Carlos Moreno (ALN).- Abundan los titulares que sugieren que el diálogo montado por el régimen en Caracas no es real, y el principal argumento es que ni los grandes partidos de oposición, ni los representantes del presidente encargado Juan Guaidó, se sentaron a negociar. Pero también hay coberturas, todas de medios comunistas, que dan por zanjada la crisis del país y dicen que empieza un nuevo capítulo de esperanza, los mismos que dan por hecho que los negociadores son los legítimos representantes de la oposición.
Los medios internacionales y agencias de noticias cubrieron la sorpresiva aparición de un diálogo entre el régimen de Nicolás Maduro y un sector de la oposición en Venezuela.
La prensa libre del mundo, reflejada en medios históricos, los de mayor impacto global y con amplísimos niveles de lectoría, advierten de entrada que algo no va bien en ese diálogo puesto que no se encuentra la representación del presidente encargado Juan Guaidó, ni tampoco los grandes partidos de oposición como Voluntad Popular, Acción Democrática, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo.
La noticia sobre el nuevo pacto diseñado por Maduro y su régimen no ha cobrado mayor relevancia dada la ausencia de la verdadera oposición. Él fue el primero en abandonar la mesa de negociación en Noruega, y luego Juan Guaidó confirmó que el modelo estaba “agotado”. Ahora viene un torbellino de presiones políticas desde la OEA y desde la ONU contra Maduro, incluyendo una Comisión de Investigación de DDHH de las Naciones Unidas.
Si Guaidó no está presente en una mesa de negociación, el mundo democrático no da legitimidad ni toma en serio los resultados que puedan derivarse de un acercamiento de este tipo.Llaman a los opositores firmantes, “grupo minoritario” distinto al liderado por Guaidó, tal como reseñó la agencia Reuters.
Las coberturas dan detalles de todo lo ocurrido durante la firma del pacto, las intervenciones, las fotografías, los mensajes de cada uno de los negociadores por el régimen y por la minoría opositora, pero abren el foco al contexto, al análisis y los acontecimientos que sucedieron antes. Y allí está Guaidó.
Guaidó tiene a su favor 55 países que le respaldan como el presidente encargado de Venezuela y a Maduro lo rechazan como dictador. Y eso mantiene su peso como un hecho oficialmente reconocido en las redacciones del mundo.
Por ejemplo, la BBC de Londres titula: “El Gobierno de Maduro y un grupo de partidos opositores pactan el regreso de los diputados chavistas a la Asamblea Nacional”, y dentro de la historia aparece Guaidó como el referente que no está, y cuyo nombre no resalta en el acuerdo presentado por Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación del régimen.
The New York Times cita a la agencia AP (Associated Press), que también desmonta el diálogo dándole relevancia a la ausencia de Guaidó. Su título: “Sin Guaidó, algunos opositores acuerdan negociar con Maduro”. Ya dentro la agencia reseña que puede ser esta una primera división de la oposición a Maduro.
El diario El País de España lanza un titular con Guaidó en primer frente: “El chavismo pacta con un sector de la oposición mientras Guaidó da por roto el intento de diálogo” y describe de inmediato el rechazo de la mayoría opositora. En la redacción de Madrid no se quedan con la versión oficialista y reseñan también la respuesta de Guaidó para ampliar el alcance de la nota.
CNN enfoca directamente un análisis: “Facción opositora firma acuerdo con Maduro. ¿Qué buscan?”. La cadena de noticias adelantó así la estrategia de Maduro para intentar debilitar a la oposición de Guaidó usando a dirigentes que habían tendido puentes con el régimen.
Y entonces Guaidó pasa a ser el primer protagonista antes que el propio Maduro. Se le da espacio a su reacción y se publican sus mensajes desestimando cualquier legitimidad de ese acuerdo.
