Antonio José Chinchetru (ALN).- ‘Radiografía de los populismos argentinos’, de Octavio Carranza, es un detallado y nada benévolo recorrido por la historia de la política populista en el país austral. Lejos de las medias tintas, destaca el origen puramente fascista del peronismo y cómo este movimiento no ha dudado en recurrir al terrorismo. Si algún país lleva décadas sufriendo los efectos de las políticas populistas, es el gobernado desde la Casa Rosada. Octavio Carranza, político y jurista de Córdoba (Argentina), da buena cuenta de ello en Radiografía de los populismos argentinos, publicado en 2007. Recorre desde el primer tercio del siglo XX hasta los primeros años del kirchnerismo. La acción populista en el país austral no es una exclusiva del peronismo, aunque éste es el gran protagonista del libro. Esto se debe a que es el populismo que ha gobernado durante una mayor cantidad de tiempo y el que más ha influido en la historia de la patria del autor.
Carranza repasa los pecados originales del peronismo y sus peores prácticas durante casi un siglo largo de historia. Señala cómo Juan Domingo Perón (ya antes de su primera etapa en el gobierno) y otros militares golpistas eran admiradores del nazismo y el fascismo. Rescata un manifiesto del Grupo Oficiales Unidos (organización secreta liderada por el propio Perón) en el que se afirma: “La lucha de Hitler en la paz y en la guerra nos servirá de guía”. Su objetivo era garantizar que Argentina fuera la fuerza hegemónica en una Suramérica que tendiera a unificarse bajo su batuta (el mismo papel que después otorgaría Hugo Chávez a Venezuela).
Un falangista, autor de la reforma constitucional de Perón
Como Chávez, Perón no era un intelectual, pero tenía grandes dotes para la escenografía política. Y, como el venezolano, el que gobernaba desde Buenos Aires también recurrió a asesores españoles para que le ayudaran o incluso redactaran reformas constitucionales. El argentino acudió en concreto a un falangista. José Figuerola, exlugarteniente de José Antonio Primo de Rivera (fundador de Falange Española) fue el encargado de redactar un proyecto de Carta Magna en 1949.
Carranza repasa los pecados originales del peronismo
Aunque ese texto pasó “a los basureros de la historia”, Carranza sostiene que “en los hechos subsiste una impronta peronista” en forma de falta de división de poderes, inexistencia de la independencia judicial y el modo de producción económica. El autor denunciaba, en pleno mandato kirchnerista, que en su país existe un hiperpresidencialismo en el que el jefe de Estado gobierna con un poder absoluto sin que nadie pueda controlarle.
Las páginas finales del libro están dedicadas a Néstor y Cristina Kirchner / Foto: Wikimedia Commons
Otro elemento típico del peronismo es el uso de la violencia, incluyendo la actuación de grupos armados afines al poder. Carranza acusa a Perón de ser el padre de la guerrilla montonera y de haber azuzado y alimentado el terrorismo cuando no estaba en el gobierno. Eso sí, una vez que recuperó el poder no dudó en combatir a los guerrilleros que tantos crímenes habían cometido por él. De hecho, fue el creador del terrorismo de Estado (encomendado a la tristemente célebre Triple A) destinado a combatir a esos terroristas peronistas de ultraizquierda sostenidos desde La Habana y Moscú, así como a otros opositores.
Múltiples paralelismos con el chavismo
Las coincidencias con el chavismo (algo que no estudia Carranza) no acaban ahí. Tal y como relata el libro, al peronismo lo caracterizan: la corrupción (extrema en época de los Kirchner), las políticas económicas intervencionistas en grado superlativo, la hostilidad a los medios de comunicación no afines y la “pleonaxia” o sed de poder. Para Perón no estar al frente del gobierno era algo inaguantable. Esta frustración le llevó a alentar el terrorismo para recuperarlo primero y mantenerse en él después. Ese mismo mal lo sufrió Chávez y lo tiene ahora Nicolás Maduro.
Carranza acusa a Perón de ser el padre de la guerrilla montonera
Las páginas finales del libro están dedicadas a Néstor Kirchner y su mujer, Cristina Fernández. Carranza se refiere al marido como “una calamidad adicional” para Argentina, y no es más benévolo con la mujer. Repasa cómo pusieron en diferentes altos cargos a antiguos terroristas y radicales de todo tipo, como trotskistas y maoístas, resentidos por la derrota sufrida como guerrilleros. Otro paralelismo más.
Radiografía de los populismos argentinos es una obra imprescindible si se quiere conocer a fondo la historia del peronismo. El ensayo de Carranza ayuda a comprender cómo Argentina pasó de ser un país próspero y prometedor a convertirse, en palabras de Raymond Aron, en “la mayor decepción del siglo XX”. Y, aunque no sea su objetivo, enseña que por desgracia el chavismo tiene muy poco de original.