Redacción (ALN).- El presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, sugirió que la oposición debe optar por un candidato habilitado para las presidenciales de 2024.
En un análisis publicado en su cuenta de Instagram, León explicó que en una negociación pudiera lograrse que algunos opositores «moderados» logren ser habilitados, pero no «un inhabilitado radical».
«Luce más racional alcanzar acuerdos para garantizar que la oposición se una alrededor de un líder que pueda participar en el proceso electoral, capaz de mover a hacer lo que sabe y quiere: VOTAR. Construir el momentum de la verdad, evocando la historia en Perú, Nicaragua, Chile, Bolivia, México, Barinas», indicó.
El análisis íntegro
¿Debe un candidato ganarse la confianza del electorado alentando su posibilidad de triunfo, aunque las condiciones le sean adversas? Claro que si. Se trata de mantener la esperanza. Pero mi trabajo es entender la realidad, calcular probabilidades de ocurrencia y facilitar toma de decisiones.
Así como un candidato tiene derecho a motivar a la gente, los analistas estamos obligados a examinar la realidad sin sesgo ni edulcorantes. Por un lado podrán oir a un político inhabilitado proclamar su triunfo en primarias y asegurar que se inscribirá aunque esté inhabilitado (y si no ofrecerá lanzarse a una batalla de calle) y, por otra parte, la mayoría de analistas dirá que nada de eso ocurra.
Podrá venirse una negociación para que algunos de los líderes (moderados) logren ser habilitados. Pero un inhabilitado radical, estará impedido de participar en las presidenciales. Es posible que ningún inhabilitado pueda participar, pero si hubiera alguna opción, estaría reservada a líderes dispuestos a negociar políticamente, lo cual excluye a los radicales, cuya posibilidad de habilitación son prácticamente nulas.
A mi las inhabilitaciones me parecen una violación a los derechos democráticos. Pero no se trata de la constitucionalidad. Hablamos sobre la base de un hecho que se ha repetido por años.
Sobre la segunda dimensión, que plantea una lucha no electoral por la defensa de esos derechos, basta mirar el pasado para justificar nuestro escepticismo. Los gritos de guerra de camping de adolescentes, los mensajes de notables juristas retirados, las declaraciones encendidas de talentosos profesionales, son inútiles para las »feroces» batallas imaginarias que plantean.
Por lo pronto luce más racional alcanzar acuerdos para garantizar que la oposición se una alrededor de un líder que pueda participar en el proceso electoral, capaz de mover a hacer lo que sabe y quiere: VOTAR. Construir el momentum de la verdad, evocando la historia en Perú, Nicaragua, Chile, Bolivia, México, Barinas.
Más vale líder habilitado activo y unitario en una elección sesgada que líder inhabilitado generando esperanzas falsas y comprando todos los tickets para una decepción masiva.