Antonio José Chinchetru (ALN).- La ausencia de dos puntos irrenunciables para la oposición explica que esta haya rechazado la propuesta de acuerdo para Venezuela ofrecida en República Dominicana por José Luis Rodríguez Zapatero y Danilo Medina. ALnavío ha analizado las diferencias más importantes entre los documentos que han presentado los mediadores y la Mesa de la Unidad Democrática.
La propuesta de acuerdo para Venezuela que presentaron el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y el presidente de República Dominicana, Danilo Medina, estaba destinada al fracaso. El documento del mediador español incorporaba algunos aspectos también contenidos en la propuesta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Sin embargo, dejaba de lado algunos puntos irrenunciables para la oposición, como la liberación de presos políticos o la legalización de la MUD y los partidos Voluntad Popular (VP) y Primero Justicia (PJ).
Tras el rechazo por parte del gobierno de Nicolás Maduro al documento elaborado por los cancilleres de Bolivia, Nicaragua, San Vicente, México y Chile durante los días 1 y 2 de diciembre de 2017, se prolongaron las negociaciones. Como resultado de estas se presentaron el pasado miércoles dos propuestas. La de la MUD recoge las aspiraciones opositoras, mientras que la de Rodríguez Zapatero pretende responder a un consenso entre las partes. Presentan numerosos aspectos en común, fruto del diálogo, pero centrados en aspectos de carácter secundario. En las cuestiones clave, las diferencias son abismales.
Tras exponer su propuesta, Rodríguez Zapatero dijo a la prensa que “el Gobierno se mostró básicamente de acuerdo con ese documento y la oposición expresó que tenía la necesidad de plantear una serie de observaciones”. Afirmó que el texto contiene “cesiones” de las dos partes y que, aunque “puede haber algún matiz”, “lo esencial está ahí”, según informó Europa Press.
Julio Borges: “Al Gobierno simplemente le concedió todo y le puso todo como quisiera que hubiera sido la cosa en su fantasía”
En declaraciones posteriores al rechazo del documento realizadas a la emisora Éxitos FM, el coordinador nacional de Primero Justicia, Julio Borges, dijo que la propuesta de Zapatero “causó ya la ruptura final” de las negociaciones en República Dominicana “porque nosotros dijimos que ese documento estaba incompleto, había que desarrollarlo hasta todos los puntos. Y quizás causa que él al final le eche la culpa, insólitamente, a quienes somos los más débiles, los que somos más susceptibles de no tener poder, que somos la oposición, y al Gobierno simplemente le concedió todo y le puso todo como quisiera que hubiera sido la cosa en su fantasía”.
Tras la ruptura del diálogo, comenzó a circular una carta que supuestamente ha sido enviada por Zapatero a los líderes de la oposición. La misiva ha sido difundida tanto por opositores como por los medios de comunicación oficiales del régimen, como Telesur y Radio Nacional de Venezuela, entre otros. En ella se dice que la propuesta “supone una esperanza real y valiente para el futuro de Venezuela” y que “da respuesta a los planteamientos esenciales discutidos durante meses”. Además, se pide a los opositores que “pensando en la paz y la democracia”, “su organización suscriba formalmente el acuerdo”.
Por su parte, el presidente de República Dominicana dijo a la prensa: “En la parte electoral estaban todas las garantías para el desarrollo de un proceso electoral independiente que garantizaba que todas las partes pudieran competir en igualdad de condiciones”, según recogió el periódico dominicano Diario Libre.
Alnavío ha revisado el contenido de las propuestas presentadas esta semana por el anterior jefe del Ejecutivo español y por la oposición.
Sanciones internacionales
La propuesta de Zapatero respeta en sus primeras líneas la redacción inicial presentada por los cancilleres, que exime al gobierno de Maduro de cualquier responsabilidad sobre la dramática situación económica en Venezuela. Llama a trabajar para que “se revisen y supriman las sanciones internacionales al país que bloquean capacidades financieras para atender necesidades básicas del pueblo”. Por el contrario, el documento de la MUD dice que Gobierno y oposición acuerdan “trabajar en la medida que el Gobierno avance en el otorgamiento de garantías democráticas en Venezuela, para que se revisen las sanciones que bloquean capacidades financieras del Ejecutivo”.
Al responsabilizar a las sanciones internacionales de la situación económica, la oposición habría cargado contra gobiernos como el de EEUU y Canadá, así como contra la Unión Europea (UE), que están presionando para que haya avances democráticos en el país. Sería un ataque directo contra sus propios aliados internacionales. No es, sin embargo, el punto de desencuentro más importante.
De hecho, la redacción inicial fue aceptada por la MUD cuando fue presentada por los cancilleres. La nueva propuesta se ajusta a la toma de posición de la UE, que vincula el levantamiento de sanciones a los avances democráticos.
