Juan Lozano (ALN).- La apacible agenda política del fin de la Semana Santa en Colombia se vio sacudida cuando el expresidente Andrés Pastrana publicó un tuit que daba cuenta de una reunión que sostuvo con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, antes de que éste se reuniera con el presidente Juan Manuel Santos. “Gracias @Potus @RealDonaldTrump por la cordial y muy franca conversación sobre problemas y perspectivas de Colombia y la región”. Así decía el tuit del expresidente Andrés Pastrana que instantáneamente despertó una aguda e intensa polémica política y periodística que se ha prolongado hasta el día de hoy. Los medios colombianos empezaron a complementar la información advirtiendo que se habría tratado de un encuentro en la lujosa locación de Mar-A-Lago de Donald Trump en el sur de Florida y que también se encontraba presente el expresidente Álvaro Uribe, jefe de la oposición en Colombia.
Algunos de sus más cercanos aliados acusaron a Uribe y a Pastrana de ser desleales con Colombia
Aunque Álvaro Uribe no ha hecho ningún pronunciamiento verbal ni escrito sobre la reunión, desde su partido se dijo que había sido un encuentro social y por invitación de terceros. En todo caso, el tuit de Pastrana conmocionó a los medios en Colombia pues resultaba absolutamente atípico -y revelador de un cambio sustancial de estilo y de prioridades políticas- que el presidente de los Estados Unidos se reuniera con los jefes de la oposición antes de hacerlo con el jefe de Estado, propinándole de paso un severo golpe tanto a la canciller colombiana, María Ángela Holguín, como al embajador en Washington, Juan Carlos Pinzón, quienes habían fracasado en su esfuerzo por agendar una cita del presidente Juan Manuel Santos con Trump, cuando se está tramitando un paquete de ayuda económica para Colombia en el Congreso de Estados Unidos.
Tras las informaciones de los principales medios de comunicación en Colombia el domingo de Resurrección sobre la reunión -y la batalla de especulaciones, interpretaciones y recriminaciones-, el lunes de Pascua el Gobierno nacional amaneció descolocado y a la defensiva. Algunos de sus más cercanos aliados acusaron a Uribe y a Pastrana de ser desleales con Colombia e incluso de traición a la patria. En el curso del día, la cadena CNN puso en duda la veracidad de la información sobre la cita y lo propio hicieron otras cadenas. Para ese momento, una fuerte artillería se descargó contra Uribe y Pastrana para acusarlos ya no de traidores, sino de fanfarrones por haber presumido tras un breve encuentro que muchos llamaron casual.
Juan Manuel Santos consideró la reunión como un insulto / Flickr: Globovisión
A todas estas, aunque en la Casa Blanca no se produjo inicialmente ningún pronunciamiento formal sobre la cita, en dos momentos distintos funcionarios han dado versiones diferentes sobre lo ocurrido. Inicialmente se dijo que había sido una corta reunión y luego, ya al final de la semana, que se había tratado de un rápido saludo casual, “a quick hello”. Tras esta declaración arrecieron las burlas, las mofas y las críticas contra los expresidentes. Fueron muchos los memes de ciudadanos y dirigentes políticos que circularon a través de las redes sociales. Un buen ejemplo de ello lo produjo un veterano dirigente político, excandidato presidencial y actual ministro del posconflicto en el gobierno de Santos, quien el domingo publicó unas fotos con su pequeño nieto en Disney World y el legendario Pato Donald con leyendas alusivas al “quick hello”.
Desde un comienzo, mucho se dijo en los medios que el articulador de la cita había sido el prestigioso senador republicano de Florida Marco Rubio, quien después de casi diez días de especulaciones en el último fin de semana negó su participación en el evento. Para ese momento parecía claro que un socio anónimo del lujoso Mar-A-Lago habría invitado a Uribe y a Pastrana, y estando en ese lugar se habría producido el encuentro.
Hay cambios sustanciales en la región
Sin embargo, en las últimas horas la influyente revista Semana de Colombia, dirigida por un sobrino del presidente Juan Manuel Santos, publicó una serie de revelaciones sobre el encuentro de los jefes de la oposición con Donald Trump, indicando que habría durado 20 minutos, lo que es mucho más que un simple saludo, que la reunión había sido planeada y que había despertado una profunda molestia en el gobierno de Santos. Incluso especula Semana en ese artículo señalando que el cambio de versión de los funcionarios de la Casa Blanca pudo originarse a causa de las inconformidades del Gobierno por haber aceptado Trump una reunión con los jefes de la oposición cuando ni siquiera hay fecha oficialmente divulgada para la cita con Santos. Aquí vamos.
Es evidente que hay un cambio sustancial en la política antidrogas de Washington tras la llegada de Trump
Más allá del sainete de versiones sobre los pormenores de la cita, lo ocurrido provoca reflexiones sobre asuntos de gran importancia para la región. Es evidente que hay un cambio sustancial en la política antidrogas de Washington tras la llegada de Trump. El Gobierno de Colombia ya ha sido advertido sobre la molestia profunda que causa la multiplicación de cultivos ilícitos en suelo colombiano, que devuelve las cifras a los peores momentos de la historia. También hay un cambio sustancial en relación con Venezuela. Ese ya no es un asunto marginal, sobre todo después de que Nicolás Maduro se comporta cada vez más como un dictador y tirano y de que son más severas las acusaciones sobre el soporte que le brindaría una narcocúpula que habría estado asociada con las FARC, signatarias del acuerdo de paz con el Gobierno de Colombia.
Ojalá se puedan conocer los pormenores de la conversación, corta o larga, entre Trump, Pastrana y Uribe. En todo caso la región está cambiando sustancialmente, no solo por la elección de Trump sino por la catastrófica degeneración del régimen chavista. Tras la reunión con Trump de dos expresidentes opositores a Santos con discrepancias manifiestas sobre la política antidrogas, sobre los acuerdos de paz y sobre el trato benevolente que el Gobierno colombiano ha dado a Maduro, resultan elocuentes las reflexiones finales de la revista Semana: “Lo que no deja de llamar la atención es que el presidente Trump hubiera aceptado reunirse con la oposición, así fueran breves minutos, antes que con el presidente de la República, con quien tiene planeada una reunión, esa sí de verdad, en mayo. Pero por más insignificante que haya sido el contenido del encuentro social de Mar-a-Lago, el presidente Santos lo ha considerado uno de los mayores insultos de los que ha sido objeto durante su gobierno”.