Caleb Zuleta (ALN).- El informe de la OEA sobre las elecciones del 20 de octubre en Bolivia no dejan lugar a dudas. Hubo irregularidades. De diversa especie. Hubo manipulaciones. Hubo arbitrariedades. En fin, el fraude ha sido demostrado.
Dice el informe que “las manipulaciones e irregularidades señaladas no permiten tener certeza sobre el margen de victoria del candidato (Evo) Morales sobre el candidato (Carlos) Mesa. Por el contrario, a partir de la abrumadora evidencia encontrada, lo que sí es posible afirmar es que ha habido una serie de operaciones dolosas encaminadas a alterar la voluntad expresada en las urnas”.
La OEA produjo un informe final de 95 páginas. Y lo que demuestra es fehaciente. El estudio del proceso demuestra que el sistema fue manipulado. Se mintió sobre el uso de servidores. Y sobre las decisiones de paralizar el escrutinio. Y ello no fue un accidente.
“La noche de la elección, el tribunal electoral interrumpió de manera deliberada la transmisión de resultados. Todos los análisis del equipo técnico permiten determinar que la paralización del sistema TREP no fue un accidente ni una decisión basada en fundamentos técnicos. Fue simplemente una decisión arbitraria, cuyo propósito incluyó la manipulación de la infraestructura informática. Cuando el sistema reanudó su funcionamiento, al día siguiente, apareció en escena un servidor oculto, no declarado y no controlado ni por la empresa auditora ni por el personal técnico del órgano electoral. A través de él, se procesó información restante del TREP correspondiente a más de 1.400 actas. Este segundo servidor no apareció en ningún informe hasta que la auditoría de la OEA lo develó a través de los estudios periciales”.
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Ya este párrafo lo indica todo. Evo Morales iba ganando las elecciones pero los votos no le alcanzaban para cerrar la victoria en la primera vuelta. Evo Morales decía que ganaría con los votos rurales. Pero tampoco estos le alcanzaban. De allí la interrupción del escrutinio. Y es la auditoría la que demuestra hechos tan evidentes como que:
“Funcionarios técnicos del órgano electoral enviaron una carta a la auditoría de la organización, en la que reconocen la configuración de un servidor en una red ajena al TREP a través de una máquina Linux AMI virtual. Asimismo, manifestaron haberlo hecho por indicación de los vocales del TSE y en coordinación con un asesor informático que no es parte de la planta efectiva del Servicio de Registro Cívico (SERECI) ni de la Dirección Nacional de Tecnología de la Información (DNTIC) del OEP ni tampoco de la empresa auditora. Esta carta se anexa sin nombres para salvaguardar la identidad y los datos personales de los involucrados, sin embargo, ha sido enviada al Ministerio Público. La interrupción del TREP y el posterior re-direccionamiento del flujo de datos a un servidor externo tornó absolutamente manipulable el sistema”.
“El corte del sistema TREP fue una decisión arbitraria que atentó contra la integridad y transparencia del proceso electoral. Los aspectos anteriores evidencian otras motivaciones que deben ser investigadas, cuyo propósito incluyó la manipulación de la infraestructura informática a través del desvío del flujo del TREP hacia servidores externos.”
“El TSE contaba con un servidor principal (BO2), su respectiva contingencia (BO2S) y uno para publicar (BO3). Se mintió deliberadamente al decir que se utilizó el servidor BO3 puesto que el servidor utilizado para la publicación no fue este ya que al momento de auditarlo, tenía menos actas que las publicadas. Se constató inconsistencias entre las bases de datos de los servidores BO2 y BO3.”
Dice el informe que “el análisis pericial revela que, de manera deliberada, se construyó una estructura informática oculta, con capacidad de modificar resultados electorales, así como borrar cualquier rastro de esta actividad”.