Es el enfoque noticioso que se reitera en todas las notas publicadas en medios como CNN (Estados Unidos), El País (España), El Comercio (Perú), El Mundo (España), El Espectador (Colombia), O Globo (Brasil), Reuters (Reino Unido), Clarín (Argentina), La Tercera (Chile), EFE (España), gigantes de la comunicación en América y Europa que tienen un alcance planetario e influyen en la configuración de la opinión pública con sus plataformas y a través de las redes sociales donde suman millones de seguidores.
CNN tiene un impacto en Twitter con 55 millones de seguidores. Reuters, 20,7 millones de seguidores, el diario El País, 7 millones de seguidores, y el Espectador 4,9 millones de seguidores, por nombrar sólo cuatro medios.
El comunismo celebra
En contraste los medios de la izquierda y el comunismo celebran el pacto del régimen y la minoría opositora y hasta plantean que ya comienza el camino para la paz en Venezuela.
La maquinaria que primero se activa es la de La Habana. Incluyendo al canciller cubano Bruno Rodríguez, quien aseguró que “Cuba celebra los acuerdos parciales alcanzados en la Mesa de Diálogo Nacional de Venezuela” y pide a la comunidad internacional alentar el proceso en estricto respeto al Derecho Internacional.
Desde las redacciones de la “revolución cubana” como Granma, Prensa Latina y Cubadebate, y otros medios como Telesur (auspiciado por Hugo Chávez), RT (Rusia), Sputnik (Rusia) o la agencia de noticias de China, Xinhua, se vende otra historia, una sin contrapartes y a una sola voz, la del régimen, por lo que las publicaciones han resultado en textos muy breves que no van más allá de lo visto en la firma del pacto.
“Gobierno y oposición venezolanos firman acuerdos de diálogos por la paz”, tituló la agencia Prensa Latina. Para ellos fue un hecho único y sin contexto, ni siquiera aborda la negativa del propio Maduro de negociar con la verdadera oposición. Para los cubanos ahora sólo existe el régimen junto con Claudio Fermín (Soluciones para Venezuela), Luis Romero (Avanzada Progresista), Felipe Mujica (MAS) y Timoteo Zambrano (Cambiemos), no hay más oposición, y Guaidó no existe.
Maduro quiere romper la unidad en torno a Guaidó pero consigue lo contrario
La agencia Xinhua se decantó por un título directo: “Gobierno venezolano y sectores de la oposición acuerdan mesa de diálogo”. Y pasó a describir punto por punto todo el acto protocolar montado por el régimen. Advierte la nota que Venezuela enfrenta una crisis económica y política intensificada desde que la “oposición nacional e internacional” decidieron desconocer el “mandato de Maduro”.
Y algunos llegaron más lejos, como Sputnik que se atrevió con el siguiente título: “Un movimiento audaz que puede evitar una guerra en Latinoamérica”. Destacado en su portal como noticia de relevancia. El medio plantea un análisis a favor del régimen exponiéndolo como la víctima más atacada por Estados Unidos y lo muestra como una Administración valiente que se le ha enfrentado promulgando la paz.
“Así como el llamado a la Constituyente le cerró el paso a la guerra civil en Venezuela durante el año 2017. El acuerdo firmado el 16 de septiembre entre el Gobierno de Nicolás Maduro y una parte de la oposición venezolana, puede significar no sólo desbloquear los obstáculos para la paz, sino rediseñar el mapa de actores para los próximos años en Venezuela”, agrega Sputnik.
Desde Telesur la cobertura ha sido en clave de elogio dando el protagonismo a Maduro. “Nicolás Maduro celebra acuerdos alcanzados con la oposición en Venezuela”. La televisora refleja sólo la posición del régimen y no reseña nada más que frases del discurso de Maduro abogando por la paz.
Así plantearon el periodismo desde estos medios cuyo alcance no es comparable con las redacciones de medios libres.
Granma tiene unos 167.000 seguidores en Twitter, RT, 3,1 millones de seguidores, Telesur, 1,7 millones, Sputnik, 94.000. Ni siquiera la agencia Xinhua, por ser la potencia china, le llega cerca a CNN: en Twitter alcanza 12,7 millones de seguidores.