Caleb Zuleta (ALN).- Es el relato de cómo el grupo se montó en una operación relámpago para, valido de sus conexiones con China, traer a España material sanitario en los peores momentos del ataque del coronavirus.
Es una historia que impacta. Porque ya estaba al antecedente de las críticas y los ataques de Pablo Iglesias y Podemos a Amancio Ortega e Inditex. Pero ni pensar en ello, diría Ortega. La prioridad es España y la emergencia sanitaria. Porque como se recordará hubo días en que los muertos se contaban por casi mil, y morían los ancianos en las residencias, y se infectaban los sanitarios, y las UCI colapsaban, y no había respiradores, ni mascarillas, ni guantes y tampoco los aparatos para hacer los test. Y como bien recuerda la historia, “escasea el material de protección. Nuestros sanitarios llegan a ponerse bolsas de protección en las UCI”.
La historia viene apareció este domingo en XL Semanal en la edición especial, Valores, la mayor ola de solidaridad de la historia. El periodista Carlos Manuel Sánchez reconstruye los momentos. La orden de Amancio Ortega. Las instrucciones del director Ejecutivo, Pablo Isla, el hombre que maneja el grupo porque Ortega se supone que está retirado pero de mentira, y en una situación como esta, pues menos que menos. El mensaje corporativo fue desde el principio que había que ayudar, y en lo que sea necesario. Y allí estaba la logística y la maquinaria propia de un grupo con presencia global.
Lo cierto es que había que apelar a China. Y China es un territorio trabajado por Inditex. En China estaba el material sanitario que le urgía a España. También habrá que recordar los problemas en el mercado mundial para conseguir material. El canibalismo. La agresividad. Todos los países estaban tras los mismos equipos. Y habrá que recordar la polémica interna, en España, sobre la compra de material, y la distribución del material, y el tira y encoge entre el gobierno central y algunos gobiernos autónomos.
Con suerte que en China el grupo Inditex mantiene contactos al más alto nivel. Entonces Pablo Isla apela a ellos. A las relaciones de alto gobierno. Y se abren las puertas. Que en China operan 600 tiendas Zara y 1.900 fábricas. Se pone en marcha la operación que “logra transportar en tiempo récord 35 millones de unidades de material sanitario”, en aviones fletados, por supuesto, por el propio grupo. Así es como hasta el 3 de abril, precisa el reportaje, llegan a España:
1.200 respiradores.
21 millones de mascarillas.
13 millones de guantes
500.000 test.
Y “decenas de miles de pantallas faciales, batas impermeables, gafas, buzos protectores, cuatro robots para acelerar las pruebas”. Y como si esto no fuera suficiente, la Fundación Amancio Ortega por su lado compra más material por un monto de 63 millones de euros. Así el grupo se enfoca en la lucha porque incluso Zara Woman fabrica batas que se envían a los hospitales de Galicia.
La historia cierra con un detalle. “Alrededor del de 28 de marzo, ocho ambulancias se aparcan frente a la vivienda de Amancio Ortega en A Coruña y hacen sonar sus sirenas. Cumple 84 años”.