Pedro Benítez (ALN).- La propuesta del primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, de celebrar elecciones parlamentarias el mismo día que las presidenciales implicaría la disolución de la Asamblea Nacional elegida en 2015 y agravaría la percepción de ilegitimidad que en la opinión democrática internacional pesa sobre Nicolás Maduro.
Ayer era un día muy importante para el gobierno del presidente Nicolás Maduro. Durante semanas se había preparado para el lanzamiento por todo lo alto del Petro, su más reciente y ambiciosa apuesta para superar (en sus palabras) todos los males económicos de Venezuela. Una moneda virtual, en teoría un criptoactivo respaldado por las reservas petroleras aún no explotadas del país.
Sin embargo, en tempranas horas de la mañana el primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, propuso en un programa de radio realizar elecciones para la Asamblea Nacional (AN) el mismo día que las presidenciales convocadas por la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para el próximo 22 de abril.
En las siguientes horas nadie en Venezuela se acordó del Petro. Toda la cobertura noticiosa en las redes sociales, en el público y en el mundo de la política fue captada por esa propuesta. Una noticia mató a la otra.
¿Qué busca Diosdado Cabello?, fue la pregunta generalizada, y no las condiciones y bondades del anuncio de Maduro sobre la moneda virtual. ¿Una estratagema para intentar dividir a la oposición y desanimar a los partidos que han manifestado la determinación de no participar en los comicios presidenciales?
La Asamblea Nacional de mayoría opositora tiene un mandato constitucional que vence en enero de 2021 y sólo podría recortarse este periodo por medio de una enmienda de la Constitución
La actual Asamblea Nacional de mayoría opositora tiene un mandato constitucional que vence en enero de 2021 y sólo podría recortarse este periodo por medio de una enmienda Constitución o porque tres veces seguidas emita voto de censura al vicepresidente ejecutivo, caso en el cual el presidente puede disolverla y convocar a nuevas elecciones parlamentarias.
Disolver la AN sin respetar esos extremos constitucionales agravaría la percepción de ilegitimidad democrática que en la opinión democrática internacional pesa sobre Nicolás Maduro y su gobierno. Un paso que hasta ahora no se ha atrevido a dar. Desde el autogolpe de Alberto Fujimori en Perú en 1992, ningún Ejecutivo de Latinoamérica ha hecho algo así. Esto recuerda igualmente la convocatoria de elecciones presidenciales y parlamentarias por Fujimori en 2002 y el intento de reelegirse para un tercer periodo, proceso que en ese mismo año culminó con su salida del poder.
Pero Diosdado Cabello alega que eso lo puede hacer la cuestionada ANC. Recortar el periodo constitucional de la actual AN para convocar la elección de una nueva junto con la presidencial -que ya las democracias más importantes de América y Europa han advertido que no reconocerán- precipitaría y agravaría aún más el cerco diplomático sobre el régimen de Maduro.
¿Esta iniciativa de Cabello es acordada con Maduro? Es posible, en otras ocasiones han actuado repartiéndose los papeles del policía malo y el policía bueno. Pero en esta oportunidad hay un detalle que no concuerda con esa actitud: En las horas previas el presidente venezolano había colocado en su cuenta de Twitter un mensaje llamando al diálogo a su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump.
.@RealDonaldTrump hizo campaña promoviendo la no intromisión en los asuntos internos de otros países. Llegó el momento de cumplirlo y cambiar su agenda de agresión por una de diálogo. ¿Diálogo en Caracas o Washington DC? Hora y lugar y ahí estaré.
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) 19 de febrero de 2018
Maduro apuesta a reelegirse como sea, para a continuación normalizar el país y presentarse como la realidad ante la cual los gobiernos que hoy le cuestionan tarde o temprano tendrán que reconocer. Realpolitik. Pero para eso necesita bajar las tensiones con la principal potencia del mundo y primer cliente del petróleo venezolano, que viene amenazando con aplicar algún tipo de embargo petrolero como medida de presión ante la deriva autoritaria (Leer más: ¿El embargo petrolero a Venezuela provocará la caída de Nicolás Maduro?).
En este sentido una propuesta como la que realiza Cabello, miembro de la logia original que acompañó al expresidente Hugo Chávez en la aventura golpista del 4 de febrero de 1992, no parece que sea de mucha ayuda.
Maduro paradójicamente necesita estabilidad, ya mucha presión internacional tiene encima con la determinación de reelegirse a todo trance.
Por otra parte, la propuesta de Cabello luce innecesaria puesto que la ANC ha venido usurpando las facultades del Poder Legislativo venezolano, órgano reconocido por las democracias del mundo.
Cabello versus Maduro
Pero consideraciones aparte, para Maduro ayer debía ser un día “histórico” por el nacimiento del Petro. Para el vicepresidente ejecutivo, Tareck El Aissami, con esta moneda virtual: “Venezuela da un gran paso hacia la independencia económica, no necesitará hacer transacciones en dólares para el intercambio internacional de mercancías y servicios. No podrán seguir perjudicando nuestra economía”.
La propaganda oficial insiste en que: “No habrá que pagar a bancos, ni que soportar la especulación planificada sobre el bolívar que ha perjudicado nuestra economía”. “El Petro equivale a un barril de petróleo según el precio de la cesta venezolana en el mercado internacional”. “Un barril de petróleo ‘contante y sonante’ de los que se encuentran en los yacimientos comprobados”.
Para el ministro de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, y uno de los voceros de la propuesta, Hugbel Roa, el Petro “ofrece garantías a los inversionistas contra la legitimación de capitales, financiamiento del terrorismo y narcotráfico”, según indicó en su cuenta de Twitter.
La propuesta de Cabello luce innecesaria puesto que la ANC ha venido usurpando las facultades del Poder Legislativo venezolano, órgano reconocido por las democracias del mundo
Entre otras virtudes, los funcionarios del Gobierno aseguran que las criptomonedas son la forma de pago más segura, sin la necesidad de utilizar intermediarios, que “bajo la aplicación de la tecnología blockchain, hacen del Petro la apuesta más segura para acabar de romper el cerco financiero internacional y la guerra económica”.
Como se podrá apreciar, las expectativas en torno a esa moneda virtual son muy altas. Sin embargo, independientemente de la factibilidad ayer todo eso fue opacado por una propuesta de carácter político. Diosdado Cabello recordó que aún está allí. Que sigue siendo un factor de poder que no se debe ignorar.
En las últimas semanas su presencia pública ha sido marginada por otra iniciativa de Maduro, la creación de su propio partido político, el Movimiento Somos Venezuela. Dirigido por la presidenta de la ANC, Delcy Rodríguez, y organización distinta al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) fundado por Hugo Chávez, del cual formalmente Nicolás Maduro sigue siendo presidente y Cabello primer vicepresidente.
Pero a diferencia de Maduro que es el jefe del Estado y de Gobierno, para Diosdado Cabello el PSUV es el último reducto de poder. Y está haciendo uso de él.
Nicolás Maduro ha logrado contra todo pronóstico llegar al quinto año en el poder, pero eso no ha sido gratis. Ha tenido un costo, elevadísimo para la sociedad venezolana, y también para el movimiento que heredó. Si quiere seguir en el poder debe mantener, como lo ha conseguido hasta ahora, la cohesión del grupo que lo sostiene. Pero la tensión y los enfrentamientos larvados dentro del régimen existen. El mundo se mueve.