María Rodríguez (ALN).- Juan Carlos Pinedo, venezolano, es un entusiasta de la narcoliteratura. Como narrador de audiolibros pone voz a un joven y ambicioso narco en una saga literaria. Pinedo tiene claro por qué triunfan estas obras: aportan una visión gráfica de lo que está ocurriendo, con detalles y descripción microscópica de esta realidad.
Juan Carlos Pinedo, actor y narrador venezolano de audiolibros, pone voz a Luis Restrepo, un joven y ambicioso narco que opera en la frontera entre Venezuela y Colombia, en la saga literaria Por qué prefiero ser un narco, escrita por Joaquín Matos.
En esta entrevista con el diario ALnavío, Pinedo se muestra entusiasta de la narcoliteratura. “Estas historias tienen riqueza ya que abordan temas prohibidos, crudos, políticos… Nos permiten entrar en un mundo hasta cierto punto desconocido y verlo para nuestro deleite”, describe el narrador.
La narcoliteratura “nos enseña algo más del vivir del país, la ciudad y la comunidad donde se desarrolla la historia”
– ¿Por qué cree que está en auge la narcoliteratura?
– El mundo del narcotráfico está prohibido y ello lo hace aún más deseable como lectura. Nos permite entrar y ver con detalles cómo los personajes toman decisiones a diario, para bien o para mal, pero las toman, y con ello las consecuencias que desencadenan. Cada decisión y cada consecuencia nos llevan a devorar las páginas y saber más de lo que va a suceder con sus vidas y la sociedad donde viven. Además, las historias de la narcoliteratura, a mi parecer, tienen la novedad de presentar las situaciones con una visión gráfica de lo que está ocurriendo. Y sí, pueden llegar a ser muy gráficas, desgarradoras y para muchos hasta no deseables, pero mucha de la población joven y no tan joven quiere saber con detalles y descripción microscópica cómo hombres y mujeres viven y sobreviven en el mundo del narcotráfico.
– ¿Cuáles son las características de esta corriente narrativa?
– Los protagonistas tienden a ser individuos jóvenes que a diario toman decisiones, de nuevo, para bien o para mal. Están escritas en un español de la calle. Muchos diálogos tienen modismos y expresiones coloquiales, regionales y nos enseñan algo más del vivir del país, la ciudad y la comunidad donde se desarrolla la historia.
– ¿Cree que ha podido contagiar América Latina a España el gusto por la narcoliteratura?
– España sigue siendo la matriz de nuestra lengua y cultura. Es una nación y cultura de apertura y progreso, y sin lugar a dudas este género intriga y atrae a los españoles. Particularmente pienso que los españoles disfrutan de este género plenamente. Creo que las historias de la narcoliteratura encajan con el pensar europeo y el vivir español. La unión entre América Latina y España es clara y la narcoliteratura puede llevarnos a intensificar más la relación entre estos dos mundos.
“Estas historias tienen riqueza ya que abordan temas prohibidos, crudos, políticos…”
– ¿Considera que la narcoliteratura es más que un movimiento literario?
– La narcoliteratura no será sólo un movimiento literario, sino más bien un movimiento cultural que nos lleve a explorar el mundo del narcotráfico sin prejuicios, con la posibilidad de aprender, de conocer y apreciar lo desconocido y traerlo a la luz. Compañías productoras como Netflix están marcando la pauta al producir series para la televisión como Narcos y Surviving Escobar: Alias JJ en Estados Unidos, un mercado que tiene una gran población de habla hispana.
– ¿Tendrá fecha de caducidad este fenómeno?
– Si nos remitimos a la historia, la respuesta es no. Yo resido en Estados Unidos y mientras nuestra sociedad siga con campañas como Dile No a las Drogas, la población, especialmente la joven, seguirá intrigada con las drogas y, por ende, el narcotráfico continuará como un negocio que no sólo generará divisas [ilegales], sino también historias para escribir, leer, ver y discutir, donde los autores creen tramas que nos dejen con la boca abierta, la mente en shock, el corazón destrozado y aún más ganas de saber qué pasará.