Mariveni Rodríguez (ALN).- Entre alebrijes, catrinas, luchadores enmascarados y milagritos, Daniela Flores y Oscar Enríquez pasan prácticamente desapercibidos frente a todos los objetos que tienen dentro de su pequeño negocio: Enraizarte, una tienda que abrieron, dos meses antes del confinamiento, para echar raíces en España y honrar a la artesanía y artesanos populares. El de ellos es un mundo de ilusión en el que entras por curiosidad y terminas embelesado porque esta pareja de mexicanos todo lo da. “No queremos que se nos vea como un negocio de souvenirs mexicanos. Detrás hay una larga investigación que preserva al arte frente a la producción masiva”, defiende a rajatabla Oscar Enríquez.
En El uso y la contemplación, el escritor Octavio Paz afirma que “la artesanía transcurre con los días, fluye con nosotros, se gasta poco a poco, no busca a la muerte ni la niega: la acepta”. Así es Enraizarte, una tienda situada en el barrio de Las Letras de Madrid (c/Lope de Vega, 3), que afinca la cultura artesanal de México, fluye ante los obstáculos de emprender un proyecto y acepta estos tiempos de pandemia como sólo saben hacerlo los mexicanos, con humor, como un rito, día a día.
“Enraizarte es un homenaje al oficio de los artesanos y la cultura popular mexicanos. No es una tienda de souvenirs. La idea es contar las historias que hay detrás de cada pieza: su arraigo. Saber quiénes las elaboraron, qué técnicas usaron, cuánto tiempo se tardaron en hacerlas”, explica esta pareja conformada por Daniela y Oscar.
“Porque -continúan a dúo -en cada trabajo hay mucha tradición y riqueza. También hay obras de artistas jóvenes que alimentan el arte popular con su propia cosecha”, explica Oscar Enríquez, para quien este proyecto es la vida porque lo han hecho con el apoyo familiar.
Una investigación con tres ejes
Daniela Flores y Oscar Enríquez se residenciaron en España tras vivir en Holanda. Ella es artista, pintora-cartonera, jaranera y bailarina. Él es músico percusionista y profesor e investigador de Mecánica y Física de Fluidos en la Universidad Carlos III. Desde 2016 viven en Madrid. Tienen un hijo de seis años, Lucio, el inspirador de este proyecto: “Queríamos que nuestro hijo conociera y contactara con sus raíces. Y como Daniela es artista, pues pensó en seguir su pasión por el arte popular mexicano. Así comenzamos esta idea e investigación”, comenta Enríquez, quien señala que representan a artistas como La Malagueña, la familia Lorenzo, Apolonio Argueta o la Casa Don Juan”.
“Esto ha sido -relatan – un proceso de pasión por el arte popular mexicano. Un trabajo de indagación de tres años de búsqueda y viajes a pueblos mexicanos para conocer artistas y personas con las que hoy tenemos una red de contactos y colaboradores. Sin ellos sería muy difícil. Son amigos que nos facilitan llegar a lugares remotos y a artistas olvidados. Traer sus cosas, hacer mercadillos e inaugurar la tienda es un proceso que requiere perseverar hasta alcanzar la meta”.
Para Daniela este proyecto tiene tres ejes. “Una tienda, enfocada en promover piezas elaboradas a mano, principalmente artesanía y diseño. Una galería, destinada a exhibir trabajos artísticos tanto de pintura como escultura y un estudio-taller, concebido como un espacio de encuentro, mediante el cual se realizan talleres de técnicas artesanales como bordado, repujado en metal, cartonería, elaboración de prendas tradicionales”, comenta.
Enraizarte es también un emprendimiento que ha contado con el asesoramiento empresarial de la Fundación Tomillo, una ONG que pertenece a la Asociación de Escuelas de Segunda Oportunidad de España y a la Red de Escuelas de Segunda Oportunidad Europeas.
Enraizarte cuenta ahora con más de 50 artistas representados. La mayoría vive en México y algunos en España. Su inventario de piezas va desde Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Puebla, Morelos, Ciudad de México, Guanajuato, hasta el Estado de México.
Un catálogo donde destacan verdaderas joyas de hojalata, papel, cartonería, madera; esculturas y figuras, repisas con calaveras, bisutería, complementos y collares hechos en papel, metal, cerámica y resina.
Identidad y técnicas ancestrales en un espacio multifuncional
“Nuestra filosofía es proteger y potenciar el trabajo de los artesanos, el compromiso es con la obra hecha manualmente con técnicas que requieren de maestría”, explica Daniela Flores.
Se trata de un legado. De una vuelta a la artesanía y un guiño a la sensibilidad contemporánea. Una resurrección de los viejos oficios de alfareros, carpinteros, vidrieros, cartoneros que han hecho y reconstruido con sus manos una cultura autóctona expresada en forma de sentimientos, de objetos o de imágenes.
Cestería (hechas con hilo plástico), catrinas (las calaveras de Diego Rivera), milagritos (corazones de hojalata pintados a mano que servían como ofrendas milagrosas), juditas (imágenes de San Judas Tadeo), luchadores (enmascarados), muñecos de cartón (pintados a mano), papel picado, juguetes, ofrendas del Día de los Muertos o belenes navideños se muestran en estantes abarrotados de figuras y diseño mexicano. Una invitación, sin duda, a que sea el propio consumidor el que descubra su objeto de culto.
Evocar a los ausentes con arte en el Día de los Muertos
En Enraizarte cada pieza es una evocación. “Se recuerda, durante la celebración del Día de los Muertos, a los que ya no están presentes: una foto, una veladora o una calavera de azúcar sirven para decorar una ofrenda. La idea es agradar al difunto con los motivos que le gustaban”, explica Enríquez.
“Realizamos talleres de técnicas artesanales con artistas mexicanos que viven en Madrid y en otras ciudades españolas. Daniela ofrece uno sobre decoración de nichos que se ha agotado. Contamos con otros cursos como el de bordado tipo Tenango, impartido por María Navarro”, comenta Enríquez entusiasmado por la convocatoria.
No obstante, el aforo actual es restringido y esto influye en sus actividades. “No podemos meter sino tres o cuatro personas. Es una lástima porque este taller es muy emotivo. Los participantes deben traer objetos personales de sus seres queridos, de aquellos a quienes le dedican el nicho, y algunos de los familiares que inspiran estos trabajos han fallecido. Sin embargo, terminamos realizando un encuentro muy conmovedor, donde a veces el humor está muy presente”, explica Enríquez.
Desde esa suerte de caleidoscopio donde calaveras, animalitos de hojalata y juguetes tradicionales juegan sin cesar con la mirada del cliente o espectador, dos jóvenes, Daniela y Oscar, cautivan con su acento mexicano. Allí, en Enraizarte, hurgar dentro de este universo de criaturas fantasiosas es un regalo visual, pero puede que también esta pareja sorprenda con su arte, en una plaza o calle madrileña: él como percusionista y ella tocando jarana o bailando una danza zapateada con la poesía cantada del son jarocho veracruzano como colofón. ¡Ándele güey!