Daniel Gómez (ALN).- El gobierno de Nicolás Maduro le pidió ayuda a Naciones Unidas para retirar las minas antipersonales en la frontera con Colombia luego de que murieran dos de sus militares por culpa de estos explosivos. Ya la ONU coordina con Caracas la desactivación de estos operativos.
“Ya estamos en coordinación con las instancias de ONU con experticia en desactivación de minas antipersonales, para apoyar a nuestra FANB [Fuerza Armada Nacional Bolivariana] en el desminado de las zonas fronterizas en las que grupos armados irregulares colombianos han sembrado minas para atentar contra Venezuela”.
Eso dijo Jorge Arreaza, ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, este jueves en Twitter.
De esta forma, se confirma que Naciones Unidas atendió la petición de Caracas hecha hace dos semanas, justo cuando una de estas minas mató a dos oficiales de la Fuerza Armada desplegada en el estado Apure, fronterizo con Colombia, y desde hace tres semanas convertido en un campo de batalla entre el Ejército venezolano y un grupo irregular no identificado.
La explosión de esa mina, además de los dos fallecidos, dejó nueve militares heridos.
Cabe apuntar que el conflicto en la frontera ha bajado de intensidad. El pasado viernes, el jefe del Comando Operacional de la Fuerza Armada de Venezuela (CEOFANB), Remigio Ceballos, dijo que sus operativos ya habían tomado el control en Apure.
Desde la ONG Fundaredes corroboraron la afirmación de Ceballos, apuntando, de paso, la fuerte presencia militar en la frontera.
“En los límites del estado Táchira con Apure (ambos fronterizos con Colombia) se observa mayor presencia militar, siguen movilizándose contingentes armados aun cuando los productores agropecuarios señalan que hubo ‘acuerdo del cese al fuego con el frente décimo de las FARC”, dijo el director de Fundaredes, Javier Tarazona, en Twitter.
Según datos oficiales, el conflicto en la frontera ha dejado un saldo de ocho militares y nueve guerrilleros fallecidos. Más de 40 supuestos terroristas también han sido detenidos.
Por su parte, Migración Colombia ya tasa en más de 6.000 el número de venezolanos desplazados al departamento colombiano de Arauca, donde escasea el alojamiento, la comida y los servicios de higiene.
Mientras, desde las zonas de poder en Caracas y Bogotá se culpan los unos a los otros de lo ocurrido en la frontera. Lo último fue la advertencia del gobierno de Iván Duque al Consejo de Seguridad de la ONU de que los conflictos en Apure eran culpa de Nicolás Maduro por permitir que los disidentes de las FARC que simpatizaban con la revolución bolivariana campearan en la frontera. Esta acción de Colombia fue la réplica al movimiento del gobierno de Maduro hace unos días diciendo al Consejo de Seguridad justo lo contrario. Que lo ocurrido en la frontera es culpa de paramilitares de derecha protegidos por Duque.