(EFE).- A menos de dos meses de las elecciones de medio mandato en EE.UU., los gobernadores republicanos de Florida y Texas redoblaron el pulso migratorio con los demócratas mediante el envío en avión de migrantes a Martha’s Vineyard y a la residencia oficial de la vicepresidenta Kamala Harris.
La reacción de la Casa Blanca no se hizo esperar y este jueves su portavoz, Karine Jean Pierre, tachó en una rueda de prensa de «crueles» e «inhumanas» las decisiones de Florida y Texas de mandar a migrantes a otras partes del país, algunos de ellos creyendo que iban a encontrar trabajo y más oportunidades donde los estaban transportando.
«Esa es una forma terrible de usar a la gente», reprochó Jean-Pierre, quien acusó a los gobernadores republicanos de usar a los migrantes como «peones políticos».
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, justificó este jueves su decisión de enviar a indocumentados a bordo de dos aviones a la exclusiva isla de Massachusetts por lo que describió como la inacción del Gobierno del presidente Joe Biden, que «no mueve un dedo» para hacer segura la frontera de Estados Unidos con México.
«Florida no es un estado santuario (de migrantes)», subrayó DeSantis en una rueda de prensa en Niceville (noroeste de Florida).
El responsable político, que suena como posible candidato presidencial para 2024, hizo estas declaraciones un día después de que por decisión suya dos aviones dejaran en Martha’s Vineyard a medio centenar de migrantes, la mayoría venezolanos, que habían entrado a EE.UU. por la frontera con México.
Medidas «innovadoras»
Para defender su decisión, que le ha valido un aluvión de críticas, el gobernador, que está en campaña para su reelección, dijo que algunos políticos han decidido aplicar medidas «innovadoras» para proteger EE.UU. de las políticas de «fronteras abiertas» de Biden.
Los inmigrantes enviados por orden de DeSantis llegaron por sorpresa el miércoles al aeropuerto de Martha’s Vineyard, adonde solo se puede llegar por mar o aire, a bordo de dos aviones «chárter» y han sido alojados en principio en una iglesia protestante.
Según NPR, la cadena de radios públicas de EE.UU., uno de los dos aviones tuvo como origen San Antonio (Texas) e hizo dos escalas en el viaje hacia Martha’s Vineyard: una en Florida y otra en Carolina del Sur.
La isla es conocida por acoger las mansiones de multimillonarios y en ella tiene una de sus residencias el expresidente de EE.UU. Barack Obama (2009-2017).
También en Washington DC
En paralelo, este jueves llegaron a Washington DC, la capital del país, dos autobuses con un centenar de migrantes, fletados por el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott.
A diferencia de ocasiones anteriores, en las que los autobuses con indocumentados han llegado a la estación de trenes de la ciudad, la Union Station, esta vez los vehículos dejaron a los pasajeros junto a la residencia de Kamala Harris.
Según la cadena de televisión Fox, el grupo de migrantes incluye a personas de Venezuela, Uruguay, Colombia y México.
Un show político
En las inmediaciones de la residencia de Harris se encontraba Marisela Castillo Apitz, directora de la ONG Humanitarian Action, que opera en Washington DC y que atiende a migrantes.
En declaraciones a Efe, Castillo Apitz explicó que estaban esperando a los migrantes en las proximidades de Union Station, pero que «de pronto» alguien les avisó de que estaban en las inmediaciones de la residencia de la vicepresidenta.
«Muy raro. Ellos dijeron que se sintieron engañados, esas fueron sus palabras, se sintieron parte de un show político. En total eran 101 migrantes, en su mayoría venezolanos», apuntó.
Castillo Apitz afirmó que los migrantes se quedaron «desconcertados y perdidos en estas calles»: «Desde Texas les dijeron que los iban a llevar a una estación de autobuses, de pronto los dejaron en estas calles y se dieron cuenta que era mentira, que eran parte de un show político», dijo.
En abril pasado, Abbott anunció su intención de mandar a indocumentados a Washington DC, en respuesta a la decisión del Gobierno de Biden de rescindir una normativa sanitaria que permitía expulsarlos por la pandemia, que no llegó a ponerse en marcha por el bloqueo de los tribunales.
«La bandera del odio»
Más tarde, en mayo, el gobernador de Arizona, el también republicano Doug Ducey, emuló la medida y comenzó a mandar autobuses con migrantes a la capital.
A principios de agosto, los autobuses con migrantes comenzaron a llegar a la ciudad de Nueva York y este mes a Chicago.
Legisladores demócratas acusaron este jueves a los gobernadores de Texas y Florida de hacer un juego político con la vida de cientos de migrantes.
«Hay un grupo de políticos que están bajo la bandera del odio (…) y que están haciendo un juego político con la vida de las personas que buscan oportunidades», lamentó en declaraciones a Efe el representante por el estado de California, Raúl Ruiz.