Elizabeth Fuentes (ALN).- La empresa de moda Louis Vuitton presentó la segunda colección de bolsos, maletines y carteras en colaboración con el artista contemporáneo Jeff Koons. Una iniciativa que ha sido considerada de mal gusto por algunos, aunque para otros se trata de un hito histórico para la firma porque ha dejado en segundo lugar su emblemático logotipo.
“Son parte de mi ADN”, ha dicho el creador Jeff Koons sobre la nueva colección de bolsos y carteras Masters que acaba de lanzar en colaboración con la marca Louis Vuitton. “Cuando alguien camina por la calle con uno de estos bolsos, está comunicando su amor por el humanismo”.
Un amor que se replica también en la respuesta de la firma, la cual, por primera vez en todos sus años de historia, permitió que su emblemático logotipo no fuese el atractivo fundamental del diseño en estas colecciones, sino cuadros famosos.
Estas obras son utilizadas como el ornamento fundamental en bolsos, clutchs, carteras y hasta maletines para laptop, con precios que oscilan entre 1.760 dólares -los más pequeños- y 4.000 dólares por un clásico keepal o maletín de viaje, todos realizados con un revestimiento de cuero grabado, impreso con la obra de arte y relleno en oro. Y en cada esquina, los logotipos tanto de Louis Vuitton como de Jeff Koons, la segunda novedad.
Los críticos la llaman una intervención entre el arte y la marca, una suerte de lienzos ambulantes que la casa Vuitton espera sumar a sus éxitos comerciales
Para Michael Burke, CEO de Louis Vuitton, la reciente colaboración con Jeff Koons se trata de “un trío: un gran artista, una gran marca y una gran idea. Trabajando con Jeff Koons simplemente me sentí bien. Hemos tenido muchas reuniones y hemos hablado sobre muchos temas, todos relacionados con el arte. Y esto sólo hizo click. Estaba superinspirado”, según declaró al portal de la marca.
Para la primera colección, Koons utilizó cinco reproducciones de grandes maestros como La Mona Lisa de Da Vinci, Tiger Hunt de Rubens y Campos de Trigo de Van Gogh, entre otros. Y en la segunda, que acaban de lanzar este mes, sus favoritos fueron Monet, Turner, Gauguin y Boucher. Al igual que con la colección anterior, los bolsos se convierten en una obra de arte ambulante, donde el clásico logotipo de Vuitton, LV, así como las iniciales de Jeff Koons, JK, destacan apenas en cada esquina.
Pero las reacciones iniciales no han sido del todo favorables porque algunos argumentan que tienen un aspecto barato, similar a los bolsos que venden en cualquier tienda de museo del mundo, mientras que otros elogian el espíritu artístico que ha prevalecido en la idea.
¿Una obra de Jeff Koons o de Louis Vuitton?
Koons, una de las figuras más reconocidas del arte contemporáneo actual, se hizo famoso gracias a sus flores inflables, animales construidos con globos, personajes de dibujos animados y demás elementos recurrentes en su obra, un trabajo controvertido que algunos consideran cursi o kitsch y otros, en cambio, una obra maestra que responde a los cánones actuales.
Lo que ahora nadie sabría responder es si la colección de Louis Vuitton en colaboración con Koons se trasformará en unos coleccionables de la casa Vuitton o de la obra del artista, altamente cotizado por lo demás.
Los críticos la llaman una intervención entre el arte y la marca, una suerte de lienzos ambulantes que la casa Vuitton espera sumar a sus éxitos comerciales, los cuales, según informaron la semana pasada, han obtenido un aumento del 15% en las ventas durante el primer trimestre de 2017.
Solamente en alta relojería -ediciones limitadas a precios que no bajan de 200.000 euros-, anunciaron la venta de 35 ejemplares en una semana, “nada mal” según declaró sarcástico y sonriente Burke desde el Hotel Cheval Blanc, que también pertenece a la empresa Louis Vuitton y está ubicado en la exclusiva zona de los Alpes franceses. Tan exclusivo, que uno de sus restaurantes, Le 1947, ya tiene tres estrellas Michelin en su haber.