Daniel Gómez (ALN).- Los sectores más necesitados tienen un problema de empoderamiento. No confían en sí mismos; por tanto, no se hacen oír. De ahí que los planes de responsabilidad social corporativa sean ineficientes, dice a ALnavío Martín Burt, director de la Fundación Paraguaya. Por eso pide a empresas y gobiernos que incluyan a los pobres en la ecuación: “Es difícil incorporarlos, pero a través de ellos se consigue la verdad”. Verdad que es sinónimo de información.
La pobreza es una batalla de todos. También de los pobres. No contar con ellos es uno de los puntos en los que se está fallando. Y es que la lucha no sólo busca el alivio o la reducción de la pobreza. “Hay que eliminarla”, dice al diario ALnavío el director ejecutivo de la Fundación Paraguaya, Martín Burt, uno de los impulsores del libro Las dimensiones faltantes en la medición de la pobreza, manual que propone seis indicadores que van más allá de la renta económica.
Burt fue ponente del foro sobre pobreza que celebró el martes la Casa de América de Madrid. Con una anécdota evidenció el fallo más común en la lucha contra este grave problema. “He podido charlar con un líder indígena de Paraguay y un dirigente de los negros en Washington DC. Los dos me dijeron lo mismo: ‘No sé lo que tiene mi pueblo. No sé cómo preguntárselo’”.
Aunque añadió que “es complicado asignar un rol protagonista a los pobres”, instó a “empresas, gobiernos y sociedad civil a buscar la verdad escuchando las necesidades de los pobres”. A través de ellos “se consigue la verdad, la información”.
Eliminar la pobreza es el fin de la Fundación Paraguaya. Para ello, Burt incluye a los pobres en la ecuación e insiste en un elemento clave: el empoderamiento y la ‘agencia’. El libro, en el que también colaboraron la Corporación Andina de Fomento (CAF, Banco de Desarrollo de América Latina) y la Universidad de Oxford, define el indicador como lo que “afecta a la confianza de las personas en la toma de decisiones”. La autonomía, la determinación, y la confianza en uno mismo.
Ir más allá de la responsabilidad social corporativa
Para empoderar a los pobres, el director de la Fundación Paraguaya pide que las empresas vayan más allá de la responsabilidad social corporativa. ¿Cómo se consigue? El ejemplo que contó al diario ALnavío es el siguiente: “Una empresa tiene 1.000 trabajadores. Esa empresa pregunta a los trabajadores cuál es su problema. 700 trabajadores dicen que su problema es que no ahorran. ¿Qué puede hacer la empresa? Puede llamar al banco de los obreros y pedirle que incluyan las nóminas en una cuenta de ahorro”.
Burt precisó que la clave está en la información. “Si dejamos que la información fluya entre las partes, tenemos un 50% de la batalla ganada. La gran mayoría de los pobres tienen cuenta de Facebook y teléfonos inteligentes. Hay que usarlos para saber qué necesitan y actuar”.
Con la propuesta se consiguen dos cosas. Por un lado, dar voz al pobre, que sepa que su opinión es tenida en cuenta y por tanto que gane confianza. Por el otro, permitir a la empresa -o al gobierno- ser eficiente en los planes de responsabilidad social corporativa, una materia en la que, reconoce, “se debe ir más allá”.
El ‘Semáforo de Eliminación de Pobreza’ es la herramienta que propone la Fundación Paraguaya. Funciona como métrica y método a través de móviles, tabletas y ordenadores, y permite a las familias cuantificar el nivel de pobreza e identificar estrategias personalizadas para sus carencias. Este se divide en 50 indicadores, cada uno con tres definiciones e imágenes simples -adaptadas a la realidad local- que representan lo que es ser pobre extremo (rojo), pobre (amarillo) y no pobre (verde). Como los colores del semáforo.
“Si dejamos que la información fluya entre las partes, tenemos un 50% de la batalla ganada”
Con el semáforo opera el programa ‘Empresas Sin Pobreza’ de la Fundación Paraguaya. Este permite a las compañías mejorar la calidad de vida de los obreros pobres. Todo con tal de eliminar la pobreza, objetivo número uno en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, y un problema que hace más daño a la economía que el cambio climático. América Latina no es de las regiones más pobres, pero sí de las más desiguales, donde la brecha entre ricos y pobres es más pronunciada. Es algo que hay que eliminar. De ahí que la institución que dirige Martín Burt colabore en países devastados por este problema como Paraguay y México, y tenga convenios con ONGs y emprendedores sociales en 20 países.
La Fundación trabaja en Paraguay usando el semáforo con 86 empresas desde 2013. Además, hace poco firmaron un convenio que les permite ingresar en México. El acuerdo fue con la USEM, asociación en la que participan líderes de más de 160 empresas. La siguiente incursión quieren que sea España.