Daniel Gómez (ALN).- Colombia, Guatemala, Honduras, El Salvador, República Dominicana, Paraguay, así como la zona sur de México, serán los primeros lugares de América Latina en beneficiarse de 100 Territorios Libres de Pobreza y de Hambre. Una iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura para acabar con la desigualdad.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) tiene un plan para reducir la pobreza en América Latina. Se llama 100 Territorios Libres de Pobreza y de Hambre y tiene el objetivo de “crear gobiernos locales más competentes y eficaces para ayudar a las comunidades rezagadas”. ¿Cómo?
– Diálogo político, social y técnico para el reconocimiento de la existencia de territorios rezagados y su inclusión prioritaria en las agendas de los países.
– Comunicación estratégica para dar visibilidad y legitimidad a las acciones gubernamentales y de actores clave.
– Movilización de recursos (financieros, humanos y técnicos) para el fortalecimiento de instituciones nacionales y territoriales con el fin de elevar el impacto de las políticas públicas, los mecanismos de gobernanza territorial, y las alianzas sociales y público-privadas.
– Gestión del conocimiento para garantizar el encapsulamiento y circulación de conocimiento generado.
El proyecto ira por fases. La primera, a 10 años, contempla seis países de la región que la FAO considera “prioritarios”. Son Colombia, Guatemala, Honduras, El Salvador, República Dominicana, Paraguay, así como la zona sur de México.
Julio Berdegué, representante de América Latina en la FAO, explica en un informe divulgado este miércoles que hay territorios en la región “donde las personas viven en condiciones sociales que se asemejan más a las que había hace 50 años”.
No pocas personas: hasta un total de 40 millones. De las cuales, poco más de la mitad, 20,9 millones, “habitan en zonas rurales, pueblos o ciudades de escaso tamaño, alrededor de una de cada cinco son afrodescendientes o indígenas y la misma proporción corresponde a hogares liderados por mujeres”.
La FAO sabe que el hambre y la pobreza son los objetivos prioritarios. Pero esto no se logrará si no se consideran otros factores influyentes como la migración, el impacto del cambio climático y las economías ilegales.
Berdegué puso un ejemplo: “Miles de campesinos han emigrado en las últimas décadas desde las montañas de Guerrero en México, pero ello no ha evitado que muchos miles sigan allí, cultivando la amapola con la que se produce la heroína”.
Por eso para la FAO “una de las claves” es mejorar principalmente “la calidad de las políticas y los programas dedicados a estos territorios olvidados. También debemos acercar a los habitantes de estos territorios a los mercados, pero sobre todo se necesita una gran participación social, que reconozca el valor de estas personas, que han sido capaces de sobrevivir y adaptarse a las peores condiciones imaginables y que tienen una gran resiliencia e inteligencia social”, concluyó el experto.