Ya esto es suficiente para determinar el fraude. Pero falta mucho más. Señala la OEA que “el cómputo oficial también se vio afectado. Aunque en teoría este sistema era independiente de la transmisión de resultados preliminares, en la práctica este supuesto no se cumplió. El equipo auditor constató que en el caso del voto en el exterior se utilizaron las imágenes del TREP para realizar el cómputo oficial. Además, debido a la quema o pérdida de actas originales, también se procedió de esa forma para algunas de las mesas en territorio nacional. En total, más del 5% de las imágenes de las actas del TREP pasaron directamente a cómputo. El nexo entre el TREP, sistema abiertamente manipulado, y el Cómputo Oficial afecta la credibilidad de este último. El análisis estadístico de los resultados dados a conocer a través de ambos sistemas revela que la proclamación de la victoria en primera ronda del entonces presidente Evo Morales fue posible únicamente por un aumento masivo de votos en el final del conteo”.
¿Y esto por qué ocurrió? Lo explica el informe: “El equipo auditor encontró una ruptura significativa en las tendencias de votación del MAS y CC en el punto en que se llega a computar el 95% de los votos del TREP. El último 5% del conteo no solo muestra una tendencia distinta a la del anterior 95%, sino que presenta una diferencia muy marcada con el 5% de los votos que habían sido computados inmediatamente antes. Incluso si se acepta la suposición de que las mesas que reportaron tardíamente eran de áreas rurales que favorecían al MAS, no se vería una discontinuidad tan aguda en torno a un punto arbitrario como el umbral del 95%”.
Pero, “las rupturas en las tendencias de la votación”, obligaron al equipo auditor a examinar en detalle las actas correspondientes al último 5% del conteo”. Entonces, los técnicos de la auditoría encontraron que:
De las actas que ingresaron directamente en el cómputo oficial y que nunca fueron publicadas a través del TREP, es decir, de aquellas que figuran al final del conteo, un 56% tuvieron observaciones.
Este porcentaje es significativamente más alto que el promedio de la elección (37%).
Por otra parte, de este mismo universo de actas, se sometió a análisis pericial aquéllas en que el MAS obtenía un porcentaje llamativamente alto de votos (por encima del 77%).
Se consideraron también las mesas subsiguientes, es decir, las del mismo centro de votación.
De un total de 1.074 actas, se encontraron 59 (5,5%) con graves irregularidades desde el punto de vista pericial.
En algunos casos, se verificó que todas las actas de un mismo centro habían sido completadas por la misma persona.
Posteriormente, se amplió el universo de análisis, tomando una nueva muestra de 3.618 actas. De estas, se identificaron 167 (4,6%) con irregularidades de interés pericial.
Se encontraron nuevamente distintas actas de un mismo centro de votación que habían sido completadas por una sola persona, lo que a todas luces constituye una transgresión ilegal de las atribuciones de los jurados de mesa y siembra dudas sobre los resultados reportados.
En total, se analizaron 4.692 actas, de las cuales 226 (4,8%) presentaban las irregularidades descritas.
Las actas mencionadas anteriormente corresponden a 86 centros de votación de 47 municipios del país. Esta situación denota un procedimiento altamente irregular desde el punto de vista electoral.
En total, todas estas mesas corresponden a 38.001 votos válidos, de los cuales el partido político MAS obtiene el 91%, es decir, 34.718 votos, casi el número de votos que le permite a Morales evitar la segunda vuelta.
Lo anterior es sólo tomando en cuenta un análisis del 13,5% de las mesas de votación.
Es este patrón el que lleva a la OEA a señalar que “un estudio que abarcara un porcentaje mayor de actas, sin duda detectaría un mayor número de falsificaciones, adulteraciones y manipulaciones”.
Así, el equipo auditor concluye que “ha detectado una manipulación dolosa de los comicios en dos planos. A nivel de las actas, a partir de la alteración de las mismas y la falsificación de las firmas de los jurados de mesas. A nivel del procesamiento de los resultados, a partir del re-direccionamiento del flujo de datos a dos servidores ocultos y no controlados por personal del TSE, haciendo posible la manipulación de datos y la suplantación de actas. A ello se suman irregularidades graves, tales como la falta de resguardo de las actas y la pérdida de material sensible. Los hallazgos detallados revelan, asimismo, la parcialidad de la autoridad electoral”.