María Rodríguez (ALN).- La socióloga costarricense Jenyel Contreras afirma que militarizar la frontera en Colombia y Brasil incrementa la vulnerabilidad y la precariedad de los migrantes venezolanos, y eleva de forma exponencial los costos humanos y económicos en el tránsito al país de destino. Además, la experta considera que allana el terreno para la extorsión y la violación sistemática de los derechos humanos, que afecta la seguridad e integridad física de los migrantes y da alas a la criminalización, al aumento de las deportaciones y a los discursos xenófobos. La entrevista con Contreras forma parte de una serie de ALnavío con expertos en Sociología que analizan el impacto del éxodo venezolano.
El drama del éxodo venezolano invita a reflexionar sobre sus implicaciones. Por ello, ALnavío inició una serie de entrevistas con expertos en Sociología que analizan el grave problema humanitario, el impacto psicológico de la huida en los migrantes venezolanos y los retos a los que se enfrentan. Tras las entrevistas a los sociólogos Pablo Carballo, Carlos Eduardo Gálvez y Hernando Uribe Castro, es el turno de Jenyel Contreras, socióloga e investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Costa Rica.
– ¿Cuál es su visión sobre la situación actual de los migrantes venezolanos que cruzan la frontera, principalmente con Colombia?
– Es importante recordar que históricamente las migraciones humanas se han constituido en un factor estructural y estructurante de nuestras sociedades, en donde estas vienen a suplir lo que ni los Estados ni el mercado logran solventar. La inestabilidad económica, política y social por la que actualmente atraviesa Venezuela se ha convertido en un factor determinante para el aumento en la movilidad de venezolanos; situación que ya antes Colombia también experimentó como consecuencia del conflicto armado.
– ¿Cómo evalúa las últimas medidas de los Gobiernos de Colombia y Brasil para los venezolanos que cruzan la frontera?
Antes la mayor cantidad de solicitudes de refugio en Costa Rica correspondían a población colombiana, ahora a venezolanos
– En los últimos 15 años, la dinámica migratoria mundial se ha transformado como consecuencia de un ciclo de políticas restrictivas de la movilidad humana, así como de la administración de fronteras inspirada en el reforzamiento de Estados nacionales securitistas, concentrados en el control migratorio a partir de la militarización de las fronteras. Las recientes medidas señaladas tanto por Juan Manuel Santos como por Michel Temer nos recuerdan este panorama. Pretender contener los flujos migratorios a partir del reforzamiento de la seguridad fronteriza ha resultado ser poco efectivo ya que estas medidas no atienden las causas de los desplazamientos, incrementan la vulnerabilidad y la precariedad de las personas migrantes, y elevan de forma exponencial los costos humanos y económicos durante el tránsito al país de destino. El blindaje de fronteras se sustenta además en la premisa de las migraciones como problema, obviando el contexto político, económico y social en el que estas se generan. De modo que el mayor desafío de las migraciones internacionales es político. Es imperativo garantizar el respeto de los derechos de las personas migrantes para el pleno desarrollo de sus capacidades, y de sus deberes en los distintos territorios por los que transitan y habitan. Los Estados deben contrarrestar las tendencias securitistas que predominan cada vez más a nivel global, de forma que se pueda llegar a acuerdos multinacionales que permitan dar respuesta a una realidad que está a la vista de todos, pero que se asume como una responsabilidad de nadie.
– ¿Cree que los mayores controles en las fronteras duplican la presión sobre los venezolanos que aún permanecen en el país?
– Este tipo de medidas son una exhortación clara al no desplazamiento, no sólo se busca cerrar el paso sino también desestimular la migración. No obstante, la experiencia nos dice que estas medidas se han convertido a su vez en terreno fértil para la extorsión y la violación sistemática de los derechos humanos, ya que quienes huyen de sus países de destino deben recurrir a nuevas estrategias y rutas de tránsito. Y a la vez se enfrentan a la amenaza constante a su seguridad e integridad física, a las políticas migratorias restrictivas, a la criminalización, al aumento de las deportaciones y a los discursos xenofóbicos antiinmigrantes.
– Muchos de los venezolanos que cruzan la frontera con Colombia siguen camino a otros países de la región. ¿Cómo reciben desde Centroamérica la migración de venezolanos?
Controles fronterizos más restrictivos “se convierten en terreno fértil para la extorsión y la violación sistemática de los derechos humanos”
– Históricamente, Costa Rica se ha convertido en el principal país de destino en Centroamérica y en el segundo de mayor recepción de población migrante en América Latina, después de Ecuador. Actualmente se observa un importante aumento de las solicitudes de refugio realizadas por personas de nacionalidad venezolana. En octubre de 2017 dicha cifra pasó a 2.626 en contraste con el 2012, cuando tan sólo se registraron 11 solicitudes, de acuerdo con los datos del Subproceso de Refugio de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME) de Costa Rica. Observamos también un importante cambio en los flujos migratorios de la región. Anteriormente la mayor cantidad de solicitudes de refugio en Costa Rica correspondían a población colombiana. Actualmente la mayor cantidad es de personas de nacionalidad venezolana y de aquellas que provienen de los países del norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador). Todas ellas se enfrentan a grandes retos en sus intentos de integración al país de acogida, como el costo de los trámites de regularización, los tiempos de espera de respuesta a las solicitudes, tratos discriminatorios durante los procesos de contratación, violación de los derechos y ausencia de garantías laborales y constantes situaciones de discriminación, xenofobia, y exclusión. Asimismo, otro fenómeno de suma importancia reconocido por la psicología, al que esta población debe enfrentarse, corresponde al luto migratorio, producto de la imposibilidad de regresar a sus países de origen o del trauma de los procesos de adaptación en contextos adversos.
– ¿Qué ofrecen los países de destino a los venezolanos que deciden migrar hacia allá?
– Las personas que han decidido migrar tratan de hacerlo hacia un lugar de destino seguro, en donde puedan resguardarse de la inestabilidad que han enfrentado en sus países de nacimiento, y en donde existan menores restricciones de acceso y movilidad. Sin embargo, no siempre cuentan con información detallada del lugar al que se dirigen ni sobre los retos a los que deberán enfrentarse. El actual contexto de migraciones forzadas genera a su vez que en ocasiones el desplazamiento no pueda ser “planificado” y deban movilizarse en situaciones de alto riesgo y desinformación.
No obstante, el lugar de destino es visto como una oportunidad para empezar de nuevo y mejorar la situación personal y familiar.