque también están de por medio las sanciones. Ya PetroChina había dejado de embarcar 5 millones de toneladas de petróleo. La falta de pagos puede ser la excusa perfecta para no decir que recogen operaciones debido a las sanciones. Justo este 4 de septiembre vencían las licencias que permiten este tipo de actividades en Venezuela. En todo caso, la escasez de dinero es un hecho cierto en el régimen de Maduro. Escasez que no va a resolver con los ingresos que pueda recabar por ventas de oro del llamado Arco Minero.
El punto es que las empresas en China tienen que ofrecer resultados positivos. Pekín puede ser aliado político. Pero cada empresa está obligada a mantener las cuentas en azul.
La decisión de las petroleras chinas se extenderá hacia otras compañías de servicio. Por ejemplo, las aseguradoras. Hasta ahora las petroleras les venían pagando en la propia China. Pero sin flujo de caja en Venezuela tampoco habrá pagos en China. Así que el coletazo también se sentirá en las aseguradoras, revela una fuente que opera con empresas de seguros chinas.
Se supone que alguna consulta habrán hecho las empresas chinas en los centros de poder político. Y de Pekín habrán recibido la línea: los negocios son los negocios. Y las cuentas de las empresas son las cuentas.
Este es un aviso de lo que está ocurriendo en el terreno de las operaciones petroleras. Lo evidente es que la historia se repite en otras contratistas. Trabajan a ritmo lento. Pensando en las sanciones y pensando en los pagos. Las fuentes indican al diario ALnavío que ni siquiera Rosneft escapa a la situación. Que la rusa también ha bajado el ritmo. O al menos no está “siendo muy agresiva”. Comenta una fuente ubicada en lo que llama the zone of war, la zona caliente de la producción petrolera. Y eso que Vladímir Putin dice que Maduro paga a tiempo. Y eso que el presidente ruso ha dicho que Maduro es buen pagador.
Esto también arroja luz de por qué a la vicepresidenta Delcy Rodríguez no le fue bien en Rusia. Le negaron ayuda económica. Y sólo hubo anuncios en el aire. Castillos en el aire de próximos convenios. Hasta hoy, nada concreto. Maduro le debe 3.600 millones de dólares a Rusia. Y más de 20.000 millones de dólares a China. ¿Cómo puede pagarlos o servirlos si no puede cancelar dos facturas de 50 millones de dólares?
Fracaso total de la vicepresidenta de Maduro en Rusia
Por otra parte, es un hecho conocido que el banco turco Ziraat Bank no quiere negocios con Venezuela. Cerró la cuenta que mantenía en el Banco Central de Venezuela. Operadores financieros dicen que Bulgaria y Grecia hacen lo mismo. Bancos de estos países cierran puertas. En Grecia cambió el gobierno y el nuevo reconoce a Juan Guaidó como Presidente Encargado de Venezuela.
Es evidente. Las sanciones y la falta de recursos seguirán haciendo mella en las ya menguadas finanzas de Maduro. El oro del Arco Minero no es suficiente para mantener los motores de la economía. Ni para proveer divisas al mercado. Pagar a tiempo a los proveedores. De hecho, el dólar escala en el mercado. Es el bien más escaso en el régimen de Maduro. Cuando Petróleos de Venezuela, por ejemplo, o el gobierno central, se ponen al día con los proveedores, se quedan secos de divisas. Y si pagan en bolívares, en moneda local, el contratista, el importador, la empresa que los asiste, va al mercado de divisas, compra dólares, ocasionando que la divisa suba más. Eso pasó en agosto. Y está ocurriendo en estos momentos.
Y ahora viene octubre. Se incrementan los gastos del Estado. Hay que ponerse al día con contratistas y proveedores. Hay que ponerse al día con los trabajadores públicos. Hay que pagar aguinaldos.
El panorama no pinta bien. Pues todo lo que haga Maduro cuesta dinero. En esta soledad del poder, en este aislamiento internacional, sin crédito internacional, cualquier iniciativa le resulta más costosa.
En Turquía no quieren saber nada de Maduro por el bloqueo de EEUU
Juan Guaidó y Henry Ramos Allup, este secretario general de Acción Democrática, principal partido de oposición, han repetido que China y Rusia no tienen garantías de cobrar las deudas ni contratos ni negocios mientras Maduro siga en el poder.
Y los Estados Unidos no van a levantar las sanciones hasta que Maduro no despeje el camino de unas elecciones libres. Ramos Allup le ha dicho a Maduro: las sanciones tienen que negociarlas con Trump que es el que las impuso. La oposición no ha impuesto sanciones.
Mientras haya sanciones los recursos se harán más escasos. Y está previsto que las sanciones se profundicen. Para el régimen de Maduro los dólares son escasos. Lo mismo no puede decirse para el entorno corrupto de Maduro. La boliburguesía de Maduro y Hugo Chávez tiene más dinero que la República.