Elecciones y partidos políticos
El apartado de ‘Elecciones’ es uno de los puntos donde las diferencias resultan insalvables, en especial por lo referido a la legalización de los partidos políticos opositores.
El documento de la MUD señala que la fecha para la celebración de las elecciones presidenciales queda por definir, pero establece los pasos a seguir hasta llegar a ellas. Por el contrario, la propuesta de Zapatero fija los comicios el 22 de abril de este año, el día señalado por el Consejo Nacional Electoral (CNE) en cumplimiento de la estrategia de Maduro (Ver más: Nicolás Maduro aplica el arte de la guerra para sorprender a la oposición). La fecha en principio fue producto de un acuerdo entre las partes.
El objetivo inicial del Gobierno era celebrarlas en marzo y aceptó retrasarlas ante la presión de la oposición. Pero si bien el 22 de abril era aceptable hace semanas para la oposición, al haber transcurrido el tiempo ya no lo es debido a que los plazos ahora resultan muy cortos. Según dijo Danilo Medina al informar sobre la falta de acuerdo: “Se discutía por parte de la oposición que fuera el 10 de junio y el Gobierno el 8 de marzo, buscamos un punto medio. Se llegó a un acuerdo para que las elecciones fueran el 22 de abril, para el Gobierno la visita era para firmar ese acuerdo y vinieron a firmar el acuerdo”.
Una divergencia añadida se refiere al periodo en el que se mantiene abierto el registro electoral, para que los ciudadanos puedan inscribirse como votantes. En el texto presentado por el expresidente español se establece que será del 8 al 15 de febrero (una semana). Esto no sólo difiere con lo que pide la MUD, que lo fija en “una duración mínima de 15 días continuos”. Además, es más corto que el aprobado por el propio CNE, que lo prolonga del 8 al 20 de febrero (14 días en total).
El documento de la oposición incluía “la legalización inmediata, en un plazo de 48 horas, de los partidos MUD, VP y Primero Justicia”
Otro aspecto clave en cuanto a las elecciones radica en los observadores internacionales. El documento de Zapatero incluye “proponer al Secretario General de Naciones Unidas que conforme una delegación de acompañamiento y observación electoral”. El de la oposición propugnaba algo de mayor calado: “La conformación de una misión de Observación Electoral Internacional, dirigida por la ONU, integrada adicionalmente por representantes de diversas organizaciones internacionales”.
La propuesta de la MUD incluye dentro del apartado electoral “la reversión de las inhabilitaciones políticas de todos los dirigentes políticos de la oposición, incluyendo a Henrique Capriles y Leopoldo López”. También contempla “la legalización inmediata, en un plazo de 48 horas, de los partidos MUD, VP y Primero Justicia”. Ninguno de estos puntos está incluido en el documento presentado por Zapatero. El primero de ellos no es fundamental, pues la oposición siempre puede presentar otros candidatos. Sin embargo, el segundo es irrenunciable, puesto que no pueden aceptar unos comicios donde no son legales las principales fuerzas opositoras.
Fortalecimiento del Estado de Derecho Constitucional
El documento de la MUD contempla el levantamiento del “desacato judicial que pesa sobre la Asamblea Nacional con el objeto de que recupere sus funciones”. Esto no está contemplado en la otra propuesta, pero en ella sí hay un reconocimiento implícito de la legitimidad de esta Cámara legislativa.
En contrapartida, se exige algo parecido a la MUD con respecto a la Asamblea Nacional Constituyente. La redacción es: “Gobierno y Oposición acuerdan crear una comisión política entre la Asamblea Nacional y la Asamblea Nacional Constituyente para la coexistencia institucional”.
Comisión de la Verdad y presos políticos
El texto de Zapatero no recoge la liberación de los presos políticos, cuando para la oposición eso es irrenunciable
En el apartado referido a la Comisión de la Verdad, la MUD incluye como primer párrafo “proceder de manera inmediata, en un lapso no mayor a 30 días, a la liberación de todos los presos políticos, incluyendo a Leopoldo López, así como a facilitar el retorno de los exiliados políticos a Venezuela”. El texto de Zapatero no recoge este asunto, cuando para la oposición la excarcelación de los presos políticos es irrenunciable.
Extraña que el documento no lo recoja teniendo en cuenta que esta ha sido una de las banderas de Rodríguez Zapatero y que él mismo ha gestionado la liberación de decenas de presos políticos en Venezuela.
En cuanto a la Comisión de la Verdad propiamente dicha hay varias divergencias, pero no resultan tan insalvables. Mientras que la MUD fija que estará compuesta por tres representantes suyos, otros tantos del Gobierno y una ONG propuesta por la oposición. El texto de los mediadores incluye los tres miembros opositores y la ONG propuesta por la oposición, pero no dice cuántos representantes tendría el Gobierno. Otra diferencia es que la propuesta de Zapatero establece que la Comisión tiene que presentar su informe en un máximo de dos meses, mientras que la otra no contempla plazos concretos.