Daniel Gómez (ALN).- “Algunos elementos del desafío fiscal son de larga data: desigualdad de ingresos relativamente alta, dependencia de los ingresos relacionados con el petróleo y necesidades considerables de inversión en infraestructura. Al mismo tiempo, han surgido nuevas presiones de gasto a raíz de los grandes flujos migratorios desde Venezuela”, explica el economista del FMI, Emilio Fernández-Corugedo, responsable de Colombia y del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo.
A Colombia han llegado más de 1,3 millones de venezolanos desde que comenzó la crisis. A esto se suman 350.000 colombianos que vivían en Venezuela y decidieron regresar para huir de la escasez y de la hiperinflación.
Emilio Fernández-Corugedo, economista del Fondo Monetario Internacional (FMI), responsable de Colombia y del Departamento del Hemisferio Occidental, advierte en un reciente artículo en el blog del FMI que el éxodo venezolano está afectando a la economía colombiana.
“Este choque, consecuencia del colapso económico de Venezuela, se traduce en la llegada de más migrantes venezolanos que la registrada en cualquier otro país y ha creado presiones fiscales adicionales en un momento en que la deuda pública de Colombia ha ido en aumento”, dijo el economista.
Fernández-Corugedo es de la opinión que el desarrollo de Colombia pasa necesariamente por un ajuste fiscal. Una reforma tributaria que aumente “el crecimiento inclusivo y mantenga la solidez de las finanzas públicas”. Este último punto es clave, más ahora que el éxodo venezolano supone un nuevo elemento de presión para el país.
“Algunos elementos del desafío fiscal son de larga data: desigualdad de ingresos relativamente alta, dependencia de los ingresos relacionados con el petróleo y necesidades considerables de inversión en infraestructura. Al mismo tiempo, han surgido nuevas presiones de gasto a raíz de los grandes flujos migratorios desde Venezuela”, apuntó el economista.
Cuando los venezolanos arriban a Colombia no lo hacen por placer. Son personas, jóvenes, adultos, ancianos, familias, que demandan atención. Un hogar. Cuidados médicos. Una escuela para los niños…
Colombia los recibe con solidaridad. El presidente, Iván Duque, siempre insiste en esa palabra: solidaridad. Una solidaridad que como indica el economista del FMI “es encomiable” y que, además, exige un mayor gasto público.
“Proyectamos que los costos fiscales netos asociados con la crisis migratoria alcancen un máximo de 0,4% del PIB en 2020 antes de disminuir gradualmente en los próximos cinco años a medida que los migrantes se integren gradualmente en la economía”, dijo Fernández-Corugedo.
Este impacto en el PIB de Colombia es considerado un “choque excepcional”. Para afrontarlo, el gobierno relajó la regla fiscal en Colombia para permitir un déficit presupuestario más alto en 2019. No obstante, esto va en contra de uno de los objetivos de Duque: tener un menor déficit estructural. Que se reduzca hasta el 1% del PIB en 2022.
Una reforma tributaria
Como explica el economista, esto requiere un ajuste fiscal. Y “la clave” del mismo es una reforma tributaria que ya sugirió el personal técnico del FMI en abril de 2019. En ella, se exponen los siguientes consejos que comparte Fernández-Corugedo en el artículo:
– Impuestos. Eliminar los regímenes preferenciales para las empresas porque “implican pérdida de ingresos fiscales”. Ampliar la base de los impuestos sobre la renta personal. Aumentar el impuesto al valor agregado (IVA) que incluya todos los productos que están exentos y gravados a tasa cero para cerrar “lagunas tributarias clave”. Compensar la mayor tasa de IVA con transferencias directas a los hogares más vulnerables. “Estas medidas podrían generar ingresos adicionales de alrededor del 2% del PIB”.
– Mejor administración tributaria. Que mejore la eficiencia, contribuyendo a recaudar ingresos perdidos por evasión y elusión fiscal. “Por ejemplo, se podrían realizar cambios a los procesos de recaudo de atrasos tributarios, de devolución del IVA y de auditoría”.
– Digitalización de Aduanas. Por un lado, está la mejora de los sistemas informáticos de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales. “Incluida la introducción de la facturación electrónica que está en curso, y una mejor gobernanza, por ejemplo, mediante un incremento de la dotación de personal y la capacitación, contribuirían a reducir la evasión fiscal generalizada”.
Con todo, el economista concluyó: “El aumento de los ingresos tributarios ayudará a salvaguardar la inversión pública esencial y los programas sociales clave, a la vez que se impulsa un crecimiento incluyente. Esto también le permitirá al gobierno enfrentar nuevas presiones de gasto y, al mismo tiempo, preservar la credibilidad fiscal y la solidez de las finanzas públicas en Colombia. Esto ayudará, en general, a mantener el sólido desempeño macroeconómico de Colombia en el futuro”.